La UE propone un tope más estricto al crudo ruso y cerrar para siempre el Nord Stream
Bruselas incrementa la presión sobre la flota fantasma del Kremlin al elevar los buques sancionados por encima de 400

Bruselas sigue aumentando la presión sobre Rusia ante las maniobras dilatorias de Moscú para evitar avanzar hacia la paz con Ucrania. Menos de un mes después de haber aprobado el decimoséptimo paquete de sanciones, la Comisión Europea presenta este miércoles la nueva tanda de castigos, con la que busca minar aún más la economía rusa y su industria armamentista. Según ha anunciado la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, el nuevo arsenal sancionador va a proponer que el tope al precio del crudo ruso pase de los 60 dólares por barril actuales a 45.
La propuesta, que va en consonancia con el abaratamiento de esta materia prima en los mercados internacionales —el Brent cotiza ya solo ligeramente por encima de los 60 dólares por barril— estará sobre la mesa en la reunión del G-7 de este domingo. Con una incógnita: la posición que tengan los Estados Unidos de Donald Trump.
“Nuestro mensaje es muy claro: esta guerra tiene que terminar. Necesitamos un alto el fuego real y Rusia todavía tiene que llegar a la mesa de negociaciones con una propuesta seria. Como todavía no muestra disposición a lograr la paz, aumentaremos la presión sobre Rusia con más sanciones robustas”, ha justificado Von der Leyen en referencia al nuevo paquete, que también incluye nuevas penalizaciones a la flota fantasma rusa y sanciones al sector financiero, entre otros.
El tope de 45 dólares sobre el precio de venta petróleo ruso —que en ningún caso puede entrar en la UE o en el resto del G-7, pero que siguen comprando otros muchos países, sobre todo en Asia— debe ser coordinado aún en el foro de las siete mayores potencias económicas del planeta, que fue el que empezó a implementar esta medida en 2023 bajo la denominada “coalición para la limitación de precios” del petróleo ruso. Su objetivo era, y es, claro: reducir los ingresos de Moscú, que destina, en gran medida, a seguir alimentando su maquinaria bélica.
El G-7 celebra, entre este domingo y el martes que viene, su cumbre anual en Alberta (Canadá). De ahí la importancia de tener una propuesta sobre la mesa que pueda llegar a tiempo a la cita internacional, si bien falta por saber qué posición tendrá Trump, que hasta el momento se ha mostrado muy comprensivo con Vladímir Putin.
“Desde que se introdujo el tope, el precio del petróleo ha bajado. Al rebajar el techo, lo adaptamos a unas condiciones de mercado cambiantes y restauramos su eficacia”, ha explicado Von der Leyen.
El proceso ahora propuesto es el contrario del realizado hasta ahora: originalmente, la propuesta partía del propio G-7 y luego llegaba hasta la UE. Que ahora sea Bruselas la que tome la iniciativa es una muestra de las dudas en la propia Comisión sobre las posibilidades de que la Administración Trump apruebe esta propuesta. Aun así, la jefa del Ejecutivo comunitario se ha dicho “confiada” en poder consensuar esta medida con sus socios en la cita canadiense.
“Asumo que lo haremos juntos como G-7: lo empezamos como G-7, tuvimos éxito y me gustaría continuar esa medida como G-7”, ha señalado en declaraciones a la prensa en Bruselas, en las que ha recordado que la exportación de petróleo supone, hasta hoy, un tercio de los ingresos del Kremlin.
Cerco a la flota fantasma
Bruselas quiere ahora que los Veintisiete incrementen la presión sobre otro elemento clave del Kremlin para conservar los ingresos petroleros: la flota fantasma rusa, que transporta el combustible sorteando las sanciones internacionales.
Con la nueva propuesta, que incluye 77 navíos más, la lista de buques castigados supera ya los 400. Esto “limita severamente las opciones rusas para exportar su petróleo mediante esa flota fantasma”, ha explicado Von der Leyen en una comparecencia junto a la alta representante para Política Exterior, Kaja Kallas.
Aunque no ha sido mencionado específicamente, varios documentos sobre la propuesta a los que ha tenido acceso EL PAÍS indican que en el nuevo paquete se incluye también, por primera vez, al capitán de uno de esos petroleros ilegales, de nacionalidad india, en su lista negra. Con ello, Bruselas espera reforzar el “efecto disuasorio” entre las navieras y otros implicados del sector que siguen participando en estas actividades ilícitas rusas, según el borrador consultado.
Las nuevas medidas, como ya han hecho paquetes anteriores que buscan atacar la flota con la que Rusia evade sanciones que pesan sobre su petróleo, también apuntan a empresas con sede en terceros países: Emiratos Árabes Unidos, Mauricio y Hong Kong, entre otros. Bruselas también quiere prohibir la importación de productos refinados basados en crudo ruso, para evitar que ni una gota de petróleo procedente de ese país llegue a la UE “por la puerta trasera”, ha señalado Von der Leyen.
También contra el Nord Stream
En el mismo sentido va otra propuesta incluida en el borrador para sancionar a una entidad involucrada en el sector del gas licuado (GNL) ruso, en el marco de los planes de la Comisión de prescindir de todo gas procedente de ese país para 2027. En ese sentido, y tal como había adelantado la presidenta de la Comisión Europea, el decimoctavo paquete de sanciones también plantea una “prohibición de transacciones” sobre los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Aunque actualmente están inutilizados, la idea es “prevenir la reanudación de suministro de gas natural a través de esos gasoductos” para frenar su “potencial de generación de ingresos” en el futuro, aduce Bruselas. “No puede haber un regreso al pasado”, ha zanjado Von der Leyen.
El decimoctavo paquete también pone en su mira al sector financiero ruso: Bruselas quiere transformar el actual veto al sistema SWIFT en una “prohibición de transacciones total”. Un paso más en la exclusión de Rusia del sistema internacional de pagos, que se completa con el veto a otros 22 bancos rusos.
Para completar el castigo financiero, Bruselas plantea extender la prohibición de realizar transacciones a bancos de terceros países que financien el comercio con Moscú, permitiendo de este modo la evasión de las sanciones europeas. Con el mismo objetivo, la Comisión quiere sancionar el fondo soberano Fondo Ruso de Inversión Directa y todas sus subsidiarias, para “limitar un canal importante de financiación de proyectos para modernizar la economía rusa y reforzar su base industrial”.
En el nuevo paquete, que todavía tiene que ser analizado por los Estados miembros, la Comisión también quiere ampliar las prohibiciones de exportaciones por un valor de más de 2.500 millones de euros y que permitirán, según Von der Leyen, “privar a la economía rusa de tecnología crítica y bienes industriales”. En la mira de Bruselas están, entre otros, maquinaria, metales, plásticos y químicos, así como una restricción mayor a la exportación de bienes y tecnologías de uso dual que puedan acabar ayudando a la construcción de drones o misiles rusos.
Más de 2.500 sancionados
Si el paquete sale adelante, logrará, además, una marca simbólica: de aprobarse todas las propuestas, la lista de individuos sancionados desde el comienzo de la guerra rusa en Ucrania superará los 2.500. También aumenta la presión sobre uno de los principales aliados de Moscú —Bielorrusia— al sancionar a cuatro empresas de ese país activas en los sectores militar y defensivo, de acuerdo con el borrador. La idea es ampliar el actual embargo de armas, que hasta ahora solo cubre las exportaciones de la UE a Minsk, para que incluya también las importaciones de armas desde ese país satélite del Kremlin al bloque europeo.
“Las sanciones funcionan”, ha subrayado Kallas. “Rusia quiere hacernos creer que puede seguir la guerra para siempre, pero no es verdad. Ha perdido decenas de miles de millones en ingresos por petróleo, su economía se está contrayendo y su PIB ha caído (...). Cada sanción debilita la capacidad rusa de luchar”.
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