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El edificio donde nunca es de noche: publicidad irregular y contaminación lumínica en las alturas de Ciudad de México

Los estragos que sufren los vecinos de un edificio, por la presencia de un espectacular gigante frente a sus ventanas, ilustra un problema más grande marcado por la falta de regulación

Edson Moysen en el balcón de su departamento, mira el espectacular de la empresa JCDecaux, en Ciudad de México, el 20 de junio 2025.
Verónica M. Garrido

Desde hace cinco años los vecinos del edificio Citlaltépetl no pueden dormir bien. Cada noche, la luz brillante y persistente de un espectacular luminoso instalado frente a su edificio, en la colonia Pedregal de Carrasco, inunda sus departamentos. Los anuncios proyectados en la pantalla gigante cambian cada 15 segundos y dentro de sus hogares todo se tiñe de colores: amarillo chillón, rosa intenso o un blanco deslumbrante. Han tapado ventanas, cambiado rutinas e intentado, sin éxito, descansar con tranquilidad bajo un resplandor que nunca se apaga, impactando en su salud y su entorno. Esta invasión va más allá de la historia del Citlaltépetl: es parte de un problema creciente de contaminación lumínica que se extiende por toda la capital y que evidencia la falta de regulación efectiva sobre la publicidad exterior de la Ciudad de México.

En el edificio, que colinda con Periférico Sur, viven personas de todas las edades y con rutinas distintas, pero un malestar común. Desde la planta baja hasta el cuarto piso, los vecinos coinciden en que su descanso se ha visto afectado desde que la pantalla fue instalada. Edson Moysen, de 24 años, llegó a este departamento en el 2020 sin imaginar que conviviría con una luz que no distingue el día de la noche. Al principio, su cuarto daba directamente al espectacular. “No podía dormir. Me tuve que cambiar de habitación”, relata. En la planta baja, Norma Sánchez, de 69 años, vive con su hermana, quien padece una enfermedad crónica. “Ella es la más afectada. Está harta. No descansa como debería”, dice con resignación. Sánchez está convencida de que el impacto va más allá de una simple molestia y señala un edificio a dos calles en el que se alcanza a reflejar la luz del mismo espectacular.

Habitantes del edificio Citaltepe, en Ciudad de México, el 20 de junio del 2025.

Enrique Gaona, de 52 años, cuenta que su cuarto no da hacia el anuncio, pero la luz se cuela en la casa y cada noche debe cerrar todas las puertas para conciliar el sueño. Para Kateri Pérez, de 60 años, la situación es insostenible. “Es como si durmieras con la luz prendida. Es antinatural”, dice. En su hogar hay tres personas afectadas, entre ellas su hija, quien tiene que dormir con antifaz. Sin embargo, se niega a instalar cortinas especiales: “Encima de que sufrimos el problema, ¿yo tengo que pagar para taparlo?”, cuestiona. Los vecinos ignoran la publicidad proyectada y no están al tanto de las marcas que se anuncian: “Suelen ser de bancos, aplicaciones o de películas, prefiero no verlo”, dice Pérez.

Este periódico contactó a la compañía anunciante, JCDecaux —una de las mayores empresas de publicidad exterior en el mundo—, que dio su postura ante la inconformidad vecinal, asegurando que el espectacular cumple con los permisos necesarios y que la pantalla se apaga entre la 1.00 y las 5.00 de la mañana, sin superar el 1% de su brillo máximo por la noche. Pero los habitantes del Citlaltépetl lo niegan: “No tengo equipo para medir la luz que proyecta el anuncio, pero está prendido las 24 horas”, asegura Gaona, y el resto coincide. Pérez opina: “Según esas reglas, ¿solo tenemos derecho a cuatro horas de sueño?”.

Habitantes del edificio Citaltepe, mantienen las cortinas cerradas y usan antifaces para poder dormir.

La exposición prolongada a la luz artificial tiene severas consecuencias en la salud que se relacionan principalmente con trastornos de sueño, pero también en cuestiones tan diversas como la obesidad, depresión, la diabetes o la hipertensión, explica José Roberto García Chávez, experto en contaminación lumínica de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco. Además, este tipo de contaminación afecta al medio ambiente, a la vegetación, a las especies animales al desorientar sus ciclos naturales de reproducción, alimentación, migración y descanso y a la investigación astronómica, añade. Según García, más del 80% de la población en México vive bajo cielos nocturnos altamente contaminados, mientras la legislación para regularla avanza lentamente.

Falta de regulación

Aunque la empresa que se anuncia frente al edificio Citlaltépetl asegura que la pantalla cuenta con los permisos necesarios, abogados consultados señalan que el cumplimiento normativo no siempre garantiza la protección del entorno ni de los derechos vecinales. “El hecho de que una estructura esté en el catálogo oficial no significa que no pueda violar otras normas, como las de impacto ambiental o de protección a la vivienda”, explica la consultora jurídica Beatriz Cuéllar Morales.

Según el reglamento de la Ley de Publicidad Exterior vigente en la Ciudad de México: “Las pantallas electrónicas deben ajustarse automáticamente a la luminosidad ambiental y no pueden exceder los 325 nits entre las 18:00 y las 6:00 horas. Las imágenes proyectadas deben durar entre 18 y 30 segundos, no pueden tener fondos blancos, ni mostrar videos o luces en movimiento. Tampoco deben emitir sonido ni cambiar de intensidad mientras el mensaje esté fijo”.

Espectacular de la empresa JCDecaux frente a el edificio Citaltepe.

Sin embargo, la verificación del cumplimiento suele ser débil o nula. “Los vecinos tienen derecho a exigir revisiones técnicas y a presentar quejas formales si su calidad de vida está comprometida”, declara Víctor Manuel Dávila Barraza, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Ante las lagunas de la ley, hay que defender los derechos humanos. Incluso si se determina que el anuncio se ajusta a las normativas, el hecho de que afecte la salud de los habitantes es suficiente para exigir que se regule” añade.

La Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano lleva años combatiendo las irregularidades de la publicidad exterior en la Ciudad de México. Su presidente, Jorge Negrete, cuenta que las empresas han comenzado a usar espectaculares luminosos para maximizar los beneficios de una sola instalación. “Les resulta mucho más rentable colocar una pantalla porque de esta forma tienen muchos anuncios en un mismo lugar”, declara. Este tipo de publicidad también se relaciona con accidentes de tráfico, al ser un distractor para conductores y ciclistas, explica Negrete.

Desde su creación, la fundación ha trabajado con distintas comunidades vecinales y conseguido que se clausure o desinstale todo tipo de publicidad irregular como espectaculares en azoteas. Negrete relata que la gran mayoría de los casos son ignorados y no suelen obtener respuesta de las empresas ni de la Secretaría de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana de la Ciudad de México, que es la encargada de gestionar los anuncios en la capital.

Mientras tanto, en el edificio Citlaltépetl, la noche sigue sin llegar del todo. Para sus habitantes, dormir con cortinas cerradas, antifaces o puertas trabadas no es una solución, sino una adaptación. El marco normativo existe, pero su vigilancia sigue siendo una deuda pendiente.

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Sobre la firma

Verónica M. Garrido
Periodista de la sección de Ciencia, Salud y Tecnología. Graduada en Comunicación Social por la UAM-Xochimilco y Máster de Periodismo UAM-El País. Escribe ocasionalmente sobre deportes y en los tiempos libres disfruta haciendo fotografías.
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