El obispo de Cádiz suspende su agenda “para el esclarecimiento de los hechos” y niega que abusara de menores en Getafe
El Vaticano ha ordenado abrir una investigación contra Rafael Zornoza por agresiones sexuales a menores en los noventa mientras dirigía el seminario de Getafe


EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
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La diócesis de Cádiz y Ceuta ha informado este lunes de que su obispo, Rafael Zornoza, ha suspendido “temporalmente su agenda para el esclarecimiento de los hechos y para atender el tratamiento de un cáncer agresivo que está recibiendo”. El comunicado llega unas horas después de que EL PAÍS destapase que el Vaticano ha abierto una investigación contra el prelado por agresiones sexuales a menores en la década de los noventa, cuando era sacerdote en la diócesis de Getafe y dirigía el seminario. “Las acusaciones que se hacen, referidas a hechos que tuvieron lugar hace casi treinta años, son muy graves y además falsas“, dice también la nota. Este periódico pidió este domingo la valoración del acusado, pero no obtuvo respuesta. ”Desde este obispado no se harán posteriores declaraciones hasta conocer la decisión del tribunal eclesiástico”, dice la diócesis en la nota de prensa. Es la primera vez que el obispo revela públicamente que padece cáncer.
El caso de Zornoza llegó al Vaticano este verano, después de que una víctima enviara por correo una denuncia al Dicasterio de Doctrina de la Fe relatando los hechos y reclamando que se tomaran medidas. EL PAÍS ha tenido acceso al documento y fuentes eclesiales han confirmado el inicio de las pesquisas. Es la primera vez que en España se conoce públicamente que un obispo está siendo investigado por un delito de pederastia. La norma eclesiástica indica que el caso debería recaer en la archidiócesis metropolitana de la que depende el obispado de Cádiz y Ceuta (en este caso el arzobispo de Sevilla), pero el episcopado gaditano ha precisado que el caso ha sido “introducido” la semana pasada en el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España. “Hay una plena confianza en la justicia y se colaborará con ella en todo lo que sea requerido. Al mismo tiempo, es necesario recordar el respeto a la presunción de inocencia que asiste a todas las personas”, insiste el comunicado.
“Escribo esta carta solo con la intención de evitar que lo que me pasó a mí le pueda seguir pasando a otro niño”, escribe la víctima. Los abusos que describe comenzaron en 1994, cuando tenía 14 años y se alargaron hasta que el denunciante cumplió los 21. Zornoza tenía 45 años y era rector del seminario mayor de la diócesis de Getafe. “Era por las noches cuando venía a la habitación y sufría los abusos. Se metía en mi cama, me acariciaba y besaba. Por las mañanas también me despertaba del mismo modo. En esos momentos nunca le dije nada, la parálisis me controlaba”, aparece en la denuncia. Los abusos denunciados ―tocamientos, caricias en partes íntimas y besos en la boca―también tuvieron lugar en convivencias y campamentos hasta que la víctima cumplió 18 años.
Con la mayoría de edad, el denunciante ingresó en el seminario. “Al mismo tiempo, le reconocí mi homosexualidad. Rafa me permitió acceder al seminario y me llevó a una terapia de conversión para curar mi homosexualidad”, explica en la misiva. En este tiempo, en el centro de Getafe, el denunciante asegura que Zornoza se metía en su cama “casi todas las noches y mañanas” para besarle y tocarle sus partes íntimas. “En varias ocasiones reclamé a Rafa que aquello que hacíamos no estaba bien. Él siempre me decía que era una amistad íntima”, escribe el denunciante.
El exseminarista explica que Zornoza “tenía una alta capacidad de manipulación” sobre él. “Ejemplo de capacidad de manipulación y control sobre mí eran las confesiones”, prosigue. En ellas, el denunciante señala que tenía un gran sentimiento de culpa “y él me hacía ver que yo no era capaz de amar ni entender una amistad”. “Tras confesarme de mis actos homosexuales yo me iba a la cama y a los pocos minutos él se metía en mi cama y me acariciaba”, afirma.
Una década después de salir del seminario, la víctima escribió un mail a Zornoza donde le decía que había abusado de él. Había tardado tiempo en comprender, explica en la carta, el nivel de manipulación al que estuvo sometido y las agresiones que sufrió. El actual obispo de Cádiz no le contestó. Este año, el denunciante quedó con él. Así lo explica en la misiva: “Esta vez en persona le volví a decir que había abusado de mí desde los 14 hasta los 21 años. Simplemente me dijo que nunca fue su intención, aunque me reconoció la manipulación y abusos”.
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