Gisèle Pelicot, en el nuevo juicio contra uno de sus agresores: “¿Cuándo va a reconocer que me ha violado? Siento vergüenza por usted”
La francesa, que fue víctima de las agresiones sexuales de su marido y otros 50 hombres durante 10 años, testifica en el juicio de apelación contra el último de los acusados
Gisèle Pelicot se ha acercado este miércoles al atril del tribunal por última vez y se ha dirigido al acusado, serena pero firme: “¿Cuándo va a reconocer que me ha violado? (…) Usted dice que es víctima. ¿Víctima de qué? ¿De haberme violado? Asuma sus actos. Yo soy la única víctima que hay en esta sala”. Ha añadido: “Siento vergüenza por usted”.
Se dirigía a Husametin D., de 44 años, condenado hace un año junto con otros 50 hombres por haberla violado mientras estaba inconsciente, drogada por su marido, Dominique Pelicot. Recurrió la pena, de nueve años de cárcel, y se le vuelve a juzgar estos días en el Tribunal de apelación de Nimes, al sur de Francia. “Me pongo en el lugar de las víctimas, yo tengo esos vídeos, pero hay víctimas que no tienen estas pruebas y no van a poder defenderse nunca”, ha dicho.
El acusado había declarado minutos antes. Ha negado haber violado a Gisèle Pelicot a pesar de que a primera hora de la mañana se han visionado más de una docena de vídeos de las violaciones perpetradas, grabados por Dominique Pelicot. Imágenes explícitas y especialmente duras en las que se ve claramente que ella está inconsciente. “Le he estado mirando durante la proyección y ha estado mirando todo el tiempo. En ningún momento ha bajado la mirada. Lo he visto disfrutando”, ha dicho ella con tono firme mientras miraba al acusado, que agachaba la cabeza.
Casi media hora de proyección, que ha sido abierta al público, como ella siempre ha querido, “para que la vergüenza cambie de bando”. “Nunca me he arrepentido de esta decisión (…) No quiero volver a poner los pies en un tribunal”, ha dicho. “Mis abogados me han aconsejado que no viniera, pero creo que mi presencia es necesaria”, ha dicho.
El interrogatorio del acusado ha sido extenuante. Insistía en negar que las “escenas de sexo”, como las ha calificado, fueran violaciones. Se le atragantaba la palabra. Ha insistido en que siente “mucho respecto por la señora Pelicot y alega que pensaba que era un plan a tres, propuesto por su marido. “Sepa usted que violar a una mujer inconsciente es un crimen”, le ha recordado la víctima, en pie en el atril, al condenado, agazapado en su silla y que no la ha mirado en ningún momento.
“¿Usted cree que en esta sala hay dos víctimas?”, le ha preguntado uno de los abogados de Gisèle, Antoine Camus. “Sí, pero más ella”, ha respondido Husametin D. Sus abogados han basado su defensa en la sospecha de que Gisèle Pelicot podía intuir lo que hacía su marido. Ella ha sido contundente: “Es absurdo. Si hubiera sospechado algo, habría denunciado a mi marido (…) Claro que el señor Pelicot es el responsable de mi sufrimiento, pero el señor D. es un violador, como los otros. Para mí usted es un violador y toda su vida será un violador”, ha dicho, dirigiéndose al condenado. Los letrados le han llegado a reprochar que se haya convertido en un icono mundial. “Yo no soy un icono, soy una mujer corriente. Si soy un icono es a mi pesar”.
Ayer declaró Dominique Pelicot como testigo, e insistió en que todos los hombres eran conscientes de la situación. Él fue condenado a 20 años de cárcel, la pena máxima. Reclutaba a todos esos hombres en una web libertina, hoy ya clausurada, y los invitaba a su casa a violar a su mujer, a la que suministraba ansiolíticos previamente. Lo filmaba todo. Ocurrió entre 2011 y 2020.
Todo se destapó cuando en noviembre de 2020 fue detenido en un supermercado por haber grabado a mujeres por debajo de la falda. Los investigadores le requisaron el teléfono y descubrieron parte de esos vídeos que él habría grabado. Era solo el principio. Gisèle Pelicot ha vuelto a relatar hoy las ausencias que tenía, cuando se quedaba en blanco o no se acordaba de lo que había hecho el día anterior. Ella siempre pensó que tenía Alzheimer. Nunca imaginó que su marido le suministraba ansiolíticos en altas dosis.
La Gisèle de hoy no es la misma. Ya se enfrentó a su exmarido y sus 50 violadores hace un año en un juicio que duró tres meses y medio. Desde el lunes lo hace con el único acusado que se ha resistido. Recurrieron la sentencia 17, pero todos fueron desistiendo, pues ahora van a ser juzgados por un jurado popular (cinco hombres, cuatro mujeres) y corrían el riesgo de una pena mayor. Para este acusado la Fiscalía pidió 12 años.
“Estoy intentando reconstruirme. Que las víctimas no tengan nunca más tengan vergüenza a la hora de denunciar lo que les han hecho sufrir por la fuerza. Si le he dado fuerza a algunas mujeres, para mí esto ya es un éxito”, ha dicho Gisèle. Cada día, desde el lunes, sale por la puerta del Tribunal de Nimes ovacionada por decenas de personas, la mayoría mujeres, que la esperan con pancartas, le cantan y le gritan “gracias Gisèle”.
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