Impulsando a las ingenieras que hacen país

Hace unos minutos, Estrella de los Ángeles Lázaro (Oaxaca de Juárez, 22 años) terminó su ceremonia de graduación. Estudió Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO). En esta tarde tan solemne, vistió un traje negro formal con una cinta rosa mexicano, uno de sus colores favoritos.

“En un principio yo quería estudiar arquitectura”, cuenta Estrella en una llamada telefónica con este diario. “Mi papá es albañil, entonces yo veía cómo él daba a otras personas la posibilidad de poder construir un espacio seguro para sus viviendas”. Pero cuando le tocó elegir universidades y carreras, algo le llamó la atención. “Cuando llega el momento de tomar la decisión de qué carrera voy a estudiar, pues veo que varias están enfocadas al área de las ingenierías. Mecatrónica me llamó la atención por toda la innovación y desarrollo que tiene, y que es de gran utilidad tanto para el presente como para el futuro”, recuerda.

Cada 23 de junio se celebra el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, abriendo un espacio para visibilizar su presencia en una disciplina que durante siglos les fue negada. La ingeniería, ese oficio históricamente masculino, empieza a hablar en femenino.

En México, el panorama aún es desigual. De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública y la ANUIES, solo el 30 % del alumnado en carreras de ingeniería son mujeres. En el campo laboral, el rezago es más marcado: apenas 2 de cada 10 personas empleadas como ingenieras son mujeres, muchas de ellas concentradas en niveles técnicos o con menor acceso a puestos de decisión.

Con el objetivo de eliminar esta brecha, desde 2019 surgió una iniciativa que busca revertir el rezago desde la raíz: Impulso STEM, un programa de Iberdrola México que busca fomentar vocaciones científicas y tecnológicas entre niñas y adolescentes, especialmente en comunidades marginadas o rurales. Estrella de los Ángeles Lázaro fue una de las beneficiadas con una beca que le dio la oportunidad de estudiar una carrera universitaria.

“Cuando yo me entero por redes sociales y veo que el proyecto está enlazado a la universidad, de inmediato apliqué para la beca. Precisamente por esta necesidad de estudiar y las ganas que yo tenía de salir adelante con una carrera de corte STEM”, explica Estrella, que fue aceptada en la primera convocatoria del programa.

El objetivo de Impulso STEM es claro: formar a futuros talentos mexicanos en ingeniería. Con un especial enfoque en las mujeres desde la secundaria para sembrar en ellas la curiosidad y darles herramientas para imaginarse, desde temprano, en carreras científicas, tecnológicas, de ingeniería o matemáticas.

Para Estrella, el programa le dio la oportunidad de encontrar un empleo apenas terminó la universidad. “Actualmente trabajo en el sector automotriz, en el que aplico los conocimientos obtenidos durante la carrera en distintos temas, como en el diseño de circuitos eléctricos o en programación. El apoyo de la universidad y del programa Impulso STEM fue muy importante para que pudiera desarrollarme, porque me encuentro trabajando fuera de la ciudad, fuera del estado”, explica.

La joven hoy trabaja en Querétaro y agradece el apoyo económico que recibió a lo largo de la beca, que le permitió salir de su lugar de nacimiento y de su zona de confort. “He ido aprendiendo y eso ha sido muy satisfactorio para mí”, finaliza Estrella.

Hasta el momento, Impulso STEM de Iberdrola México ha beneficiado a 76 estudiantes con becas y a más de 2,000 jóvenes en Oaxaca y Puebla a través de mentorías, talleres y estancias en centros de formación tecnológica. Muchas de ellas son la primera generación de sus familias en pisar una universidad. Otras, las primeras en su comunidad en pensar en una carrera científica.

Ahora, Iberdrola México ha abierto una nueva convocatoria de 30 becas para que jóvenes de Oaxaca y Puebla estudien alguna ingeniería en los siguientes centros académicos: Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO), Instituto Tecnológico del Istmo (Oaxaca) e Instituto Tecnológico Superior de Libres (Puebla).

Este 23 de junio, más que celebrar, conviene reconocer. Que hay ingenieras mexicanas diseñando un país más justo. Y que mientras más niñas se atrevan a seguir ese camino, más se acorta la brecha entre lo que somos y lo que podríamos ser.