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Rusia estrecha la vigilancia sobre los extranjeros al obligarles a grabar su voz y su cara

Las autoridades cortarán el teléfono a los inmigrantes que no cedan sus voces y rostros, y sin móvil es imposible acceder a ningún servicio básico del país

Varias cámaras con identificación facial escrutan los alrededores del Kremlin de Moscú.
Javier G. Cuesta

Las fuerzas de seguridad rusas guardan estos días en sus bases de datos las voces de casi todos los inmigrantes que viven en Rusia. Los extranjeros tienen de plazo hasta el 1 de julio para validar sus números de teléfono, y para realizar esta comprobación es obligatorio dejar grabado tanto el rostro como el tono de voz. No hay alternativa y es imposible vivir en Rusia sin móvil: el número de teléfono es obligatorio para tener una cuenta bancaria o realizar cualquier trámite burocrático, incluido el acceso a servicios básicos como la sanidad o la educación.

El Kremlin argumenta que esta verificación —que no afecta a los ciudadanos rusos— está justificada por motivos de seguridad en plena guerra con Ucrania, pero solo es una vuelta de tuerca más en un país donde cientos de miles de cámaras con identificación facial mediante inteligencia artificial graban dónde y con quién ha estado cada persona en los últimos meses.

Decenas de inmigrantes hacen cola para verificar sus números en una de las oficinas en Moscú de Moi Dokumenty, el departamento donde las autoridades han centralizado la mayoría de las gestiones administrativas. Aunque hay decenas de locales en la capital rusa, solo han habilitado para esta cuestión los más inaccesibles en la periferia, ninguno en la zona noble de la ciudad.

El trámite burocrático para validar el número de teléfono es engorroso. El primer paso es solicitar un número de la seguridad social rusa (SNILS), gestión que requiere una traducción jurada del pasaporte. El segundo paso es darse de alta en la plataforma online de la administración rusa, Gosuslugi. Para registrarse hay que tener un número de teléfono y ser cliente de un banco ruso, pues la grabación de los datos biométricos solo puede realizarse en las oficinas bancarias habilitadas para ello. Una vez forzado a ser usuario de Gosuslugi y entregar la voz al Gobierno ruso, la compañía telefónica verifica el móvil.

“Uno, dos, tres, cuatro [...] nueve”. Un oficinista del mayor banco de Rusia, Sberbank, graba la voz con una cámara web recitando los números en ruso del uno al nueve en tres tandas: por orden hacia adelante, hacia atrás y de forma aleatoria. A continuación, graba el rostro.

Controles en los aeropuertos

Esta medida se suma a otro nuevo tipo de vigilancia sobre los extranjeros de los servicios de seguridad rusos. Los controles de pasaportes de sus aeropuertos recopilan las huellas dactilares y los rostros de todas las personas foráneas desde el 1 de diciembre de 2024. El objetivo del Ministerio del Interior es crear un perfil digital de cada extranjero desde el 30 de junio de este año. La única excepción es el personal diplomático foráneo y los menores de seis años.

Son dos iniciativas de una campaña mucho más amplia contra la inmigración. Las nuevas leyes prevén, por ejemplo, que las escuelas no admitan niños extranjeros que no saquen un 9 sobre 10 en un examen de ruso. Según la agencia Roskomnadzor, solo pasó el examen un 7% de los menores que aspiraban a entrar en el colegio. Asimismo, ahora la policía puede deportar a un extranjero sin esperar a una sentencia judicial.

No hay escapatoria para vivir sin móvil. Todos los servicios están exigiendo poco a poco la verificación por teléfono. Recibir atención médica, realizar pagos, alquilar un hotel, reservar vuelos o viajar en taxi son algunos ejemplos inviables sin un móvil. Además, los extranjeros tienen que registrarse obligatoriamente ante la policía cada vez que viajan al exterior o se alojan en otro lugar más de una semana. Esta gestión requiere también un teléfono de contacto.

“Es una pinza, tienes que tener teléfono y cuenta en Gosuslugi sí o sí”, lamenta un extranjero que ha esperado hasta el final para afrontar este trámite. “El otro día, al intentar alquilar un patinete, me saltó que tengo que vincular mi cuenta con Gosuslugi con el pretexto de verificar la edad”, añade.

Las autoridades rusas anunciaron esta medida en enero, pero muchos extranjeros se han resistido a hacer la gestión hasta el final. Una ola de mensajes SMS les ha dejado claro esta semana que las autoridades iban en serio. “¡Urgente! Próximamente, será bloqueado su número. Para mantener la conexión, es obligatorio confirmar sus datos personales antes del 1 de julio", decía el amenazador mensaje.

“Es un Gran Hermano”, lamenta otro inmigrante que ha dado su brazo a torcer. Tenía pensado hacerse una tarjeta SIM digital (eSIM) internacional, pero el truco no funciona. Todos los servicios exigen tener un número ruso.

Las autoridades del país argumentan este tipo de medidas con el aumento de las estafas por teléfono y los sabotajes cometidos por los servicios especiales ucranios a través de ciudadanos rusos presuntamente engañados. Según las fuerzas de seguridad rusas, algunos actos vandálicos perpetrados contra centros de reclutamiento, así como algunos atentados, han sido realizados por ciudadanos chantajeados por el espionaje ucranio.

No obstante, la grabación de la voz preocupa más a algunos inmigrantes. Varios con los que ha hablado este periódico se muestran inquietos por su pérdida de privacidad y su posible uso con inteligencias artificiales.

El siguiente paso de las autoridades rusas es prohibir las llamadas desde el extranjero. El Ministerio de Desarrollo Digital prepara un paquete de enmiendas con el pretexto de combatir el fraude telefónico que prevé la prohibición de recibir llamadas desde tarjetas SIM de telecos foráneas desde la primavera de 2026.

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