Sanidad agrega las vulnerabilidades personales a los niveles de riesgo por las altas temperaturas

La ministra de Sanidad, Mónica García, y el responsable de Salud y Cambio Climático, Héctor Tejero, han presentado este jueves el Plan Calor 2025, activo hasta el 30 de septiembre, con actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud. Este año, el plan añade los factores personales de vulnerabilidad ―como la edad, enfermedades previas o condiciones sociolaborales― a los niveles de riesgo de cada zona, en el mapa que se creó el año pasado.

En 2024, Sanidad realizó en el Plan Calor un mapa más preciso para activar las alertas, y en vez de tener 52 umbrales provinciales, se pasó a tener 182, correspondientes a las denominadas zonas meteosalud ―un área de territorio homogéneo en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias―; ya que cada provincia cuenta con zonas donde las temperaturas varían y afectan de manera diferente.

Este año, al riesgo general que existe en cada una de las 182 zonas determinadas, se suman las condiciones personales. Los grupos vulnerables, según han indicado desde Sanidad, son los mayores de 65 años, menores de cuatro años, mujeres embarazadas y quienes están en tratamientos de enfermedades; además de personas con dolencias pulmonares o del corazón, entre otras.

Se suman también las condiciones sociolaborales: quienes trabajan en la calle, quienes viven en casas no adaptadas para el calor, quienes están solos o viven en condición de sinhogarismo. Por otro lado, no recomiendan hacer deporte al aire libre en momentos con alta exposición al sol y al calor.

Para ver los niveles de riesgo y las alertas en todo España, los usuarios pueden ingresar a la web de meteosalud, donde se presentan las 182 zonas con los cuatro niveles de riesgo: ausencia de riesgo (verde), bajo (amarillo), medio (naranja) y alto (rojo). Los riesgos personales todavía no están presentes en dicha plataforma. Sanidad ha indicado en la presentación del Plan Calor 2025 que próximamente estarán disponibles, por el momento se compartirán por redes sociales y en campañas informativas.

Héctor Tejero ha explicado que el nivel de riesgo aumenta dependiendo de la zona en que cada persona se encuentre y las condiciones de vulnerabilidad de cada uno, y a mayor número de factores de riesgo, mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, en una situación de nivel de riesgo medio, el peligro será leve para la población en general, pero será moderado para personas mayores de 65 años y elevado para adultos mayores de esa edad y con una enfermedad.

Lo que se busca es que “los niveles de riesgos estén más aterrizados y centrados en la gente, para que sea más sencillo para los cuidadores y personas para saber adaptar los niveles de riesgo”, ha afirmado Tejero.

El calor extremo es la principal causa de mortalidad en España relacionada con el cambio climático. En 2022 hubo 4.813 muertes; en 2023, 3.009; y en 2024, 2.012. Esto es según los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), gestionado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. Aunque hay estudios que elevan considerablemente estas cifras.

La ministra García ha dicho: “La mortalidad asociada al calor es solo la punta del iceberg. El calor aumenta accidentes laborales, hospitalizaciones, noches sin dormir, y hay algo de lo que se habla poco, pero tiene evidencia científica detrás y es que el calor extremo puede agravar situaciones de violencia de género". Han indicado que debido a las altas temperaturas, aumentan un 10% las hospitalizaciones y un 17,4% el riesgo de accidente laboral.

Desde Sanidad, buscan que este plan sirva como una herramienta de prevención, coordinación y respuesta, frente al riesgo que suponen las altas temperaturas para la salud. Además, establece protocolos de actuación que incluyen la coordinación entre comunidades autónomas, servicios sociales y centros sanitarios.

Es importante tener en cuenta que “el calor multiplica las desigualdades”, ha dicho García. Y ha añadido que su objetivo principal es reducir el impacto del calor sobre la población, especialmente en los más vulnerables: “No es lo mismo vivir en un barrio arbolado que en una zona sin sombra, ni estar en una casa adaptada al calor que en una sin ventilación adecuada”.

El año 2024 se cerró como el año más caluroso registrado hasta ahora. Sin embargo, se espera que en los próximos cinco años las temperaturas sigan en niveles récord o cerca a ellos, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Esto “aumentará los riesgos y los impactos climáticos en las sociedades, las economías y el desarrollo sostenible”, advertía esta organización.

En España, el mes de mayo terminó con una ola récord de calor, como había anticipado la AEMET; y se registró el peor día de calor de primavera de la historia. El jueves 29 de mayo se registraron 32,2° de máxima media.