Una niña de 12 años tendrá que dar a luz tras ser violada en Alicante

Una niña de 12 años que quedó embarazada tras ser violada cuando tenía 11 años en Orihuela (Alicante) tendrá que dar a luz porque el avanzado estado de gestación que presentaba cuando trascendió su embarazo, unos seis meses, impide que pueda abortar, de acuerdo con la legislación vigente, según informa hoy el diario La Verdad de Murcia, que cita fuentes jurídicas.

La supuesta violación se produjo en noviembre de 2010, aunque el asunto no trascendió hasta el pasado 20 de abril. Entonces, la Guardia Civil detuvo a un hombre de 39 años por su presunta relación con el delito que quedó posteriormente en libertad sin cargos, según el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). Los agentes buscan como presunto autor de la violación a un individuo, de nacionalidad ecuatoriana como el arrestado luego puesto en libertad, con el que la madre había mantenido una relación sentimental.

Los médicos que han examinado a la chica creen que, aunque aún no se ha desarrollado por completo y es de baja estatura y muy delgada, su vida no corre peligro, único supuesto por el que un juez podría autorizar la interrupción del embarazo, señala el citado periódico.

La niña, que ahora cuenta con 12 años, se encuentra bajo tutela de la Generalitat Valenciana después de que personal del centro de salud al que acudió alertara de su embarazo y se abriera un expediente sobre el caso. Reside en un centro específico de atención a menores tuteladas embarazadas y previsiblemente seguirá allí cuando se produzca el parto y durante la crianza del bebé, según fuentes de la Consejería de Bienestar Social.

La nueva ley del aborto, que entró en vigor en julio del año pasado, establece el aborto libre hasta la semana 14. Hasta la semana 22, la mujer solo podrá interrumpir su embarazo en caso de grave riesgo para su vida o salud, o si el feto padece graves anomalías. Después de la semana 22, no habrá límite para el aborto si hay grave riesgo para la vida o salud de la madre, si hay una malformación incompatible con la vida del feto o si este padece "una enfermedad de extrema gravedad e incurable".