Puigdemont intenta capitanear la respuesta a la sentencia del ‘procés’

Carles Puigdemont mueve ficha para colocar bajo su dirección la respuesta política a la sentencia del procés en caso de que esta sea condenatoria, como así cree que sucederá. El expresidente catalán ha anunciado este martes en el club de prensa de Bruselas la convocatoria de una asamblea de cargos electos a la que estarán invitados diputados, senadores, alcaldes y concejales, con el fin último de tratar en Bélgica la estrategia a seguir tras el dictamen de los jueces.

La decisión la ha tomado tras reunirse durante horas con los miembros del denominado Consejo de la República, del que forman parte entre otros los exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí y el cantautor Lluis Llach. Sus integrantes creen que ni el Parlament ni la Generalitat pueden asumir ahora mismo el coste de convertirse en punta de lanza de la ofensiva independentista. Y buscan construir una institución paralela, libre de corsés y de la vigilancia judicial, que trascienda la estrechez de las siglas partidistas para dar una réplica unitaria al fallo de los tribunales, un esfuerzo de ensamblaje que resultó baldío ante otras citas como los preparativos de la Diada.

Por ahora, no hay ninguna certeza de que la adhesión vaya a ser mayoritaria. El entorno de Puigdemont ha mantenido contactos preliminares con formaciones independentistas para evaluar su eventual respaldo a la iniciativa, pero los políticos huidos en Bruselas son conscientes de que la sintonía entre Junts per Catalunya, ERC y la CUP está lejos de ser plena, con lo que dan por descontado que dentro de un mismo partido habrá cargos públicos que declinen el ofrecimiento mientras otros lo aceptan.

El llamamiento llega en un momento delicado para el líder independentista, con múltiples frentes abiertos. Puigdemont batalla por sentarse en la Eurocámara tras ser excluido de la misma, y aguarda a que la justicia española vuelva a reclamarle más pronto que tarde. En ese contexto de tensa espera, negó que esté estudiando escapar a un país sin tratado de extradición para esquivar la acción de los tribunales. Y dijo tener los deberes hechos para afrontar el enésimo envite judicial. "Estamos preparados para afrontar la euroorden desde Bélgica. Hace casi un año que estamos preparados. No hemos perdido el tiempo", aseguró.

El expresident, que dentro de un mes cumplirá dos años fugado en Bélgica, rechazó haber mantenido contactos con los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) encarcelados la semana pasada, como sugirieron fuentes cercanas al caso. "No tengo ninguna relación directa ni indirecta, ni necesito intermediarios para hablar con el señor Torra", zanjó. Y declaró sentirse "indefenso" ante las filtraciones judiciales que le asocian a los detenidos.

Puigdemont achaca ese intento por vincularle con los CDR a la desesperación por las intentonas fallidas por extraditarle a España. "Gonzalo Boye solo excluye que me acusen de matar a Kennedy, el resto todo es posible", ironizó citando a su abogado.