Los museos que no existen
Los lectores y las lectoras escriben sobre los espacios de memoria histórica, las declaraciones del secretario general del PP madrileño, el asesinato de Charlie Kirk y la turistificación de la capital de España
En muchos países de Europa hay museos sobre el Holocausto, el nazismo o el comunismo. Y existen museos sobre dictaduras en países como Argentina, Chile o Camboya. Los museos nos hablan sobre lo que un país ha sido y, en consecuencia, lo que es. Pero también me parecen importantes los museos que no existen, pues en su ausencia hay un mensaje igual de revelador sobre un país. Estos museos relatan hechos del pasado que una sociedad quiere mantener en su memoria colectiva, precisamente porque ha dejado atrás el lastre de ese pasado y puede mirarse a sí misma como quien se detiene a contemplar sus cicatrices. Me pregunto por qué en España no hay ningún museo sobre el franquismo.
Jorge Pérez. Ourense.
Educación cero
Hay que tener poca educación y desvergüenza para, como ha hecho el secretario general del PP de Madrid, tachar de “gentuza” a ciudadanos que libre y democráticamente deciden manifestarse al amparo del artículo 21 de la Constitución Española. Algún que otro personaje de la política se cree con el derecho de insultar a 100.000 españoles, así, de una tacada. ¿A quién quiere dar ejemplo de civismo un político con ese comportamiento ante un medio de comunicación?
Félix Jiménez. Madrid
Por Kirk, sin Kirk
Resulta que lo más irrelevante del asesinato de Charlie Kirk ha acabado siendo el propio Kirk. Los republicanos se han apresurado a clamar venganza contra una izquierda revolucionaria, mientras que los contrarios a la ideología ultraconservadora de Kirk señalan la ironía de que un defensor de las armas que justificaba las muertes producidas por estas haya sufrido ese destino. Su asesinato es utilizado para convocar una cruzada contra la izquierda, pese a que esta no haya sido responsable de su asesinato. Los republicanos afirman que esta incita la violencia con discursos de odio; claman venganza por su paladín asesinado. Ojalá este ejemplo sirviese para que desde Europa nos diésemos cuenta de las consecuencias de la polarización política extrema, de la que no estamos tan lejos.
Aurora Hernández Noguerol. Santander
¿Dónde está Madrid?
Desde hace años observo cómo Madrid ha ido cambiando, pero lo que ha sucedido en los dos o tres últimos es simplemente increíble. En mi barrio, donde antes apenas había turistas, hoy se escuchan lenguas de medio mundo en cafeterías de moda donde un simple bollo cuesta seis euros. Mi edificio, construido en 1906 y habitado durante décadas por familias de toda la vida, se ha ido vaciando: los mayores fallecieron y sus viviendas acabaron en manos de grandes fortunas extranjeras. Pisos que hace poco se vendían por 300.000 euros hoy alcanzan el millón en cuestión de días. Al lado, levantan viviendas turísticas. Los tres bloques de enfrente han expulsado a todos los inquilinos para transformarlos en apartamentos de lujo. Sé que las ciudades cambian, y me considero abierta. Hoy la ciudad ya no es para sus vecinos, sino para quienes pueden pagar lo que nadie de aquí puede permitirse. ¿Dónde está Madrid?
Cristina Crisol. Madrid
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