Hallada la enana marrón más cercana al Sol

Astrónomos europeos han identificado desde el norte de Chile a la "enana marrón" más próxima a la Tierra orbitando una de las estrellas más habituales en las páginas de la ciencia ficción, Epsilón Indi. En el hemisferio sur celeste y en la constelación de Indi (El Indio), entre la Grulla y el Pavo, la estrella Epsilón era famosa para los astrónomos y los escritores por ser uno de los 20 soles vecinos del nuestro, a solo 11,8 años luz (el Sol está a 8 minutos luz y Alfa Centauro a poco más de cuatro años).

El Observatorio Europeo Austral (ESO) anunció esta semana que sus astrónomos en La Silla, en el norte de Chile, han descubierto que Epsilón Indi no es una simple estrella, sino un sistema binario, dos cuerpos girando uno alrededor del otro, y que además el más pequeño es una enana marrón, las más cercana a nosotros jamás observada. Las enanas marrones son cuerpos celestes con un tamaño en la escala entre los súper planetas y las pequeñas estrellas, cuya masa, y por lo tanto gravedad, no ha sido lo suficientemente grande para iniciar la combustión nuclear y convertirse en una verdadera estrella.

Solo en las primeras fases de su formación estos cuerpos fisionan cantidades limitadas de deuterio, insuficientes para continuar la reacción con otros elementos más pesados, como hace nuestro Sol y las verdaderas estrellas, y posteriormente van perdiendo calor lentamente. Con una masa estimada del 5% de la del Sol y 45 veces mayor que la de Júpiter, Epsilón Indi B gira conjuntamente con su hermana mayor, ahora llamada Epsilón Indi A, separadas entre ellas 1.500 veces la distancia que media entre la Tierra y el Sol.

La enana marrón fue identificada en la primera mitad de década pasada en fotografías de luz infrarroja como un cuerpo solitario que vagaba por el espacio interestelar, a una distancia imposible de identificar. Ahora, los astrónomos han comprobado que ese cuerpo "frío", que sólo emite luz infrarroja, acompaña a Epsilón A a una velocidad de traslación en relación con la tierra equivalente al tamaño aparente de nuestra Luna en 400 años, una gran velocidad relativa (grados de arco) que indica su gran proximidad a nuestro sistema. La cercanía de esta enana marrón, según la información facilitada por el observatorio europeo, permitirá que se adelante en el estudio de estos cuerpos "fríos" que hasta hace poco tiempo se consideraban excepcionales.

Su descubrimiento como enana marrón y compañera de Epsilón Indi A parece confirmar las predicciones actuales de que existe, al menos, el doble de enanas marrones que estrellas normales de la secuencia principal, clasificación en la que se incluyen las estrellas algo menores y las poco mayores que el Sol. Los astrónomos han delineado la "firma espectral" en el infrarrojo de Epsilón Indi B utilizando el ESO 3.5-m New Technology Telescope en el observatorio de La Silla, firma que muestra la existencia de metano y de vapor de agua en las capas altas de su atmósfera.

Aunque el descubrimiento de una enana marrón, incluso siendo tan próxima, no desata en el público un interés semejante a los cada vez más numerosos descubrimientos de sistemas planetarios más lejanos, por las vibraciones que producen en la trayectoria de sus respectivas estrellas, Epsilón Indi B entusiasma a los astrónomos. Su existencia y sus características iniciales confirman las teorías actuales de la formación de los sistemas planetarios a partir de agregaciones de materia en los discos ecuatoriales de las estrellas jóvenes.

Según estos modelos, el disco de materia que acompaña en su formación a una estrella semejante al Sol es fácil que genere planetas semejantes en su tamaño y distribución a los de nuestro sistema solar. Estrellas mayores generarían cuerpos gigantes que eventualmente colapsarían sobre ellas o se convertirían en otra estrella (el caso de Alfa y beta Centauri), y soles menores podrían dar origen a sistemas binarios con enanas marrones, como parece haber sido el caso de Epsilón Indi.