Acorralados y cada vez más cerca de pactar con Estados Unidos: todos los frentes judiciales de la familia del Chapo Guzmán
Con casi una veintena de miembros del clan en territorio estadounidense, se estrecha el cerco sobre la dinastía de narcotraficantes más importante de México


La familia Guzmán, aristocracia del narcotráfico en Sinaloa, se debilita bajo el asedio judicial de Estados Unidos. El cruce hace unas semanas de 17 familiares del clan a territorio estadounidense, y la inminente declaración de culpabilidad del menor de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, cabeza familiar, condenado a cadena perpetua en aquel país, dibujan su decadencia. La negociación de Ovidio Guzmán, El Ratón, con la Fiscalía estadounidense, podría dar la vuelta al tablero del narcotráfico en México, por sus posibles revelaciones. Mientras tanto, sus dos medio hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, siguen embarrados en la guerra en Sinaloa, con la presión del aumento de la recompensa millonaria que la DEA ofrece a cambio de información para atraparlos.
Todas las expectativas están puestas ahora en el contenido del acuerdo que ha negociado El Ratón con la Fiscalía. Con una docena de acusaciones en su contra, la mayoría por tráfico de fentanilo, cocaína, y metanfetamina, la mejor posibilidad del menor de Los Chapitos es intercambiar la información en su poder, traicionar a antiguos socios y revelar los engranajes del narcotráfico en México, a cambio de una reducción de su condena. El primer paso de esa estrategia sería declararse culpable, según adelantó el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, y tal y como confirmó él mismo firmando el primer documento judicial de culpabilidad, este lunes.
Si la extradición de Ovidio cerraba una etapa de la familia en el país, el sigiloso traslado de 17 parientes a Estados Unidos, a través del puerto de San Ysidro, en Tijuana, marca la siguiente. El secretario de Seguridad mexicano, Omar García Harfuch, argumentó que el viaje era la consecuencia “evidente” de una negociación. “Es un acuerdo entre un procesado y la autoridad”, señaló en una entrevista radiofónica. “Es evidente que si su familia se va ahora es por esta negociación”, añadió.
El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, detalló que en México los familiares que salieron no tienen abierto un proceso legal. “Tampoco sabemos que haya ningún procedimiento legal en contra de ellos en los Estados Unidos, simplemente actuaron con libertad, cruzaron la frontera y tuvieron un encuentro con autoridades federales norteamericanas”, sentenció. El abogado Lichtman aseguró a la CNN que el traslado de los familiares de su cliente no forma parte del acuerdo de culpabilidad. Ese mismo medio citaba a una fuente del gobierno de Estados Unidos que asegura que los familiares están dispuestos a ofrecer información a cambio de convertirse en testigos protegidos.

Entre el grupo de familiares que ahora está en territorio estadounidense estaría Griselda López Pérez, la madre de Ovidio. En 2010, la Procuraduría General de la República arrestó a la mujer durante un cateo en su domicilio en Culiacán, tras una investigación financiera, ya que manejaba ingresos muy superiores a los que tenía dados de alta en el Registro Federal de Contribuyentes. Tras dar su declaración ante las autoridades mexicanas, fue puesta en libertad. Dos años después, el Departamento del Tesoro de EE UU la puso en su lista negra por ayudar al Chapo a evadir la justicia y por su rol en las operaciones de narcotráfico de su marido. “Griselda López Pérez brinda apoyo material a las actividades de narcotráfico de su esposo”, aseguró la dependencia estadounidense en un comunicado entonces.
López es también la madre de Joaquín Guzmán López, El Güero Moreno. En julio de 2024, El Güero protagonizó presuntamente uno de los eventos más rocambolescos de la historia reciente del narcotráfico en el país. Organizó una reunión en Culiacán a la que convocó a su padrino, Ismael El Mayo Zambada, socio de muchos años de su padre, un veterano criminal que no había pisado la cárcel en medio siglo de carrera. Pero la reunión era en realidad una trampa. Apoyado en sus secuaces, Guzmán López secuestró presuntamente a su padrino y lo llevó al otro lado de la frontera en avioneta. Para las autoridades del país vecino, Zambada era uno de los trofeos más deseados.
Ambos aterrizaron en El Paso, Texas, y fueron detenidos por agentes de la DEA y del FBI. La principal teoría es que Joaquín vendió a El Mayo para negociar la situación de su hermano Ovidio. Ahora, Joaquín, detenido en la misma prisión de Chicago que Ovidio, también está negociando un acuerdo con la Fiscalía, a través del abogado Lichtman. De momento, se ha declarado no culpable de los cinco cargos federales relacionados con narcotráfico de que se le acusan y ha esquivado la petición de pena de muerte por parte de la Fiscalía.
Los otros dos hijos del Chapo fichados por Washington que siguen fugitivos son Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijos de la primera esposa del capo —María Alejandrina Salazar Hernández— y medio hermanos de Ovidio y Joaquín. Sobre las cabezas de los dos hijos mayores del capo, que siguen dirigiendo el cartel y librando la guerra contra los seguidores del Mayo en Sinaloa, pesa una recompensa de 10 millones de dólares. Son los últimos trofeos que codicia el Gobierno de Estados Unidos, que les ha congelado empresas y bienes, en un esfuerzo por obstaculizar la producción y distribución de fentanilo, de la que los acusa.
El Departamento del Tesoro señala a Iván, alias El Chapito, como el principal líder de la facción criminal que formaron los descendientes del capo de Sinaloa. Estuvo muy cerca de caer en un operativo de las fuerzas mexicanas en febrero, según relató en mayo The Wall Street Journal. El medio estadounidense asegura que el mayor de los hermanos Guzmán fue acorralado en una casa en Culiacán, pero, tal y como hizo su padre para burlar a la justicia durante años, escapó a través de un túnel oculto en el baño que conecta con otros puntos de la ciudad. Esa semana, en cambio, el Ejército mexicano consiguió detener a dos hombres de confianza de Iván e importantes colaboradores del cartel: José Ángel Canobbio, alias El Güerito, y Kevin Alonso Gil, alias El 200. Esos arrestos se suman a la lista de grandes capos del Cartel de Sinaloa que han ido cayendo desde la extradición de Ovidio, como la detención hace un año de tres hombres cercanos a Aureliano Guzmán Loaera, El Guano, hermano mayor del Chapo.

El nombre de Jesús Alfredo Guzmán López, conocido como Alfredillo, está también en la lista de fugitivos más buscados de la DEA. El Departamento del Tesoro le señala como el teniente de Iván, encargado de la tortura a rivales para obtener información sobre infiltraciones en el territorio sinaloense que han dominado Los Chapitos. La presión sobre los dos hijos fugitivos del Chapo que quedan en México crece en medio de una guerra que suma cada semana nuevos muertos por los enfrentamientos entre facciones. La resolución del conflicto entre grupos de narcos en Sinaloa y las revelaciones que hagan Ovidio y Joaquín desde la cárcel podrían dar la vuelta al tablero criminal en México e iluminar hasta dónde llegan los tentáculos del crimen en las esferas políticas, empresariales y militares del país.
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