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La OTAN celebra su cumbre más polémica en plena discusión por el 5% de gasto militar y con la incertidumbre del ‘factor Trump’

Los aliados tratarán en La Haya de mostrar unidad ante desafíos como la amenaza rusa o el nuevo frente de Irán

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, este lunes en La Haya.Foto: Associated Press/LaPresse (APN) | Vídeo: EPV

Existe un consenso entre los 32 aliados de la OTAN que se reúnen desde este martes en La Haya: el mundo se ha convertido en un lugar mucho más peligroso en las últimas décadas. Y la Alianza Atlántica, que ha velado por la seguridad de sus miembros occidentales todo este tiempo, necesita blindarse mejor ante ellos, gastando más en defensa. Esta es una conclusión compartida, más allá de lo que cueste el rearme: ya sea un 5% del PIB, como afirma el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, o menos, como sostiene España.

La reunión de La Haya también busca sortear la incertidumbre que genera uno de los suyos, el estadounidense Donald Trump, un verso libre en torno a asuntos tan importantes como Irán, la guerra en Ucrania o incluso sobre el futuro de su país en la Alianza. De todo esto se deduce que la cumbre que acogerá estos días la habitualmente tranquila ciudad de Países Bajos vaya a ser la más polémica e incierta que recuerden los aliados de la Alianza Atlántica.

La cumbre de menos de dos días, recortada para adaptarse a la impaciencia del estadounidense, busca enviar a Rusia el mensaje de que, pese a los evidentes altibajos, la Alianza continúa unida. Y que va a ampliar sus defensas y multiplicar su inversión en gasto militar para hacer desistir a Moscú de cualquier tentación de ataque y a Washington de abandonar la organización de la que es un pilar insustituible.

“A medida que el mundo se vuelve más peligroso, los líderes aliados deberán tomar decisiones audaces para reforzar nuestra defensa colectiva, haciendo de la OTAN una Alianza más fuerte, más justa y más letal”, ha subrayado Rutte sobre el reto de una cita que ha calificado de “histórica” por el salto sin parangón en gasto militar que debe sellarse en su ciudad natal. Aunque este siga creando polémica.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, este lunes en La Haya.

La declaración final, que ya ha sido negociada, fija ese compromiso de aumentar al 5% del PIB nacional el gasto en defensa hasta 2035. Un 3,5% para inversión militar y un 1,5% para infraestructuras de todo tipo, desde carreteras a redes de comunicaciones, a las que pueda darse un uso militar. Incluye, además, una cláusula de revisión del gasto y de las necesidades mismas de defensa para 2029.

No obstante, las presiones de España, que amenazó con romper el consenso requerido si no se le permitía la flexibilidad suficiente como para decidir ese incremento de gasto militar puro —que considera es mucho menor en su caso— hizo tambalearse el éxito de la cumbre. Aunque finalmente se ha hallado una solución, a base de contorsionismo político, la tensión sobre esta cuestión promete mantenerse hasta la foto de familia final de la cita.

“España piensa que puede lograr objetivos [de capacidades militares] con un 2,1% de gasto. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5%”, dijo Rutte el lunes, ya en La Haya.

Aunque los objetivos de capacidades militares, acordados a comienzos de mes por los ministros de Defensa, son confidenciales, el neerlandés ha sugerido que el fuerte incremento requerido es incompatible con la afirmación española de que no requiere más inversión.

Entre otros, Rutte ha revelado que se busca “quintuplicar” las capacidades de defensa aérea —“tenemos que ser capaces de protegernos de los ataques aéreos rusos que vemos en Ucrania”, ha destacado—, adquirir “miles” de tanques y vehículos blindados nuevos y, también, “millones” de rondas de artillería.

Poco antes, el embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, también había hablado de una carga que debe ser asumida, subrayó, por “cada” aliado de forma demostrable. “Nuestros adversarios no esperarán a que estemos preparados. Por eso esperamos de los aliados un crecimiento significativo y creíble de sus presupuestos de defensa año tras año”, señaló en conferencia con periodistas.

Que se trata de un compromiso forzado lo ha dejado claro también Bélgica. Aunque sigue asegurando que no se opondrá al 5%, su viceprimer ministro y responsable de Exteriores, Maxime Prévot, ha insistido en los últimos días en que su país también necesita las “máximas flexibilidades” para alcanzar un objetivo que, también el lunes, insinuaba impracticable en las fechas propuestas.

“La situación presupuestaria de Bélgica no va a permitir, ni a corto ni a medio plazo, llegar al 3,5% de defensa militar pura”, reconoció en una entrevista radiada. Según explicó, tras la cumbre, el Gobierno deberá discutir “qué incremento progresivo” es asumible. Todo ello, subrayó, de forma “sostenible”. Porque aunque Bélgica evita hacer “ruido” como España, tampoco está contenta con la imposición del 5%. El incremento del gasto, dijo Prévot, no debe provocar una ruptura de la cohesión social. “Si no, Vladímir Putin habrá ganado sin librar ninguna batalla, abriendo el camino a la extrema derecha antieuropea, como busca”, advirtió.

Pese a la imposición norteamericana, desde la OTAN —y también no pocas capitales— se sostiene que el incremento del gasto, que ha llevado a países como Alemania a realizar incluso una reforma constitucional, está justificado por el nuevo peligroso contexto internacional. En este sentido, aunque en la declaración previsiblemente no se explicita tanto como en años anteriores —cuando la Casa Blanca no estaba ocupada por un político de quien se sospechan demasiadas afinidades con el Kremlin— Rutte ha dejado claro que la “amenaza más significativa y directa” que afrontan los socios de la OTAN es Rusia.

Pese a ello, la principal víctima del hambre imperialista de Putin, Ucrania, tendrá un papel reducido en La Haya. Su presidente, Volodímir Zelenski, solo está formalmente invitado a la cena de gala con que se abrirá la cita anual de la Alianza, la noche del martes. Y la única reunión sobre Ucrania en La Haya, también en la tarde del martes, se ha rebajado a nivel de ministros.

Para compensar, Zelenski mantendrá reuniones bilaterales en los márgenes de la cumbre, entre otros con Rutte y con los presidentes del Consejo y Comisión europeos, António Costa y Ursula von der Leyen. No hay visos, al menos de momento, de que vaya a celebrar una cita con Trump que compense la que el estadounidense canceló la semana pasada, en la cumbre del G-7 en Kananaskis (Canadá), al marcharse precipitadamente para pergeñar los planes de bombardeo contra las instalaciones nucleares Irán.

Rutte también ha revelado las cifras que los aliados han prometido en ayuda militar para Ucrania en lo que va de año, 35.000 millones de euros, casi el doble de lo anunciado en los tres primeros meses del año, 20.000 millones.

No está en agenda, pero un asunto figurará dominante en las conversaciones de los líderes: la situación en Oriente Próximo después del bombardeo estadounidense, este fin de semana, de las instalaciones nucleares iraníes.

En su rueda de prensa, Rutte, ha asegurado que el bombardeo estadounidense no ha violado el Derecho Internacional. “No estoy de acuerdo con que (la acción militar estadounidense) está en contra del Derecho Internacional”. El máximo cargo de la Alianza ha recordado que desde hace tiempo los aliados han estado de acuerdo en que Teherán “no debe desarrollar un arma nuclear”.

Sus declaraciones llegaban pocas horas después de que, en un mensaje en redes sociales, el presidente estadounidense pareciera sugerir la necesidad de un cambio de régimen en Irán si este país no renuncia a sus actividades de enriquecimiento de uranio.

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