“Una fresa que no huela como un chicle y una rosa renovada”: la nueva apuesta de la casa de fragancias Ex Nihilo
La enseña utiliza por primera vez un acorde olfativo obtenido a partir de restos de fresas usadas por la industria alimentaria


A veces las demandas de sostenibilidad restringen, pero otras suponen la entrada a nuevos universos. Algo así sucede con la paleta de los perfumistas, que se enriquece gracias a innovadoras extracciones. Una de las últimas (Strawberry Alcoholate Orpur), la ha patentado la compañía de aromas Givaudan, utilizando restos de fresas de la industria alimentaria. “Hasta ahora, para el olor a fresa de un perfume se utilizaba una molécula sintética que lo recreaba, porque no había manera de extraer el aroma de la propia fruta”, cuenta Sylvie Loday, cofundadora de Ex Nihilo, “así que el resultado olía como los chicles, artificial”. La marca de perfumería nicho ha sido de las primeras en usarlo en Spiky Muse, una fragancia jugosa sin empalagar, como un tazón de fresas en el que se cuelan también algunas más ácidas y verdes.
Una fruta que impregna a la reina de las flores, a la rosa. Sin embargo, la tradicional y empolvada rosa aquí se sacude el clasicismo: “Últimamente hemos visto mucho a la rosa con maderas o ámbar en el mercado. Pero nosotros buscábamos algo más moderno y electrizante que diera sensación de alegría. Para ello, trabajamos cómo se combinaba la fresa con el aroma de la rosa, dándole el toque jugoso que buscábamos”, añade la experta.

Es una vuelta más para seguir conquistando a la generación Z. Porque, pese al precio de sus frascos —ronda los 200 euros para el formato de 50 ml—, la enseña triunfa entre los más jóvenes. Lo consigue gracias al predicamento de las fragancias en TikTok y a empujones virales como el que les da Hailey Bieber cada vez que cuenta que usa Fleur Narcotique. “Era clienta. Vino a comprar su perfume en la tienda porque le encantó. Nos lo contó, pero nunca tuvimos una conversación directa con ella. Nunca le pagamos y ni siquiera le habíamos regalado nada. Simplemente era una clienta a la que le encantaba”, revela la cofundadora. La única alianza que hubiera sido posible para una firma que estaba empezando y también, seguramente, la que se siente más real y auténtica.
También ayuda, a la hora de explicar el triunfo de Ex Nihilo, el importante viraje en los gustos de los consumidores, cada vez más interesados y formados sobre la temática: “Creo que hoy ven las fragancias como una manera de expresar su propia identidad”, apunta Loday, “y están triunfando firmas que se centran más en el perfume, en su calidad o creatividad, que en cómo venderlo. Antes importaba, por ejemplo, la celebridad que aparecía en la campaña, porque la gente se identificaba con ella. Ya hay muchos jóvenes expertos, que saben qué están usando, lo que les da mayor confianza y hace que se atrevan con aromas más complejos”. Creada en 2013 (y aún independiente), la propia Ex Nihilo es una empresa joven. Aunque, como señala la experta, “ya no somos los nuevos, se han lanzado muchas desde entonces. Podría decirse que somos los adolescentes”.
Una casa adolescente con la mirada muy aguda, que ha sabido medir los tiempos y los gustos del mercado. “Recuerdo que hace 10 años la mayor parte de los puntos de venta solo vendía fragancias prestige o de diseñador. En este tiempo todo el mundo ha subido de nivel en su conocimiento y gusto por los perfumes y ahora en tiendas o grandes almacenes el mayor espacio está dedicado a firmas como la nuestra. Tanto que hasta las grandes casas de moda están lanzando sus propias colecciones de perfumes elevados para recuperar estos espacios”. Por suerte para todos, el mercado de la perfumería es cada día más amplio y las expectativas apuntan a que seguirá creciendo a un ritmo mayor que el resto del sector cosmético.

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