La justicia mexicana buscaba desde hace un año a Manfred Quintanilla, el empresario mexicano detenido por el ICE en Estados Unidos

Desde hace una semana, el empresario mexicano Manfred Mauricio Quintanilla Hernández duerme en el Centro de Procesamiento en Adelanto, California, bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Vinculado con el Grupo Transportistas Unidos Mexicanos, compañía dedicada al transporte de mercancías por carretera, llevaba más de un año fugado de la justicia mexicana, que le busca por presuntos delitos de falsedad de declaraciones y operaciones con recursos de procedencia ilícita,

De acuerdo a varios reportes en medios, Quintanilla Hernández lleva fuera de México desde mediados de 2024, cuando se libraron diversas órdenes de aprehensión contra él por delitos de falsedad de declaraciones. Pocos meses después, El Sol de México reportó que habían llegado nuevos señalamientos sobre operaciones con recursos de procedencia ilícita vinculadas con Quintanilla Hernández y su entorno. Ese medio asegura que estos cargos están vinculados con la empresa Energía del Valle de México, que habría sido contratista del Gobierno de Ciudad de México a través de la Comisión Federal de Electricidad.

Otro de los escándalos con los que está relacionado este empresario tiene que ver con la publicación en febrero de 2024 en la agencia de noticias ProPublica de una filtración de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, sobre que la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en el año 2006 tuvo aportaciones de grupos criminales. Según lo publicado, los contactos entre los criminales y el equipo del entonces candidato los realizó Mauricio Soto Caballero, un hombre de negocios y operador político.

Desde 2002, Soto Caballero y Quintanilla Hernández eran socios en la empresa Arte y Creatividad Digital S.A. de C.V, que tuvo contratos con la Administración pública de la capital, concretamente con la Red de Transporte de Pasajeros. Esta estaba dirigida por Rafael Marín Mollinedo, primo de Nicolás Mollinedo, hombre de confianza de López Obrador y descrito por ProPública como “el jefe de logística de la campaña”.

Una columna, en Milenio, especula que un conflicto en torno a esta empresa y sus contratos llevó a Quintanilla Hernández a ser “uno de los creadores de la versión publicada respecto a que el crimen organizado en 2006 entregó dinero para la campaña de AMLO a Nicolás Mollinedo y al también empresario Mauricio Soto Caballero”.

También hace pocos días se publicó en Proceso que Quintanilla Hernández está involucrado en más de 60 procesos judiciales, entre federales y locales, con amparos, quejas, juicios mercantiles, civiles… sólo entre 2024 y 2025. También cuestionaban que empresas vinculadas con él, como Grupo TUM, sigan recibiendo contratos públicos. El último de importancia fue del Servicio Postal Mexicano: más de 1.000 millones de pesos para operar una serie de rutas de reparto.

Mauricio Quintanilla Hernández es hijo de Miguel Quintanilla Rebollar, fundador de Grupo TUM, empresa que opera servicios de transporte de carga vía terrestre y aérea. Es heredera de Auto Express Mexicano, creada en el México postrevolucionario por Marcelo Quintanilla Soberanes. Mantiene varios contratos con el Gobierno mexicano, incluyendo relacionados con el Servicio Postal Mexicano. Su director actual es Miguel Quintanilla Hernández, quien firma un comunicado en el que la empresa se deslinda de la situación legal de Mauricio Quintanilla. “Se manifiesta que la situación referida en medios no guarda relación alguna con Grupo TUM”, dicen.

“El señor Mafred Mauricio Quintanilla participa únicamente en el capital social de Grupo TUM como heredero de una parte del patrimonio de su padre, desde hace 15 años el vínculo es estrictamente societario y patrimonial, sin funciones directivas, administrativas u operativas dentro de la compañía, pues de hecho durante los últimos siete años ha residido en el extranjero”, se lee en el comunicado.