Empresas e instituciones europeas urgen a reforzar la industria de la defensa ante un mundo convulso
El foro World in Progress, organizado por el Grupo Prisa, aborda en Francia los desafíos de la multipolaridad. Joseph Oughourlian, presidente del grupo, insta a “adaptarse muy rápido”. La exministra González Laya acusa a Trump de tener una “actitud depredadora”
Europa se acostó el lunes con la amenaza inminente de una escalada bélica entre Irán y Estados Unidos y se despertó el martes con el anuncio de un alto el fuego —de desarrollo aún incierto— entre Israel y Teherán. Los acontecimientos se aceleran cada vez más y el Viejo Continente, a menudo en los límites del fuera de juego de la partida global, busca respuestas a las crecientes crisis geopolíticas y militares que lo interrogan sobre su capacidad para afrontarlos. En ese esquema trabajó este martes una edición especial de World in Progress (WIP), el foro de análisis económico, político y de pensamiento organizado por el Grupo Prisa (editor de EL PAÍS) con el apoyo, en esta ocasión, de Alta Francia, una región en pleno desarrollo de la industria de la defensa.
Líderes empresariales, representantes institucionales, expertos y profesionales de distintos sectores, especialmente en la defensa y la estrategia militar, se reunieron en las Grandes Écuries de Chantilly (Francia) para abordar los retos y posibles vías de actuación en Europa ante los nuevos escenarios abiertos. Las conclusiones son amplias, inquietantes a veces, pero con soluciones concretas. Crear una industria de defensa autónoma, invertir de forma convencida, acertar en decisiones conjuntas basadas en programas europeos y, sobre todo, tomar consciencia del riesgo real que representa la amenaza rusa para Europa y el unilateralismo de los Estados Unidos del presidente Donald Trump. Hay un punto que no genera debate posible: la respuesta debe ser urgente. Ahora o nunca.
Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa, destacó la importancia de foros de debate como el World in Progress. Especialmente en momentos complejos como el actual. “Desde hace algunos años vemos una serie de convulsiones inesperadas en el mundo de la geopolítica y los asuntos internacionales”, analizó. “Las alianzas se invierten, es difícil saber a qué atenerse y hay que adaptarse muy rápido”. Oughourlian puso como ejemplo la guerra de Ucrania, que “no se parece a nada de lo que habíamos visto antes”, en especial por el uso masivo de drones como arma de ataque.
El general Cédric Gaudillière, secretario adjunto para la Seguridad y la Defensa Nacional de Francia, confirmó la trascendencia del momento en una mesa redonda en torno a los desafíos que entraña la paz, moderada por el corresponsal en Berlín de EL PAÍS, Marc Bassets. ”Hoy los rusos están debilitados a causa de la guerra en Ucrania. No están preparados para un ataque convencional en Europa, quizá en unos cinco años podrían remontar, tener un ejército más fuerte. Ese es el escenario. Hoy no. Pero hay que estar preparado, porque tienen capacidad en materia de guerra electrónica, en ataques en profundidad. Los europeos tenemos que ser autónomos”, resaltó el general.
El historiador Jean-Pierre Filiu, profesor de estudios de Oriente Próximo en la universidad de Sciences Po de París, autor del reciente libro Un historiador en Gaza (no traducido al español), fue menos optimista. “¿Prepararnos para lo que venga? Eso ya ha llegado en lugares como Gaza, donde el escenario distópico es una realidad. Todas las reglas de la guerra que se establecieron después de la II Guerra Mundial se violan cada hora ahí. Y eso no se quedará solo en Gaza”, advirtió.

El rearme de Europa
Las raíces de algunos conflictos son profundas y las respuestas deben tener en cuenta la historia. También en materia económica y comercial. Arancha González Laya, exministra española de Asuntos Exteriores, empezó su intervención remontándose al siglo XVII y citando al cardenal Richelieu para hablar de la sensación de incertidumbre que domina hoy las relaciones internacionales.
“En las guerras, uno sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan, advirtió. ”Y tengo la impresión de que esta situación es la que estamos viviendo ahora”. La Administración de Donald Trump ha empezado una guerra comercial que busca, según González Laya, “beneficiar a las empresas americanas y perjudicar a las demás, especialmente a las europeas, en una actitud depredadora tan de moda actualmente”.
El peso de Estados Unidos en el comercio internacional supone el 13% del total, por lo que Europa, ha apuntado la exministra, haría bien en centrarse en el 87% restante, “donde están tanto Europa como China, un país que había escondido su fuerza para ganar tiempo, pero que ya no se esconde, sino que proyecta su fuerza”. Europa, ha señalado González Laya, tiene la enorme ventaja de su rico mercado único. “Hay que trabajar mucho internamente para construir la soberanía europea y entrar así en una relación de fuerza con los otros gigantes de este mundo multipolar”, ha recomendado.
El aumento del gasto en defensa exigido por EE UU a sus socios atlánticos y que se certificará en la cumbre de la OTAN que se celebra este martes y miércoles en La Haya es también una oportunidad económica e industrial para los países de la Alianza Atlántica. Algunas empresas del sector, como Indra, se encontraban en el foro para dar cuenta de los proyectos industriales. “Soy optimista. El contexto es distinto que el de la II Guerra Mundial, y si trabajamos juntos y queremos que Europa preserve sus valores toca despertarse”, animó José Vicente de los Mozos, consejero delegado de la empresa española.

La jornada había arrancado con la intervención del presidente de la Región de Alta Francia, Xavier Bertrand, y el mensaje del ministro de Defensa francés, Sébastian Lecornu. Este último ha subrayado la importancia de la diversificación industrial, encaminada al desarrollo en defensa, de una región que durante años se centró en la industria del automóvil. “Nos ayudará a lograr la soberanía querida por De Gaulle”, consideró Lecornu.
Bertrand, que apoyó el ataque de EE UU a las centrales de desarrollo nuclear iraníes —“creo en la diplomacia, pero no tanto en la iraní”— remarcó también los pilares sobre los que se sustenta la inversión en la industria de defensa, indiscutida en Francia. “Es una cuestión de independencia, de soberanía y también de seguridad”, ha afirmado. “Es un cambio estratégico que tiene que ver con la soberanía internacional, pero también tiene una lógica económica. La región no será solo la región de la logística o de la industria automovilística. Creo que podemos ser fuertes también en armamento”, señaló, apostando abiertamente por la fabricación de drones con fines civiles y militares.
Francia ha puesto en marcha toda su maquinaria financiera y administrativa para apoyar a las empresas que apuesten por sumarse a la contribución de la industria militar en un momento en que los Estados deberán aumentar el gasto en esta materia con el objetivo del 5% fijado para 2035 y que debería certificarse en la cumbre de la OTAN que se celebra este martes y miércoles en La Haya. Una industria que durante muchos años, los tiempos de paz, “fue vista como la de la pornografía”, recordó Emmanuel Chiva, delegado general del Gobierno para el Armamento.
Francia quiere ahora ayudar a sus empresas a sumarse al esfuerzo colectivo en el aumento del gasto en defensa, aunque Chiva no ha ocultado las dificultades que entraña. “Es un mercado complejo, interesante y rentable. Todas las empresas del automóvil se acercan a nosotros, pero no podremos ayudar a todo el mundo”, ha advertido, antes de explicar la simplificación de la maquinaria administrativa puesta en marcha por el Gobierno francés para ayudar a las compañías que deseen realizar esta transición.
“Protectorado militar de Estados Unidos”
En materia de capacidades industriales para el rearme, Josep Borrell, ex alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, lamentó que “hoy Europa es un protectorado militar de Estados Unidos a través de la OTAN”. “El que no quiera verlo, allá él”, zanjó. En conversación con EL PAÍS, añadió que para dejar de serlo es necesario “desarrollar capacidades propias”: “Todo depende de la voluntad política y de los recursos que se esté dispuesto a poner”.
Más que un ejército europeo, que no parece estar en el horizonte, Borrell cree que es necesario que “los ejércitos europeos sean interoperables, capaces de actuar juntos y coordinar el desarrollo de sus capacidades militares”. “Que no sean 27 ejércitos, cada uno de su padre y de su madre, porque eso es un despilfarro de recursos enorme”, ha remarcado.
Las respuestas son urgentes, en todos los ámbitos. También a nivel medioambiental, remarcó la ministra de Transición Ecológica francesa, Agnès Pannier-Runacher. “El mundo que se está construyendo no tiene un equivalente. Para nuestra generación es un mundo que no tiene retorno a lo normal. Ayer estaba muy bien, pero eso ya no existe. Hay que comparar dos escenarios: un mundo en el que actuamos y otro en el que no”, advirtió. “La ecología es hoy una cuestión de soberanía, y la energía jugará un papel fundamental. Los metales críticos, la energía fosil, el acceso al agua. Todo ello determinará grandes crisis como la migratoria”, apuntó.
World in Progress, cuya edición francesa clausuró el ex primer ministro francés Bernard Cazeneuve, celebró su primera edición el pasado octubre en Barcelona, donde destacados dirigentes políticos, intelectuales, filósofos y empresarios se dieron cita durante dos días para reflexionar sobre los grandes desafíos globales del siglo XXI. La segunda edición del WIP de Barcelona ha quedado confirmada precisamente en este evento y será los próximos 20 y 21 de octubre.
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