Ir al contenido
_
_
_
_

El Choko y La Chokiza, una historia de política y crimen en Ecatepec

La detención del líder de esta enigmática organización de la zona metropolitana de la capital pone en la diana a la política local, desde Sandra Cuevas a la alcaldesa del municipio

Detención de El Choko, líder de 'La chokiza'.
Pablo Ferri

Su símbolo es un Jesucristo en motocicleta, manejando a toda velocidad, con una tableta de chocolate en el asiento del pasajero y fajos de billetes volando alrededor; sus dominios, un puñado de colonias del municipio de Ecatepec, en el noreste del área metropolitana de Ciudad de México; su banda sonora, las canciones de Eme Malafé, El Bogueto o Banda la Revancha, rap, trap, reguetón y corridos urbanos. Se hacen llamar La Chokiza, aparecen en redes como una organización que da asesoría jurídica, apoyo ante extorsiones y publicidad a negocios afiliados. Pero ahora ocupan los titulares por la detención, este miércoles, de su líder, Alejandro N, alias El Choko, acusado de extorsiones, homicidios y despojo de propiedades.

La captura del presunto criminal ocurrió en una plaza comercial de Ecatepec, uno de los suburbios más poblados del Estado de México, también uno de los más pobres e inseguros. Con el paso de las horas empezaron a trascender imágenes del detenido, cara conocida en la región, omnipresente en las redes sociales de su organización, en las que cuelga habitualmente vídeos, fotografías y demás parafernalia propagandística. En varios videos del último año, El Choko aseguraba que ya eran 10.000 afiliados. “Más sus familias, cuenten cinco o seis por familia”, decía. En otro, reciente, mostraba el talante justiciero que transpiran sus publicaciones. En las imágenes aparecían dos muchachos cariacontecidos, a los que el hombre acusaba de robar baterías de carro.

Antiguo agente de la Fiscalía del Estado de México, según reporteros que han estado pendientes de su trayectoria estos años, su nombre ha aparecido últimamente en la prensa, por sus flirteos con la política. La alcaldesa de Ecatepec, Azucena Cisneros, de Morena, apareció con él en un video en que ella animaba a celebrar el aniversario de la organización. En sus redes, La Chokiza y su líder han mantenido una relación algo enigmática con la administración de Cisneros, antigua diputada local y jefa de campaña de la gobernadora, Delfina Gómez. A veces, le apoyan, como hace unos días, cuando el municipio lanzó una campaña para limpiar las calles; otras, le critican, sobre todo en temas que implican a las fuerzas de seguridad.

Barba amplia en el mentón, carismático y enjoyado, El Choko ha compartido varios vídeos e imágenes igualmente con Sandra Cuevas, la exdirigente de la alcaldía Cuauhtémoc, en la capital. En uno, ambos aparecen bailando. El Choko se cuela también en la inauguración de la galería de arte de la política, en mayo, y otros de sus eventos. Preguntada por su relación a principios de agosto, Cuevas se puso de perfil: “Si tienen algún tema [con la justicia], que la autoridad lo resuelva, no yo”, dijo. La Chokiza participó en la rodada motera que organizó Cuevas el 31 de agosto en la capital, que acabó con más de un centenar de motos decomisadas, detenidos, y un joven muerto, atropellado.

El Choko y Sandra Cuevas el 22 de mayo de 2025.

El Choko ha mostrado su cara más institucional en las últimas semanas. En varios vídeos, ha acusado a la policía de Ecatepec, en especial al GOES, el grupo especial de operaciones de la corporación, y a la Secretaría de Marina, de acosar a ciudadanos. En los vídeos en que lanza tales acusaciones, grabados en un despacho, aparecen varias figuras de Batman, además de un cuadro del justiciero, junto a otro de Jesucristo, en segundo plano. En uno, publicado el 21 de agosto, refería precisamente un enfrentamiento multitudinario ocurrido entre la policía municipal y presuntos integrantes de Los 300, otro supuesto grupo criminal local. “En Ecatepec no existen grupos de choque, existen agrupaciones que defienden a actores de comercio, de transporte. Del otro lado, sí existen grupos de choque, con placa. El municipio ataca a los ciudadanos, que ya están cansados”, dijo.

La del Choko y la Chokiza ilumina una de las ramas criminales del árbol mexicano. Si el relato de las autoridades es cierto, El Choko y su grupo se dedicaban a delinquir, alimentando, a la vez, una imagen diametralmente opuesta, la de los luchadores sociales. Así, la dificultad consiste en discriminar el disfraz del disfrazado, cosa que ocurre habitualmente con sindicatos y organizaciones gremiales, desnaturalizadas en favor los intereses criminales de sus dirigentes. Lo mismo ocurre en otras partes de México. En Guerrero, por ejemplo, grupos criminales han usado, o usurpado directamente, marcas de policías comunitarias, para evitar el mazo de las autoridades, caso de Los Ardillos. En Chiapas, el Cartel Jalisco Nueva Generación inventó una marca gremial, El Maíz, para infectar el tejido social de las rancherías.

En el caso de La Chokiza, el fenómeno sería todavía más complejo. La imagen de luchadores sociales que han construido en los últimos dos o tres años se apoya en un impresionante aparato publicitario en redes sociales, con vídeos mostrando repartos de juguetes, alimentos, o incluso sillas de ruedas. El Choko se presenta además como una especie de mesías barrial, perseguido por decir la verdad, conocedor de los entresijos de la política local y sus corruptelas, pero también humano y cercano, calculadamente vanidoso. Lo mismo sale cantando la canción de El Bogueto, Somos Ñeros, abreviatura popular de compañero, que viste traje y corbata.

Su detención es la última de una serie de capturas de presuntos integrantes del grupo, desde junio del año pasado. En varios golpes entre el Estado de México y la capital, las autoridades han detenido a media docena de miembros de La Chokiza. En abril cayeron dos por invadir un predio en Ecatepec. En febrero cayeron dos más por viajar en una moto robada. El catálogo de delitos que se atribuye al grupo incluye también la extorsión. Las autoridades no han dado de momento demasiados detalles sobre los casos que enfrenta El Choko.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_