Trump amenaza a China con nuevos aranceles tras elevar Pekín el control sobre las tierras raras
El presidente de EE UU suspende la reunión que tenía con Xi Jinping en dos semanas y critica a las autoridades del país asiático: “Se están volviendo muy hostiles”


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado este viernes a China con imponer nuevos “aranceles masivos” tras conocer que las autoridades de Pekín están endureciendo el control sobre las tierras raras y de las herramientas destinadas a la extracción y procesamiento de estos recursos críticos para el desarrollo de la tecnología y la Inteligencia Artificial. Trump también plantea suspender la reunión programada con el presidente chino, Xi Jinping, prevista para finales de este mes.
La respuesta de Trump a la maniobra de Pekín ha sido contundente. A través de una publicación en su red social, Truth, el presidente estadounidense ha señalado: “¡Están sucediendo cosas muy extrañas en China! Se están volviendo muy hostiles”.
Pekín anunció el jueves un endurecimiento de las restricciones para al comercio de las tierras raras. Con este movimiento para aprovechar el dominio casi monopolístico en la cadena de suministro global de estos elementos, el gigante asiático ha elevado el tono en su negociación comercial con Trump.
La decisión de China ha sido recibida con especial desagrado en la Casa Blanca. El presidente ha amenazado con represalias: “Dependiendo de lo que China diga, me veré obligado a contrarrestar financieramente su movimiento”, ha escrito en Truth, la red social creada por él mismo, que le sirve como altavoz para expresar sus opiniones.
“Una de las políticas que estamos calculando en este momento es un aumento masivo de los aranceles sobre los productos chinos que entran en Estados Unidos. Hay muchas otras contramedidas que, de igual manera, están siendo seriamente considerados”, ha apostillado.
El anuncio ha provocado que Wall Street se diera la vuelta y entrara en signo negativo: el S&P 500 se deja un 1% y el dólar se aprecia un 0,5% frente al euro.
El movimiento de Pekín se produce en un momento en que Trump está saboreando el reconocimiento por su intervención para poner fin a la guerra de Gaza. Y apenas dos semanas antes de la reunión prevista con el presidente Xi Jinping en la cumbre de Cooperación Asia-Pacífica que se celebrará a final de este mes en Corea del Sur, donde estaba previsto que acercaran posturas para rebajar el tono de la escalada comercial. Sobre esta reunión estaban puestos todos los ojos porque, en teoría, en noviembre concluye la tregua arancelaria concedida por la Casa Blanca a China.
Pero, tras el movimiento de Pekín, Trump se ha encargado de congelar la reunión: “Iba a reunirme con el presidente Xi en dos semanas, en la APEC, en Corea del Sur, pero ahora parece que no hay razón para hacerlo”, ha escrito en Truth.
Las tierras raras, producidas en su gran mayoría por China, son cruciales para la fabricación de chips y otros materiales que se emplean en productos tecnológicos, como teléfonos inteligentes, ordenadores, coches eléctricos o material militar con componentes de alta tecnología. Estos materiales críticos llevan tiempo siendo objetos de tensiones entre Estados Unidos y China. Cuando el pasado abril, Trump desató la ofensiva comercial con los aranceles indiscriminados a todo el mundo, Pekín respondió limitando las exportaciones de minerales para los fabricantes de automóviles y de defensa estadounidenses, lo que provocó importantes distorsiones en las cadenas de suministros globales.
Las nuevas restricciones impuestas por China afectan sobre todo al desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), una de las políticas estratégicas de Estados Unidos, donde las grandes empresas tecnológicas ya han anunciado inversiones por más de 300.000 millones de dólares.
“Nadie ha visto algo así, pero, en esencia, congestionaría los mercados y dificultaría la vida a prácticamente todos los países del mundo, especialmente a China”, ha escrito Trump. “Otros países se han puesto en contacto con nosotros, indignados por esta gran hostilidad comercial, que surgió de la nada”, ha proseguido.
Las nuevas restricciones de China sobre las tierras raras se anunciaron sin previo aviso a Estados Unidos y parecen ser un intento de controlar las cadenas de suministro de tecnología a nivel mundial, según declaró un funcionario de la Casa Blanca, según recoge el Wall Street Journal.
Trump ha abundado en esta idea con su particular retórica: “Siempre he sentido que han estado al acecho, y ahora, como de costumbre, ¡se ha demostrado que tenía razón! No hay manera de que se deba permitir que China mantenga al mundo “cautivo”, pero parece que ese ha sido su plan desde hace bastante tiempo, empezando por los “imanes” y otros elementos que han ido acumulando silenciosamente hasta situarse en una especie de posición de monopolio, un movimiento bastante siniestro y hostil, por decir lo menos". Y ha advertido a las autoridades de Pekín: “Estados Unidos también tiene posiciones de monopolio, mucho más fuertes y de mayor alcance que las de China. Simplemente he decidido no utilizarlas, nunca hubo razón para hacerlo… ¡HASTA AHORA!".
China ha tratado de anticiparse a la crucial negociación que deben mantener las dos potencias mundiales para tratar de zanjar las tensiones comerciales. La República Popular controla el suministro mundial de las tierras raras, tanto a través de la producción en su territorio como en las minas que ha ido comprando, o sobre las que tiene influencia, por todo el mundo. Y esa es una carta negociadora que China parece estar dispuesta a jugar. “Estas medidas no están dirigidas contra ningún país o región en particular”, señalaron ayer las autoridades chinas a través de un comunicado, pero lo cierto que las más perjudicadas serán las grandes tecnológicas estadounidenses.
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