Una exposición con lagunas

La República Popular China cumplió 60 años el pasado jueves, 1 de octubre. Las seis décadas de progreso y gobierno comunista están explicadas de forma selectiva en una gran muestra en el Palacio de Exposiciones de Pekín, un edificio de estilo neoclásico situado en el noroeste de la capital.

En el vestíbulo de entrada, jubilados, colegiales, grupos de turistas y familias se fotografían ante los retratos de los cuatro máximos líderes que ha tenido China desde la fundación de la República Popular, el 1 de octubre de 1949: Mao Zedong, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao. En el exterior, miles de personas hacen cola, junto a banderolas rojas con eslóganes. Uno dice: "Sigue con fuerza y valentía la senda del socialismo con características chinas", es decir, el capitalismo bajo un partido único, con el que Deng Xiaoping dio carpetazo al maoísmo. Otro lanza: "Larga vida al Partido Comunista".

En la sala dedicada a la Defensa Nacional, cuatro jóvenes mujeres soldado, que podrían trabajar de modelos, reciben a los visitantes; un chico se divierte en el simulador de un carro de combate, un adulto acciona una pantalla táctil con un mapa satélite de Pekín.

Otras salas están dedicadas a la economía, la cultura, la sanidad, las minorías étnicas o el medio ambiente. Todas, repletas de gráficos de barras ascendentes, colores rojos y dorados, grandes fotos, instructivas maquetas, e incluso una proyección tridimensional de la hoz y el martillo, símbolo del Partido Comunista Chino.

El espacio dedicado a la agricultura y la industria obvia, sin embargo, el fracasado proceso de industrialización rural del Gran Salto adelante (1958-1960), las comunas y la consiguiente hambruna, en la que murieron millones de personas. Como tampoco está presente en la exposición el caos de la Revolución Cultural (1966-1976), cuyos traumas y cicatrices aún llevan en silencio millones de chinos.