Rivera reclama 30.000 euros a Monedero por insinuar que se droga

Albert Rivera presentará este jueves una demanda contra Juan Carlos Monedero, a quien reclama una indemnización de 30.000 euros por un delito de intromisión ilegítima en el derecho al honor por supuestamente haber insinuado que el líder de Ciudadanos consumía cocaína. El candidato de la formación emergente ha anunciado que, si el juzgado resuelve a su favor, donará el dinero a asociaciones que defiendan la libertad y la democracia en Venezuela, informa la agencia Efe.

"No todo vale en la vida. No me parece legítimo. Mañana mismo se interpondrá la demanda (...) Tengo una hija, tengo familia, tengo honor, y eso para mí está por encima de la política", ha dicho Rivera durante una entrevista en La Noche de 24H. "Nunca se me ocurriría hacer lo que han hecho conmigo. La política es nobleza. No hace falta que vengan algunos supuestos nuevos para hacer esto. "Quiero que mi honor se restablezca".

El líder de Ciudadanos anunció el pasado 26 de noviembre que emprendería "medidas judiciales" contra el cofundador de Podemos por "utilizar mentiras y calumnias para dañar su honor". En una charla en Madrid, organizada por la revista satírica Mongolia, Monedero había insinuado mediante gestos (se llevó los dedos a la nariz) que Rivera consumía cocaína. "Lo noté así como eso que a veces te pasa, como que has hecho algo y estás como muy excitado", señaló el exdirigente de Podemos que, segundos después, se llevó los dedos a la nariz y levantó los hombros, entre las risas del público.

Tras el anuncio de Rivera, el cofundador de Podemos aseguró que lo que todos los medios habían titulado "nunca" salió de su boca y pidió no "caricaturizar" las elecciones generales con asuntos que no son "relevantes".

Pablo Iglesias achacó a una "broma" el gesto de Monedero. "No creo que Rivera tenga ningún problema con las drogas ni pienso que haya tenido ningún problema con la cocaína jamás", señaló Iglesias, que pidió, no obstante, "tomarse esas cosas con mas deportividad" porque, a su juicio, todos los dirigentes políticos han sufrido este tipo de bromas "a veces más agradables, a veces menos agradables".