La apuesta por espacios libres de discriminación en el trabajo se consolida en México
El impulso a políticas de diversidad, equidad e inclusión toma fuerza en el sector energético. Iberdrola México cerró 2025 con un reconocimiento nacional por su Plan de Espacios Seguros y con más de 3.200 horas de formación en temas de igualdad


En los últimos años, la conversación sobre diversidad e inclusión en el trabajo ha ganado un lugar estable en la agenda empresarial mexicana. La atención ya no se limita a protocolos o capacitaciones aisladas: se ha convertido en un ejercicio de estructura, seguimiento y cultura que permea progresivamente en los equipos. En ese contexto, cada vez más compañías han buscado transformar su entorno laboral en espacios donde el respeto, la seguridad y la igualdad no dependan del azar ni de la buena voluntad individual.
Entre esas iniciativas se encuentra el trabajo realizado por Iberdrola México, que en 2025 profundizó su estrategia interna de diversidad, equidad e inclusión. El año cerró con 38 eventos, más de 3.200 horas de actividades y la participación de la totalidad de su plantilla en alguna iniciativa de la Oficina de Igualdad de Oportunidades e Inclusión. La compañía recibió además el reconocimiento a Práctica Excepcional por su Plan de Espacios Seguros en la quinta edición del premio Empresas Excepcionales, un distintivo que, según la organización, refleja un avance en la manera en que se atienden y previenen situaciones de violencia, discriminación o riesgo en el entorno laboral.
Para Luis Uribe, responsable de la oficina encargada de impulsar estos cambios en la compañía energética, el programa ha permitido que la conversación sobre igualdad se vuelva parte de la vida diaria. “Hablar de espacios seguros es una construcción colectiva donde todas las personas debemos ser corresponsables de generar ambientes donde podamos ser nosotras mismas”, explicó en entrevista con este diario. El énfasis, afirma, está en la práctica cotidiana más que en los anuncios: “Que el error no se vea como una acción equivocada, sino como parte de tu crecimiento”.

Uribe sostiene que uno de los indicadores más claros del avance ha sido la transformación paulatina en los hábitos y en la comprensión de los comportamientos: “Ahora ya sé que esto que dije en algún momento pudo haber sido doloroso, pudo haber sido victimizante o pudo ser violento, y ahora entiendo por qué no debo hacerlo”, añadió. El área también ha observado mejoras en encuestas internas de clima y la aparición de iniciativas planteadas directamente por los equipos operativos, más allá del área encargada de diversidad.
Esas acciones se han expresado en decisiones tangibles: ajustes en infraestructura, proyectos de inclusión impulsados por áreas técnicas, participación del 20% de la plantilla en comunidades internas de diversidad y la organización de la Semana de la Igualdad, que se celebró en julio y sirvió para firmar las Metas DEI a 2027 de la compañía. Uno de los ejemplos citados por Uribe es la adaptación de accesos y espacios físicos para facilitar la movilidad de personas con discapacidad, proveedores y visitantes. Se han implementado distintas mejoras en la infraestructura de sus instalaciones, comenzando con una puerta de entrada al corporativo totalmente automática.

El reconocimiento recibido este año también supuso un ejercicio de evaluación externa. Para Uribe, ese proceso sirve para revisar los indicadores y localizar áreas de mejora: “Que un externo nos venga a decir qué cosas podemos mejorar”, dijo. En paralelo, varios equipos han comenzado a incorporar la perspectiva de inclusión en procesos como la cadena de valor, los grupos de mujeres han desarrollado campañas de sensibilización y se han impulsado proyectos de formación para personas con discapacidad en alianza con organizaciones especializadas.
De cara a 2026, la oficina planea profundizar en tres ejes: la estrategia de cuidados con enfoque de derechos humanos, la colaboración con asociaciones que contribuyen al bienestar de las personas migrantes y el fortalecimiento del trabajo sobre masculinidades para involucrar más a los hombres en la conversación. “Hablar de diversidades, hablar de masculinidades, es hablar de proyectos que puedan fomentar relaciones de género mucho más saludables”, apuntó Uribe.
El reto principal, admitió, consiste en sostener el ritmo y convertir la inclusión en un proceso continuo, no en una serie de campañas anuales. En un entorno donde las desigualdades del país atraviesan los lugares de trabajo, Luis Uribe destacó que la responsabilidad de las empresas es mantener una línea clara: “Poner siempre a las personas en el centro de las decisiones”.
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