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La lucha de los cineastas para seguir filmando en Gaza: “Israel trata una cámara como un ‘kaláshnikov”

El Festival de Cine de El Gouna, en Egipto, dedica su sección ‘Ventana a Palestina’ a siete cortos impulsados por nuevos directores jóvenes con el propósito de ofrecer una mirada más íntima de la Franja

Marc Español

“¿Puede realmente documentarse el dolor?”. La pregunta se la lanza la madre del cineasta palestino Ala Damo en una punzante conversación capturada en su último documental Gaza a los Oscar (2025), en el que el director plasma su experiencia personal mientras insiste en filmar la lucha diaria por sobrevivir en Gaza en medio de la guerra, los destierros y el asedio de Israel.

Damo inició su trayectoria artística en Gaza con pequeños proyectos documentales hasta que, en 2023, dirigió el cortometraje 24 Horas (2023), en el que retrata lo vivido por su amigo Mosab Al Nadi durante un solo día en el que salió con vida de tres bombardeos israelíes que lo dejaron sepultado bajo los escombros de un edificio situado en una supuesta zona segura de la Franja.

La película dio la vuelta al mundo y fue preseleccionada para los Oscar, lo que llevó a Damo a dedicar su siguiente obra a la lucha de los cineastas gazatíes que siguen grabando mientras, como el resto de la gente, vagan buscando un lugar seguro, algo de comida y un poco de agua.

“Los obstáculos para filmar son infinitos”, constata en una conversación por teléfono desde Gaza. “Empezando por la dificultad de moverse y filmar en áreas abiertas donde uno puede ser blanco de un ataque, ya que el ejército israelí trata cualquier cámara como un rifle Kaláshnikov que amenaza la vida de quienes la portan”, desliza Damo.

Busco documentar una experiencia real que compartí con cineastas de Gaza que desafiaron a la muerte y crearon sus películas en una época en la que la gente solo buscaba pan y sal, mientras ellos buscaban además una imagen y un mensaje
Nidal Damo, cineasta palestino

Gaza a los Oscar fue uno de los siete cortometrajes presentados este año en la categoría Ventana a Palestina de la octava edición del Festival de Cine de El Gouna, uno de los mayores eventos anuales de la industria en Egipto. En esta edición, celebrada en octubre, la sección estuvo dedicada a producciones realizadas recientemente en Gaza, con el propósito de ofrecer una mirada más íntima de la Franja e impulsar a una nueva generación de cineastas locales.

“Nuestro papel, a través de nuestra plataforma, es darles la oportunidad de ser escuchados”, reivindica el cofundador y director ejecutivo del festival, Amr Mansi. “Porque, al final, este poder blando, esta imagen, es lo que perdurará. Y cuando nuevas generaciones jóvenes vayan al cine y vean estas películas, sabrán cómo vivieron y conocerán su sufrimiento”, agrega.

Otra de las producciones seleccionadas en el festival, Historias inconclusas (2025), de Nidal Damo, se adentra en la vida de un cineasta que, como ellos, continúa trabajando en condiciones muy duras con la esperanza de que las historias que capturan sean vistas en todo el mundo y los palestinos sean recordados a través de sus propias palabras.

“En Historias inconclusas busco documentar una experiencia real que compartí con cineastas de Gaza, que desafiaron a la muerte y crearon sus películas en una época en la que la gente solo buscaba pan y sal, mientras ellos buscaban, además, una imagen y un mensaje”, subraya Damo, que actualmente está trabajando en otras producciones que todavía buscan financiación.

Aspecto universal del ser humano

Otros de los documentales proyectados en El Gouna capturan la dura realidad cotidiana de Gaza. Sueños muy pequeños (2025), de Itimad Wishah, muestra la lucha diaria de las mujeres en campos de desplazados, como Nour, que intentan preservar su salud y dignidad en condiciones muy difíciles. Hassan (2025), de Muhamed al Sharif, narra la historia de un chico de 17 años detenido mientras iba a buscar harina y la angustiosa espera de su familia que no sabe qué le ha pasado.

“Conocí a Hassan a través de un amigo desplazado que estudiaba en su misma escuela, y yo buscaba historias reales que documentar”, cuenta Al Sharif, también por teléfono desde Gaza. “No lo dudé ni un instante y fui a conocerlo. Desde el primer encuentro sentí que su historia representaba gran parte del dolor de Gaza”, nota. “Para mí, filmar a Hassan fue filmar Gaza”.

Como Damo, Sharif comparte que se enfrentó “a muchas dificultades durante el rodaje”. “Me dispararon más de una vez y siempre sentí que podían atacarnos en cualquier momento. La película se rodó con miedo e inseguridad [constantes]”, añade el cineasta, que actualmente trabaja en un largometraje sobre su vida, la de su familia y su relación con su hija en la guerra.

Los demás cortometrajes seleccionados se adentran, en cambio, en la vida de jóvenes artistas. Sueños de Farah y Zahra (2025), de Mostafa al Nabeeh, acompaña a dos chicas que se refugian en su creatividad e imaginación: una a través del dibujo y la otra de su voz como dobladora. En El deseo (2025), de Aws al Banna, un director de teatro que lo ha perdido todo, recurre al arte para ayudar a adolescentes a canalizar y transformar sus heridas sobre un escenario.

“Lo que buscamos es el aspecto universal del ser humano: no hablamos de gazatíes, sino de alguien que podrías ser tú”, observa el destacado cineasta palestino y productor de los cortometrajes Rashid Masharawi. “Uno perdió a la chica que amaba; otro quiere a sus hijos; ella quiere ser actriz, cantante, pintora. Como tú, en todas partes”, apostilla.

Color bajo el cielo (2025), de la cineasta Reema Mahmud, ofrece un retrato conmovedor de Aya, una joven cantante de 22 años cuyo padre y hermano fueron asesinados por un francotirador israelí y tuvo que refugiarse con su madre en una tienda de campaña en el sur de la Franja. Aun así, la chica se aferra a la música y se empeña en seguir componiendo, cantando y grabando.

“Quería hacer una película diferente sobre Aya, que fuera un estímulo psicológico que la animara a volver [a la música]”, cuenta por teléfono desde Gaza Mahmud, que ya conocía a la joven antes de la guerra. “La película describe su lucha por grabar una canción en ausencia de estudios: la compone en una tienda y la graba en un coche”, añade la cineasta, que está trabajando en otras dos producciones para las que todavía no ha asegurado fondos.

Proteger la memoria

Los siete cortometrajes seleccionados para el Festival de Cine de El Gouna forman parte del proyecto Desde la Zona Cero Plus, una serie de documentales producidos durante la guerra en Gaza. Al frente está Masharawi, quien dirigió una iniciativa similar en 2024, Desde la Zona Cero, ampliamente aclamada en festivales de cine internacionales.

“Las noticias son importantes para saber lo que está pasando, pero lo que sucedió hace dos horas o lo que pasó ayer es tratado como historia”, reflexiona Masharawi en una entrevista en El Gouna. “Sin embargo, todo eso forma parte de la memoria, y el cine la conserva y protege”, considera.

Masharawi, que nació en el campamento de refugiados de Al Shati, apunta que su objetivo era capturar historias y ofrecer un espacio creativo a talentos de la Franja, dándoles la oportunidad y los medios. “Mi papel ha sido de productor y supervisor artístico, y he usado mis contactos para que el mundo viera las películas”, expone.

Hay una guerra en curso por la opinión pública y es una gran lucha que no se libra en Gaza sino en el mundo
Rashid Masharawi, productor y director de cine

Convencer a los directores no siempre fue una tarea sencilla. “La prioridad de la gente es buscar comida, agua, medicinas, un lugar seguro, y están en constante movimiento mientras están perdiendo amigos y familiares; la mayoría lo ha perdido todo”, recuerda Masharawi.

El cineasta palestino, director de películas como El cumpleaños de Laila (2008), defiende, sin embargo, la importancia de compartir estas historias. “Hay una guerra en curso por la opinión pública y es una gran lucha que no se libra en Gaza, sino en el mundo”, sostiene. “[Israel] nos mata como [si fuéramos] números —100, 500, 600 muertos— pero lo que venimos a decir es que estos números tienen nombre, rostro y color de ojos. Tienen sueños, familias e hijos. Aman la vida”, expresa.

Por la alfombra roja de El Gouna han pasado en esta edición figuras de renombre como la actriz australiana Cate Blanchett, las españolas Georgina Amorós e Hiba Abouk y la mayoría de las celebridades del panorama cinematográfico egipcio. Pero ninguno de los directores de los cortometrajes sobre Gaza pudo acudir debido al bloqueo de Israel sobre la Franja.

“Me hubiera encantado estar allí, presentar mi película personalmente y vivir la proyección entre la gente y otros directores”, reconoce Sharif. Damo se resigna a haber estado presente “en espíritu” y explica que siguió su corto en directo por una videollamada con Masharawi. “Su presencia representa a todo el cine palestino”, añade, “esperamos estar allí a la próxima”.

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Sobre la firma

Marc Español
Escribe en EL PAÍS desde 2020. Desde El Cairo, su trabajo se centra principalmente en Egipto y Sudán, y sigue de cerca Gaza y Libia. Licenciado en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
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