Veracruz y Durango ponen a prueba el poder municipal de Morena
Ciudadanos de ambos estados eligen el domingo a 251 alcaldes. En el Golfo, los ataques y amenazas a aspirantes ha sido la norma. En el norte, el partido guinda pretende quitar las ciudades grandes al PRI y el PAN


La ruta a las elecciones locales de Veracruz y Durango ha pasado medio desapercibida, en medio de la vorágine de dudas, críticas y controversias que han envuelto los comicios judiciales del domingo. Ciudadanos de ambos estados están llamados a las urnas ese mismo día, para renovar las presidencias municipales de 251 pueblos y ciudades, la gran mayoría en Veracruz, con 212. Morena pondrá a prueba su músculo municipal y tratará de arrebatar las principales ciudades al PRI y a Acción Nacional (PAN), fuertes en varios de los municipios grandes de ambas entidades.
El escenario es propicio para el partido guinda. Casi no tiene nada que perder, sobre todo en Durango, donde aspira a hacerse con la capital, y con las ciudades grandes de la comarca lagunera, Gómez Palacio y Lerdo. En Veracruz, entidad que gobierna, la duda es si arrasará o topará con la resistencia del PAN en sus feudos, ninguna tan importante como Boca del Río, vieja fortaleza de la familia Yunes, clan decolorado hace unos meses, cuando el patriarca, Miguel Ángel Yunes Linares, ordenó apoyar la reforma al Poder Judicial en el Congreso, cediendo ante Morena.
Pocos dudan ahora mismo del colosal poder territorial del partido guinda. La formación, dirigida por Luis María Alcalde, y antes por el actual Secretario de Educación, Mario Delgado, controla la mayoría de gobiernos estatales, con algunas excepciones en el Bajío y la frontera norte. También manda en buena parte de los congresos locales, por no hablar del parlamento federal, donde maneja una amplia mayoría en ambas cámaras. La cuestión es si ampliará todavía más su poder o la oposición logrará contener su inercia victoriosa.
Gabriela Jiménez, vicecoordinadora del partido guinda en la Cámara de Diputados, ha estado haciendo campaña estas semanas en Durango. “Nuestro objetivo es ganar el mayor número de municipios en disputa”, señala. “Morena ha crecido mucho en Durango. La primera vez que ganó fue en 2019, solo con dos municipios, Gómez Palacio y Otáez. Después, en la siguiente elección, en 2022, pasamos a 18″, añade. “Además, también tenemos medio Congreso, con nuestros aliados. Y la presidencia del Congreso también es de Morena”, señala.
Alejado de dinámicas partidistas, el analista duranguense Jesús Nevárez critica el carácter “vanidoso” del proceso electoral, sobre todo en la capital, Durango, donde Antonio Ochoa, de la alianza PRI-PAN, compite con el candidato de Morena, Jose Ramón Enríquez. “Están peleando muy duro los dos, pero con una calidad bajísima del debate... Son grandes deportistas, buenos para bailar, superhombres que van a resolver todo. Algo muy vanidoso”, dice, irónico, Nevárez. “También está el de Movimiento Ciudadano (MC), Francisco Franco, que en realidad no tiene posibilidad alguna”, añade.

Nevárez apunta dos episodios que dan una idea de la tensión. Por un lado, relata el extraño caso de un trabajador del Gobierno de Hidalgo, en manos de Morena, detenido en Durango, señalado de trabajar y manejar dinero para la campaña del candidato Enríquez. Por otro, narra la visita relámpago a la ciudad de la gobernadora de Aguascalientes, del PAN, con unas maletas que, al final del viaje, habían desaparecido de la comitiva. Las maletas, sugería Morena, estarían llenas de dinero. Los márgenes, dice el experto, son pequeños y hay mucho en juego.
Un aspecto ha diferenciado ambas campañas, asunto que trasciende a las posibilidades de los candidatos. Mientras en Durango, la violencia ha brillado por su ausencia, en Veracruz, los ataques y amenazas han estado a la orden del día. Hace dos semanas, criminales mataron en un acto de campaña a Yesenia Lara, candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec. Antes, en abril, pistoleros irrumpieron en la casa de Germán Anuar, candidato del partido guinda a la alcaldía de Coxquihui, en los límites de Veracruz con Puebla, y lo mataron.
“No solo eso”, dice el politólogo Carlos Ronzón, “también han vandalizado la sede estatal del PRI, además de que hay casi 50 candidatos con seguridad por amenazas”, añade. “Hay una cosa curiosa. En una buena cantidad de municipios, la gente sabe quienes son los candidatos de los narcos, dónde están ellos, los narcos, las alianzas de cada partido con ellos, en su mayoría Morena y MC… Pero el órgano electoral, la fiscalía local y la policía estatal no lo ven. Aunque toda la ciudadanía lo sabe, la autoridad no lo ve. Y entonces el problema es que se normaliza la violencia”, argumenta.
Uno de los estados más poblados de México, Veracruz ilustra el avance de Morena estos años. Después de décadas de gobiernos priistas, caso del recientemente fallecido Fidel Herrera, o del delincuente confeso Javier Duarte, condenado por asociación delictuosa y lavado de dinero, el PAN se hizo con el poder brevemente, de la mano del defenestrado Miguel Ángel Yunes. Pero en 2018, apoyado en el empuje de su candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, Morena arrasó con todo, victoria que refrendó en 2024, con Rocío Nahle.
En el plano municipal, el partido guinda se hizo con las urbes del sur, Coatzacoalcos y Minatitlán, la capital, Xalapa, y Poza Rica, en el norte. Ahora busca romper la barrera panista de la franja costera central, Boca del Río y el Puerto de Veracruz, feudo histórico de los Yunes. “Seguramente, el PRI mantendrá Orizaba y Cosoleacaque, entre otros municipios pequeños, y el PAN mantendrá Boca del Río”, dice Ronzón. “El Puerto será competido. Morena lleva ventaja, pero será reñido. Y yo creo que habrá problemas en otros municipios, donde MC viene fuerte, Cardel Poza Rica, Papantla o Paso de Ovejas”, dice el experto.
La conversación en el Estado merodea varios senderos. Está, por un lado, el posible voto de castigo contra los Yunes, artífices de la gran traición del año en el Congreso, cuando votaron a favor de la reforma judicial de Morena. ¿Les afectará? “En el caso de Boca del Río, María José Gamboa, que es de su grupo, ya ha ganado varias veces y tiene su propio capital político. Y además, tiene trabajo, que puede gustar más o menos a la gente, pero tiene liderazgo”, dice Ronzón. “En el caso del puerto, Indira Rosales también es de su grupo. Ahí lo que pasa es que ya el crecimiento de Morena fie importante en 2024, añade.
Morena y sus aliados, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, controlan 171 municipios de 251 de Veracruz y Durango, 153 de los 212 del primero, y 18 de 39 en la entidad norteña. El domingo, la cuenta podría ser mayor. El triunfalismo alimenta al partido guinda, el miedo a la derrota de sus feudos paraliza a la oposición. Los votantes tienen la palabra. El resultado se verá el domingo.
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