Ir al contenido
_
_
_
_
Entrevista

Valentina Zenere: “A veces digo: ‘Ay, la puta madre, ¿para qué me pongo este top?’ pero es que me quiero vestir como quiera, ir a donde quiera y no tener pánico”

Conoció la fama de adolescente con la serie ‘Soy Luna’, ha sido parte del fenómeno ‘Élite’ y ahora quiere marcar su propio camino. “En la actuación, pegarla es difícil; mantenerse, más”

Vestido midi de satén drapeado color burdeos de DOLCE & GABBANA. En los labios, la barra My Juicy Sheer (tono My 17.02) de DOLCE & GABBANA BEAUTY.

Valentina Zenere (se pronuncia Zeeeenere, con la tónica en la primera sílaba) tiene un apellido que muy posiblemente venga de Italia, pero ella es argentina de pura cepa: ni los cuatro años que estuvo viviendo en España le quitaron el acento porteño y el lunfardo. Ha trabajado tanto a un lado del océano Atlántico como en el otro, se ha alojado en resorts de cinco estrellas y ha vuelto a casa a lavar los platos, también ha sido chica Disney y adolescente problemática de Netflix (en Élite). Pero, sin duda, lo que más caracteriza a Valentina Zenere (Buenos Aires, 28 años) es que hace las cosas: las hace con ganas, las hace con miedo, las hace temblando, las hace con cabeza, las hace por impulso… Pero hacerlas, las hace: “Hay gente que me dice: vos salís a un casting y salís con todas. Pero yo en realidad por dentro me estoy muriendo, y si hago esto es porque quiero estar en este lugar”. Por eso no me extraña cuando asegura —momentos después, cuando la conversación ya no gira en torno a ella siquiera— que los argentinos resuelven, que está en su ADN. Hija de su generación y responsable consigo misma, sabe que cuando los comentarios le duelen no es por el odio, sino por el trabajo personal pendiente de hacer para con ella.

La última vez que nos sentamos frente a frente éramos las dos rubias, ¿sientes que te ha cambiado la personalidad?

Un poco, he vivido toda mi vida siendo rubia.

Desprenderse de un atributo con el que te asocia tanta gente es raro, sobre todo cuando el público está empeñado en vincularte a algo que ya no forma parte de ti, ¿cómo llevas el tema de confrontar la expectativa ajena?

¿La expectativa ajena? También te digo que suele ser más complicado luchar contra la de uno mismo. La verdad es que trato de no mirar mucho y para mí, los comentarios que más te afectan, los que te quedas pensando, son porque vos pensás lo mismo, te hacen de espejo. Ahí sí afecta y es como, “qué jodido, qué hago, qué pasa”… En realidad, es más un tema mío que tengo que resolver puertas adentro que puertas para afuera, me parece.

Vestido de leopardo de DOLCE & GABBANA. 
La piel se prepara con la esencia Hydra-Dose HA Booster y con la hidratante Glow-Bounce Ceramide; base ligera iluminadora Blueberry Nutri-Tint y colorete Cheeks&Eyes Match; en los labios, la barra My Comfy Matte (tono My 24.11). Todo de DOLCE & GABBANA BEAUTY. Silla No Home,  de ABEL IGLESIAS.

Hablando de dejar atrás las expectativas, se anunció que volvía Soy Luna y a muchos les pilló de sorpresa la ausencia de tu personaje, Ámbar Smith, ¿cómo fue el decir que no?

La verdad es que leo los comentarios y algunos me afectan. Soy Luna para mí fue lo mejor que me pasó en la vida, un antes y un después de mi carrera, soy muy consciente. Todo lo que viví allá adentro, aunque hayan pasado cosas horribles, lo recuerdo como una época hermosa y muchos de los chicos hoy son mis amigos; el otro día estábamos todos en mi casa comiendo un asado. Me costó muchísimo tomar la decisión. Hubo idas y vueltas, no dije desde un principio que no... Tenía dudas, y finalmente sentí que lo mejor era mirar para adelante y dejar cerrada una etapa que ya estaba cerrada. También yo era muy chica, pensándolo me preguntaba: “Bueno, ¿y cómo hago para decir un texto de Ámbar hoy?”.

¿A día de hoy te pesa el concepto de chica Disney?

Opino que es difícil salir de ahí. Es difícil que te llamen directamente sin tener que demostrar que estás poniendo de tu parte para salir de ese lugar y que, en realidad, sí podés actuar. Fue algo que con mucho trabajo creo que logré y sigo logrando. Quiero quedarme aquí, en este camino nuevo.

Top corto, culote, sandalias y pendientes dorados, todo de DOLCE & GABBANA.
Delineador Sleek Kohl Glider difuminado en el párpado móvil, máscara Everfull XL Mascara y barra de labios My Sculpt Satin (tono My 01.01), todo de DOLCE & GABBANA BEAUTY.

Has dicho en varias ocasiones que el mundo de las series infantiles es muy correcto, hasta el punto de tener que regrabar una escena si se veía una tira del sujetador, ¿hay un proceso de reaprendizaje cuando vuelves a mostrarte al público después de salir de un entorno tan aséptico?

En mi caso, yo tengo muchas inseguridades. Y, aunque cada vez me va costando menos, me cuesta. Y Disney era un refugio para esas inseguridades mías, porque estaba todo muy controlado. En el momento que esa seguridad se fue, fue como: “Ahora te tenés que hacer cargo vos de esto”. También me ha ayudado mucho con este tema la figura del coordinador de intimidad, que es un placer… Simplemente confiás. Salís y confiás. De repente te saca foto al monitor para que te veas, te dice: “Mirá, está bien”. Y yo tipo: “Igual el culo un poquito más de costado” [risas]. Esa figura ayudó mucho, la verdad.

¿Viste que Mikey Madison, protagonista de Anora, rechazó contar con coordinador de intimidad porque quería “sumergirse de lleno en la autenticidad de Sean Baker”?

¿Dijo eso? No, está bueno que esté la figura, a mí me parece superimportante. Y también genera otra conciencia en el director, ¿entendés lo que digo? Sirve mucho como mediadora, está atrás de cámaras y te sentís bien. No porque no confíe en el director, o en el equipo; cuando te tirás en un proyecto es porque confías. Pero está bueno que seamos más y que se atienda esa parte.

VALENTINA ZENERE S MODA 324

El año pasado se estrenó Nahir, película protagonizada por ti que cuenta la historia de Nahir Galarza, la mujer más joven en ser condenada a cadena perpetua en Argentina por el asesinato de su novio. ¿Cómo fue el encarnar a la protagonista de una historia tan visceral?

Fue de los mejores proyectos de mi vida. Yo estaba feliz porque hacer alguien que está vivo es buenísimo. Me pasaba todo el día mirando vídeos de esta chica, incluso soñaba con ella.

Trabajar sobre una historia que todavía no ha prescrito, que sigue generando debate, ¿conlleva más que un reto actoral?

En el equipo debatimos un día y dijimos: “Bueno, a partir de ahora, se acabó. Ya está, vamos a laburar”. Sí, creo que obviamente se mueve una energía muy importante, y que uno nunca puede dejar de pensar que hay una persona que está muerta, que no está más, y eso es duro. Me acuerdo de un ensayo que me largué a llorar: estábamos haciendo una escena de ellos de novios antes del suceso, muy adolescente, tenían 15 años. Y salió tan linda… Pero cuando terminamos de hacerla yo dije: “Estamos interpretando un momento de felicidad entre dos personas sabiendo lo que va a pasar después, en qué momento llegaron a donde llegaron”. Y me afectó mucho eso, la verdad.

Chaqueta oversized negra con apliques, culote, sandalias sling backs negras con detalles de perlas 
y gafas, todo de 
DOLCE & GABBANA. Labial My Comfy Matte Lip Stylo (tono My 14.03) de DOLCE & GABBANA BEAUTY.

Has trabajado tanto en la industria audiovisual española como en la argentina, ¿crees que contamos las mismas historias?, ¿nos interesan las mismas cosas?

Qué buena pregunta... Yo creo que tienen bastante en común, de hecho, hay un montón de coproducciones españolas-argentinas. Me parece que es un muy buen team. Obviamente hay diferencias, porque el español y el argentino somos distintos. Acá son como más cuadriculados; el argentino tiene algo como que nosotros siempre tuvimos que estar resolviéndonos la vida. Ustedes, al estar en Europa, han tenido las cosas más hechas. Creo que nosotros tenemos en nuestro ADN algo de resolver, y siento que el español, con mucho respeto lo que voy a decir, tiene un poco menos de poder de resolución.

En Argentina a Ricardo Darín ahora se le ha acusado de hacer política bajo el disfraz cultural, ¿en qué punto estáis los artistas?, ¿crees que esto va a suponer una frenada de cara a la creación cultural en Argentina?

Bueno, ahí es un poco lo que te decía antes de nosotros, los argentinos; resolvemos como sea. Y realmente espero que una persona no tenga tanto poder como para manchar toda una cultura que viene laburando hace años... Espero eso, honestamente.

Maxiabrigo de pelos de DOLCE & GABBANA.
Colorete Violet Liquid Blush, máscara de pestañas Everfull XL Mascara y labial My Comfy Matte (tono My 24.11), todo de DOLCE & GABBANA BEAUTY.

Otra de las obsesiones actuales es la “ideología woke”, el feminismo y las políticas de género, ¿se está convirtiendo ser mujer en una cosa cada vez más terrorífica?

A ver… Sí. Justo el otro día lo hablaba con unos amigos que les decía: “Ustedes, que son hombres, no tienen ni idea de lo que sentimos nosotras”. En general digo, más allá de los asuntos políticos. El otro día que estaba en Menorca, llevaba un short con un top y mi novio justo había dado la vuelta con el auto. De repente veo que de una barbería sale un chabón, como que se apoya así, me mira... A mí me empezó a dar un miedo, empecé a mirar a todos lados y digo: “Acá yo estoy sola, en un pueblo vacío en Menorca que, si mi novio no gira rápido y me pasa algo, no se entera nadie”. Y te juro que se me paralizó el cuerpo, literal. Es ese sentimiento que a nosotras nos pasa y los pibes creo que no lo sintieron nunca. Y es muy jodido, te empiezas a replantear todo, yo dije: “Ay, la puta madre, ¿para qué me pongo este top?”. Y después pienso: “Yo me quiero vestir como quiera”. ¿Entendés? Y quiero poder ir a donde quiera y no tener pánico. No sé, yo de chica me subía en un taxi y me rezaba un rosario, más o menos, para que no me pasara nada.

Ahora que has mencionado Menorca; estuviste viviendo en España un tiempo, ¿con qué te quedas de esos años?

Me quedo con un montón de cosas, la verdad, porque yo tenía 21 y siempre había vivido en la casa de mis padres. O sea, no es que tuviera mi pisito en el centro de Buenos Aires; yo vivía en las afueras, en Pilar. Nunca había vivido en el centro de una ciudad y directamente me vine para Madrid. Claro, ahora toda sola, el no saber cómo se prende algo, el que se te queme la comida… Todo eso lo viví acá, hay un montón de búsqueda personal y de crecimiento mío que lo relaciono con Madrid. Voy caminando por las calles de acá y es como que me siento en mi casa.

Mangas tipo shrug de punto negro con cuello alto, vestido corto de satén lencero, vestido tipo corsé y botas altas de piel con detalles 
de hebillas, todo de DOLCE & GABBANA. 
En las uñas, esmalte Nailed It! (tono 06 G.O.A.T.); de DOLCE & GABBANA BEAUTY.

Vienes de un entorno totalmente normal, entiendo.

Mi madre es abogada, mi padre es contador, mi hermana ama los caballos y es psicóloga... Nadie de mi familia hace lo que yo hago. Mis amigas tampoco, aunque tengo alguna que es modelo, otra que trabaja en marketing, otra que trabaja conmigo y cosas así. Pero, generalmente, nadie de mi círculo cercano hace lo mismo que yo. Obviamente que tengo un montón de amigos que sí, que son con los que, en definitiva, después te vas entendiendo cada vez más, pero mi núcleo de chiquita nada tiene que ver con esto.

Parece algo fundamental para no perder la cabeza.

Total, para mí sobre todo los padres. Cuando íbamos de gira con Soy Luna estábamos todo el día en un hotel cinco estrellas y nos escoltaba la policía, éramos tipo Rolling Stones. Después volvía a casa con los humos subidos y mi viejo me decía: “Nena, acá te pones a lavar los platos que no sos Ámbar” [risas]. Cosas así hacen que digas, claro, es que en realidad es momentáneo, ¿viste? Porque nunca sabes cuánto dura. Yo creo que, en la actuación, pegarla es difícil; mantenerse es aún más difícil. Hay que estar tranca. 

Créditos

Estilismo Juan Cebrián
Maquillaje y peluquería Bosco Montesinos 
Manicura Lucero Hurtado
Producción Cristina Serrano
Asistentes de fotografía Sandra Seaton y Ayub El Kadmiri 
Asistente de estilismo Carmen Cruz
Asistente de producción Marina Marco

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_