Aleida Argueta, una ‘intelectual’ que se burla de la alta cultura
La influencer mexicana conquista las redes con ironía y una propuesta de videoensayos para los curiosos de la literatura


Aleida Argueta (29 años) se coloca en una esquina de su habitación blanca y habla frente a la cámara. Las personas que se distraen fácil no sufren por las intervenciones de colores o movimientos, y sus palabras parecen hipnóticas. Habla con autoridad, pero antes de que den ganas de moverse al siguiente video, porque no está en TikTok para ser seria, suelta una pregunta irónica o alguna grosería que mantiene a la audiencia ahí, con la mirada clavada, no da tiempo de aburrirse.
En ocasiones hace preguntas o afirmaciones que parecen fuera de lugar: “¿Por qué Belleza de Cantina de los Cardenales de Nuevo León es una pieza literaria del realismo?”, “El audio del Fierro viejo no es ruido, es poesía urbana”, sus breves videoensayos proponen análisis literarios o filosóficos de temas populares y, de pronto, cambia el color de la escena y dice que te tomará de la barbilla y te besará o saca la lengua y se ríe de sí misma. Así es su contenido, parece impredecible, explosivo, pero quien acaba de verlo aprende algo nuevo.
Argueta usa su nombre como arroba y su contenido se acerca mucho más a lo educativo que al entretenimiento, aunque a veces cuenta algo personal y otras hace historias falsas o “fan fics” sobre pilotos de la Fórmula 1. Comienza casi cada video presentándose como “yo, una intelectual”, aunque a algunos usuarios de redes les produzca molestia por “creerse superior”, como dicen en sus comentarios.
La mayor parte de su contenido hace un contraste con textos académicos o con lo que algunos denominan “alta cultura”. Por ejemplo, cuando habla de que copia a otras creadoras de contenido, de pronto explica lo que significa la intertextualidad según Julia Kristeva. Lo explica, pero no endiosa a los autores.
Esta chica de rizos, que un día contó que los hace con calcetines, es de Ciudad Victoria, Tamaulipas, al norte de México y es licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de Nuevo León, aunque hoy vive y trabaja en Ámsterdam. Forma parte de la generación de adolescentes que soñaban con ser youtuber e intentó diversos tipos de contenidos en redes. En la pandemia, con el crecimiento de Tiktok, empezó a hacer lo que otras personas de su edad: grabarse. Aunque reconoce que aún no tenía un estilo propio. Así es como llegó a lo que es hoy, una creadora de contenido con más de 280.000 seguidores en Instagram y 284.000 en TikTok, que no paran de crecer.
En sus videos y en entrevista asegura, entre bromas, que tiene una “pulsión” por estar en el foco, obtener atención. Algunas veces pide interacciones con sus videos para que se haga rica. Además, no tiene temor a contar lo que sueña. En alguna de las intervenciones que hace con el público pide que la hagan famosa para que Guillermo del Toro le adapte uno de sus manuscritos. Esto no es un chiste, es un anhelo que dice en voz alta.
Aunque Argueta admite que ella empezó la carrera muy segura de sí y la terminó siendo retraída, su amiga de la universidad, Lorena Valdivieso, la describe como alguien que siempre ha sido brillante. Cuando Aleida era estudiante impulsaba a sus compañeras a aprender, hacía juegos en su casa para incentivar el estudio y estaba presente cuando la necesitaban, ella no requería trabajar y les hacía más sencilla la vida a quienes sí.
Su humor, su risa que parece burlona, no están solo en las redes, también lo mencionaban los profesores. Argueta se sentía alejada de sus compañeros que lograban hablar de cosas de alta cultura en todos los espacios, en las fiestas y fuera de los salones, cuando para ella esto no era natural: se sentía menos inteligente que el resto. Valdivieso, al contrario, la describe como jefa de grupo y una “estudiante ejemplar”. Al final, cuela a esos autores en sus videos, como si fuera cualquier chiste.
A ninguna de sus amigas les sorprendió que en 2024 empezara de manera seria a hacer contenido para redes. La conocían como una persona organizada, con la capacidad de hacer textos atractivos y las habilidades de maestra, alguien que sabe explicar temas complejos de forma fácil con el sueño de ser comediante metido en el cuerpo.
La otra marca permanente en Argueta es la profesión de su mamá, que estudió en la escuela normal. La maestra de la Universidad Pedagógica también le enseñó a su hija a investigar. Así, Aleida fue maestra de idiomas y hoy, en su trabajo formal, enseña a las personas a utilizar TikTok Shop en la misma ciudad que la vio hacer su máster en literatura.
Aunque su contenido parece espontáneo, como cuando platica sobre el romance de Cristian Nodal con Ángela Aguilar y los arquetipos de las narrativas, lo planea con mucho tiempo y ha dejado a un lado sus hobbies para dedicarle horas a su contenido. Admite que lo ve como una inversión. Si le va bien con las redes, también se dedicará a la escritura y a la comedia. Incluso la redacción de guiones empezó como una forma de imponerse disciplina, para forzarse a escribir. Pero hay videos donde admite que siente muchísimo amor, que las redes le cambiaron la vida, pero las ideas no le fluyen siempre, aunque se esfuerza.
Para ella, 2026 parece un año prometedor, que le ayudará a llegar a su primera meta, el millón de seguidores. Lo que hace también ha permeado a otros espacios y más creadores mexicanos realizan ensayos en video sobre lo popular y lo académico. La influencer asegura que continuará a pesar de los conflictos internos, pero se sigue riendo y teniendo temor de lo bien que le caen los comentarios halagadores, cuando le sugiere a su audiencia que se siente en sus piernas para que les susurre al oído.
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