La Pasión de Cristo en Iztapalapa entra a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
La representación de pasajes bíblicos durante Semana Santa organizada por vecinos al oriente de Ciudad de México es reconocida por la Unesco como una “expresión de fe, identidad y cultura que atrae a millones de visitantes cada año”


México engrosa su lista de aportaciones al Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La Pasión de Cristo en Iztapalapa, el Vía Crucis más popular del país, ha sido reconocido este miércoles por la Unesco por tratarse de “una tradición comunitaria que reúne a los residentes locales en una expresión de fe, identidad y cultura”. El organismo de Naciones Unidas ha inscrito la representación que tiene lugar durante la Semana Santa en su Lista Representativa, un inventario que le otorga reconocimiento mundial y refuerza el compromiso del país y los organizadores para protegerla. “Más allá de sus raíces religiosas, este elemento promueve la cohesión comunitaria, fomenta la solidaridad y preserva el patrimonio cultural gracias a su vínculo con las artes y la artesanía tradicional”, resalta la Unesco en la candidatura impulsada tanto por el comité organizador y la Secretaría de Cultura, como por el Gobierno de Ciudad de México y el de la alcaldía Iztapalapa.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Pasión de Iztapalapa inició en 1843 como resultado del cumplimiento de una promesa al Señor de la Cuevita —una representación de Jesús venerada en la alcaldía— tras superar un brote de cólera. La representación, que convierte las plazas y calles en escenarios bíblicos durante Semana Santa, se inspira en el teatro evangelizador virreinal y está organizada por los vecinos de los ocho barrios de Iztapalapa. Mientras algunos fungen como actores, otros se encargan de la ambientación, la escenografía, los vestuarios o el tallado de la cruz que lleva Jesús a cuestas.
Si bien la parte más visible de la Pasión de Iztapalapa tiene lugar el Jueves y Viernes Santo con la representación de la última cena, el juicio a Jesús y su crucifixión, los preparativos arrancan desde diciembre con la logística, la asignación de papeles y el inicio de los ensayos. Aunque se trata de un evento masivo, el comité organizador exige que los participantes sean nativos y residentes de uno de los barrios de Iztapalapa. “Con el tiempo, esta representación evolucionó hasta convertirse en un evento cultural importante que atrae a millones de visitantes cada año”, resalta el organismo de Naciones Unidas en la candidatura.
Durante su conferencia de prensa mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum felicitó al comité organizador y a las instituciones encargadas de gestionar la candidatura, mientras que Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura, celebró el “reconocimiento histórico que honra casi dos siglos de tradición, fe, identidad y organización comunitaria”. Con su entrada a la Lista Representativa de Unesco, la Pasión de Cristo en Iztapalapa se une a otras manifestaciones culturales del país reconocidas por el organismo como el Día de Muertos, el mariachi, la charrería o la cocina tradicional mexicana.
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