Al menos ocho muertos, entre ellos tres niños, por las lluvias torrenciales en una Gaza desamparada
Los equipos de rescate contabilizan 4.300 peticiones telefónicas de ayuda y 27.000 tiendas de campaña inundadas o arrastradas por el agua o los fuertes vientos.

La tormenta Byron causa estragos en una Gaza desamparada tras más de dos años de destrucción israelí. Las fuertes lluvias han comenzado a remitir, pero las autoridades descubren este viernes las devastadoras consecuencias del pico de intensidad de las horas previas en un territorio con cientos de miles de personas viviendo en tiendas de campaña y más del 90% de edificios dañados o destruidos. En 24 horas, ocho personas han perdido la vida, entre ellos tres niños, y otras cuatro figuran como desaparecidas, por derrumbes ocasionados por el viento y la lluvia, o por hipotermia. Al menos 13 inmuebles se han venido abajo. Los equipos de rescate contabilizan 4.300 peticiones telefónicas de ayuda y 27.000 tiendas de campaña inservibles: inundadas o arrastradas por el agua o los fuertes vientos.
El portavoz de la Defensa Civil, Mahmud Basal, ha explicado que un muro se ha caído sobre una familia y otro, sobre una tienda de campaña. En Beit Lahiya, en el norte, cuatro han quedado entre los escombros y los equipos de rescate tratan de recuperarlos. De momento, figuran como desaparecidos.






La última niña muerta por hipotermia es Hadil al Masri, según han informado fuentes hospitalarias. Tenía nueve años y se encontraba con su familia en un refugio para desplazados. También en la capital y por hipotermia pereció horas antes un bebé: Taim al Jawaja. Se sumaron a Rahaf Abu Jazar, la bebé de ocho meses que “murió repentinamente de frío”, según contaba su madre, Hejar Abu Jazar, mientras dormía desprotegida.
Son las consecuencias de la decisión del Gobierno de Benjamín Netanyahu de convertir Gaza en inhabitable, no solo con bombardeos, sino también con demoliciones por bulldozers y explosiones controladas, en una destrucción sin parangón desde la Segunda Guerra Mundial. La ONU cifra en 300.000 las tiendas de campaña, casas móviles y caravanas que necesita la población y cuya entrada viene bloqueando las autoridades israelíes, pese al alto el fuego que rige desde octubre. Algunas de las que usan hoy los gazatíes son más bien un conjunto de plásticos y de trozos de acero rescatado de los escombros. Lo ilustraba a la cadena Al Jazeera Hani Ziara, un padre refugiado en Ciudad de Gaza tras la destrucción hace meses de su casa: “Cuando empieza el viento, todos sujetamos los postes para evitar que la tienda se caiga”.
La tragedia es también fruto del rechazo de Israel al ingreso de maquinaria pesada o de bombeo de agua, que defiende en el riesgo de que los acaben usando las milicias palestinas, principalmente Hamás, que controla más de un 40% de la Franja. En Beit Lahiya, donde el derrumbe de una casa ha matado a cinco personas, los vídeos muestran el intento de acceder a los desaparecidos con apenas palas y una radial.
La Organización Internacional de Migraciones ha lamentado el retraso en la entrada de materiales de refuerzo, como madera y paneles de contrachapado, y de sacos de arena y bombas de agua para ayudar con las inundaciones. Afecta sobre todo a los cerca de 795.000 desplazados (más de un tercio de la población de Gaza) que malvive en zonas bajas y llenas de escombros. Tiene mayor riesgo de inundación, por carecer de drenaje ni barreras de protección.
El responsable de la operación de la Organización Mundial para la Salud, Rik Peeperkorn, ha señalado, además, en una teleconferencia desde Ginebra que la tormenta Byron (y las condiciones invernales en general), combinada con la falta de agua y de saneamiento, provocarán en Gaza “un aumento de las infecciones respiratorias agudas, incluida la gripe, y hepatitis y enfermedades diarreicas”, informa la agencia Efe.
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