Ir al contenido
_
_
_
_

Tatiana Schlossberg, nieta de John F. Kennedy, muere a los 35 años tras anunciar que padecía cáncer

La periodista ambiental informó en noviembre de su enfermedad en una tribuna de ‘New Yorker’ donde atacaba las políticas de su primo, secretario de Salud estadounidense

La tragedia ha vuelto a golpear a los Kennedy. Tatiana Schlossberg, nieta del presidente estadounidense John F. Kennedy, falleció este martes a los 35 años, según ha informado la familia a través de sus redes sociales. En noviembre, Schlossberg anunció que padecía un extraño tipo de cáncer de sangre y que los médicos le daban menos de un año de vida. Era hija del artista Edwin Schlossberg y de la diplomática Caroline Kennedy, primogénita del expresidente estadounidense.

Periodista especializada en temas de medioambiente y madre de dos hijos, una bebé recién nacida y otro niño de dos años, dio a conocer que sufría una leucemia especialmente agresiva en un extenso y desgarrador ensayo publicado en la revista The New Yorker, donde también lanzó una amarga crítica contra las políticas sanitarias puestas en marcha por su primo, el secretario de Salud estadounidense Robert F. Kennedy, en la Administración de Donald Trump. Schlossberg cargó durante contra su primo por su rechazo a la investigación médica y a las vacunas financiadas por el Gobierno.

El artículo generó una ola de solidaridad por su valentía al anunciar su enfermedad y compartir los detalles de su lucha. Según relató en la tribuna titulada Una batalla con mi sangre, los médicos descubrieron su enfermedad cuando dio a luz a su hija pequeña en mayo del año pasado y observaron, en un análisis de sangre, que su número de células blancas era anormalmente alto. “Podría ser algo relacionado con el embarazo y el parto, o podría ser leucemia”, le dijo el médico, según el relato del artículo firmado por ella hace un mes.

La nieta de Kennedy le costó asumir la enfermedad. Hacía ejercicio regularmente, corría regularmente entre ocho y dieciséis kilómetros en Central Park, tenía una vida sana y se cuidaba.

Schlossberg describió minuciosamente los tratamientos, convencionales y experimentales, a los que se vio sometida desde entonces para intentar su curación: dos trasplantes de células madre de médula espinal, largas sesiones de quimioterapia, e inmunoterapia, entre ellos.

Con ciertas dosis de humor, Schlossberg narró también los efectos secundarios del tratamiento y la ayuda que recibió de médicos —su marido lo es—, enfermeras y familiares en aquellos días. Entre ellos, su hermano Jack, que recientemente anunció su candidatura para un escaño en el Congreso de EE UU.

La hija de Caroline Kennedy, la única hija viva de JFK, describió con crudeza su lucha contra la enfermedad. En el relato detalló cómo se esperanzó al recibir un trasplante de células madre de su hermana menor, Rose Schlossberg. Su hermano, Jack también intentó prestarle sus células, pero no era 100% compatible y los médicos rechazaron la donación. Pero durante estos meses se mantuvo cerca de su hermana. Cuando a Tatiana se le cayó el pelo por el tratamiento de quimioterapia, Jack se afeitó la cabeza en solidaridad.

Tatiana Celia Kennedy Schlossberg, como se llamaba oficialmente, nació el 5 de mayo de 1990 en Manhattan. Estudió en la Brearley School y en la Trinity School, algunas de las escuelas privadas más elitistas de la ciudad.

Su madre, Caroline Kennedy, abogada, escritora, abogada y diplomática. Fue embajadora de Japón, durante el Gobierno de Barack Obama; y en Australia, bajo el mandato de Joe Biden, se esforzó por mantener a sus tres hijos alejados del foco mediático de su familia, pero les brindó una educación exclusiva.

Tatiana se graduó en historia en Yale y Oxford antes de iniciar su carrera periodística en el diario Record de Nueva Jersey, cubriendo sucesos y asuntos locales. Se incorporó al New York Times en 2014 como becaria. Ejerció como redactora de la sección de local antes de pasar a ciencia, donde se desarrolló como periodista ambiental. Escribió sobre historias con implicaciones políticas y que le permitían involucrarse en la historia.

Tenía una gran conciencia sobre el cambio climático y llegó a escribir un libro titulado Consumo Discreto: El Impacto Ambiental que No Sabías que Tenías, una especie de guía para el consumidor sobre cómo el comportamiento humano afecta negativamente al clima. Ahora estaba preparando otro ensayo para su segundo libro, centrado en el cambio climático y los océanos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Corresponsal en Washington. Ha sido redactor jefe de Economía y Negocios. Antes, contó las consecuencias de la crisis financiera y de los años de los ajustes presupuestarios. Aprendió el oficio durante su paso por la información local de Madrid.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_