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Trump ordena en redes sociales a su fiscal general que persiga “ya” a los enemigos del presidente de EE UU

El republicano pierde en público la paciencia con Pam Bondi en un acto de injerencia en las labores del Departamento de Justicia que cuenta con pocos precedentes

Pam Bondi fiscal general de EE UU
Iker Seisdedos

Fue otra secuencia de hechos con pocos precedentes en la historia de Estados Unidos. El presidente Donald Trump acudió este sábado por la noche (hora de Washington) a Truth, la red social de la que es propietario, para escribir, todo en mayúsculas: “DEBE HACERSE JUSTICIA, ¡¡¡YA!!!“. Al poco, publicó otro post en el que daba órdenes directas y en público a la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, de perseguir a varios rivales políticos del presidente. Bondi ostenta un cargo que en el sistema estadounidense es supuestamente independiente del poder ejecutivo.

Esa injerencia de Trump en los asuntos del Departamento de Justicia concluye una semana en la que el republicano ha amenazado con quitar las licencias televisivas a las cadenas que sean críticas con él, ha alardeado de asesinatos extrajudiciales en aguas internacionales en el Mar Caribe de tripulantes de embarcaciones a los que acusa de ser narcotraficantes, ha demandado al periódico más importante del país por una cantidad suficiente como para llevarlo a la ruina y ha prometido que perseguirá a grupos de ideología antifascista al considerarlos como “organizaciones terroristas”, pese a que la ley, de momento, no lo permite.

El segundo mensaje de este sábado empezaba con el tono con el que un padre o una madre lee la cartilla a un hijo que le ha decepcionado: “Pam: he revisado más de 30 declaraciones y publicaciones”, dice. A continuación, el presidente acusa a la fiscal general de no cumplir con sus objetivos de perseguir a los adversarios políticos de Trump. Es “la misma historia de la última vez: pura palabrería y nada de acción. No se está haciendo nada. ¿Y qué hay de Comey, Adam Shifty Schiff y Laetitia? Son todos culpables, pero no pasa nada”.

Comey es James Comey, exdirector del FBI. Adam Schiff es senador por California y una de las dianas favoritas de Trump. Laetitia es Letitia James, fiscal general del Estado de Nueva York, que llevó adelante con éxito un caso de fraude contra el entonces expresidente.

Para buscar un precedente de las formas y el fondo de las órdenes dadas en público a Bondi hay que remontarse a los tiempos del Watergate, cuando Richard Nixon trató de tapar un escándalo de escuchas ilegales de sus adversarios que acabó con su presidencia. La fiscal general, una de cuyas grandes virtudes para formar parte de la Administración es, como la del resto de sus miembros, la lealtad a Trump, no reaccionó a los mensajes y presiones de este.

El resto del mensaje se refería a la renuncia la noche anterior de Erik Siebert, fiscal federal de Virginia. Siebert estaba encargado de la investigación sobre un supuesto fraude hipotecario de James y también tenía entre manos la acusación contra Comey, que estuvo al frente del FBI entre 2013 y 2017. El fiscal trabajó durante meses, pero no encontró nada. Ante las presiones de Trump, renunció este viernes por la noche al puesto.

Trump, que lo consideró este sábado en Truth como “un republicano progresista que nunca iba a hacer su trabajo”, dijo también que lo había despedido, y que no fue Siebert el que dimitió. “Hay un GRAN CASO [contra Letitia James], y muchos abogados y expertos legales lo dicen”, añadió Trump, antes de comunicarle a Bondi quién sustituirá a Siebert: Lindsey Halligan.

En un siguiente mensaje, Trump escribió que Bondi está haciendo un “GRAN trabajo”, porque es “muy cuidadosa e inteligente”, pero “necesita” a Halligan, se entiende que para cumplir los deseos del presidente. Un par de horas después, Trump la nombró en otro Truth. Entre los méritos que destacó de esa letrada, que hasta este sábado trabajaba como asesora de La Casa Blanca, es que es una “abogada leal”.

Sin experiencia como fiscal

Halligan ha desarrollado gran parte de su carrera en la rama del Derecho de Seguros. Carece de experiencia como fiscal.

En un encuentro con los reporteros después de la secuencia de mensajes en Truth, Trump declaró: “Me acusaron cinco veces [en diferentes procesos judiciales; en uno de los cuales fue hallado culpable de 34 delitos graves] y resultó ser un fraude. Tenemos que actuar con rapidez, de una forma u otra: sean o no culpables, tenemos que actuar con rapidez”.

Trump considera que en los años entre su primera y segunda presidencia fue víctima de una “persecución política”. En ese tiempo, fue imputado en cuatro procesos penales distintos: por llevarse sin permiso documentos de La Casa Blanca a su residencia particular de Mar-a-Lago (Florida), por hechos relacionados con el pago a una actriz porno para comprar su silencio, por presionar a los funcionarios de Georgia para que cometieran fraude electoral y por su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.

En el caso civil por fraude por el que se la tiene jurada a James, un juez de Manhattan condenó a Trump y a su familia a pagar 454 millones de dólares. El pasado mes de agosto, un tribunal de apelaciones tumbó ese fallo, que limitó la capacidad de la Organización Trump para obtener préstamos e impidió que los hijos mayores de Trump, Eric y Donald Junior, administraran el negocio familiar durante dos años.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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