Trump despide a su responsable de Estadísticas Laborales por los malos datos de empleo en julio
El presidente la acusa de falsear las cifras con “fines políticos” desde hace meses, para ayudar a Kamala Harris en las elecciones de noviembre


El presidente de EE UU, Donald Trump, ha ordenado este viernes el despido fulminante de la responsable de la oficina de estadísticas laborales, que publica los datos mensuales de empleo. Los correspondientes a julio, que muestran un acusado descenso en el número de contrataciones, no han gustado al mandatario, que ve tras ellos, sin proporcionar prueba alguna, una intencionalidad política para desacreditar su presidencia.
Trump ha exigido que se despida “inmediatamente” a Erika McEntarfer, comisionada de la Oficina de Estadísticas Laborales, a la que acusa de manipular los informes laborales mensuales con “fines políticos”. “Será reemplazada por alguien mucho más competente y calificado. Números importantes como estos deben ser justos y precisos, no pueden ser manipulados con fines políticos”, ha dicho Trump sin ninguna prueba en su red social Truth.
“McEntarfer dijo que solo se crearon [en julio] 73.000 empleos (¡alucinante!), pero, lo que es más importante, es que cometieron un grave error al reducir en 258.000 el número de puestos de trabajo en los dos meses anteriores", ha escrito en Truth Social. “Cosas similares sucedieron en la primera parte del año, siempre negativas. La economía está EN AUGE bajo ‘TRUMP’”.
De nuevo sin pruebas, Trump sostiene que McEntarfer “falsificó” las cifras de empleo antes de las elecciones presidenciales de noviembre para intentar aumentar las posibilidades de la exvicepresidenta Kamala Harris, que le disputó, sin éxito, la presidencia.
McEntarfer, designada por el presidente demócrata Joe Biden, fue confirmada como responsable de la agencia por el Senado, en enero de 2024, por un periodo de cuatro años. Recibió 86 votos a favor y solo ocho en contra.
No hay pruebas que respalden las afirmaciones de Trump sobre la manipulación de datos de la agencia de estadísticas, que compila los informes de empleo, así como datos de precios al consumidor y al productor. Pero eso no impide a la Casa Blanca pronunciarse en estos términos en un comunicado: “La larga historia de imprecisiones e incompetencia por parte de Erika McEntarfer, excomisionada de la Oficina de Estadísticas Laborales designada por Biden, ha erosionado por completo la confianza del público en la agencia gubernamental encargada de difundir datos clave que son utilizados por quienes diseñan las políticas y por las empresas para tomar decisiones importantes”. “Durante el mandato de McEntarfer”, continúa el comunicado de la Casa Blanca, la oficina “estuvo constantemente plagada de errores técnicos y filtraciones de información confidencial”.
La orden de destituir a McEntarfer se produce en medio de la oleada masiva de despidos de funcionarios federales, espoleados por decisiones del Supremo para revertir bloqueos de instancias inferiores que habían determinado la ilegalidad de los despidos. La salida de funcionarios de carrera, profesionales, ha incrementado la preocupación por la calidad de los datos económicos, considerados durante mucho tiempo una referencia.
A principios de año, recién inaugurado el segundo mandato de Trump, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, disolvió dos comités de expertos que trabajaban con el Gobierno en estadísticas de resultados económicos. Lutnick también ha planteado la idea de eliminar del Gobierno el informe del PIB, al considerar que, históricamente, “todos los gobiernos” se han liado en los datos.
Trump ha aprovechado su último ataque de rabia para arremeter de nuevo contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, del que aseguró que “también debería mandarlo a pastar”.
Los datos de empleo de julio muestran que el mercado laboral ha empezado a acusar la volátil política comercial de la Administración republicana y, sobre todo, los despidos masivos en la Administración federal. El desempleo subió una décima hasta el 4,2 %, un mes en el que se crearon unos 73.000 nuevos puestos de trabajo, muy por debajo de los 110.000 que esperaban los analistas y también de las cifras registradas desde enero. La ralentización del mercado daría en teoría argumentos a Powell para decidir no bajar los tipos ―el doble objetivo de la Fed es domeñar la inflación al 2% y el pleno empleo―, pero puede también servir de munición a Trump para incrementar su presión sobre Powell.
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