La Policía de EE UU busca a un nuevo francotirador en el Estado de Ohio

Un nuevo francotirador mantiene en jaque a la policía estadounidense. Las autoridades del Estado de Ohio, al noreste del país, han encontrado hoy por primera vez una relación entre doce disparos que se han producido en los últimos siete meses contra diversos objetivos. De momento sólo una persona ha sido alcanzada, una mujer de 62 años que murió de un balazo cuando se dirigía en coche a una cita con el médico.

La Policía en el Estado confirmó ayer sin la menor duda que cuatro de un total de once ataques con arma de fuego fueron perpetrados con el mismo rifle. Tres de ellos se registraron contra vehículos en el tramo de autopista interestatal 270 donde murió tiroteada Gail Knisley el pasado 23 de noviembre. Anteriormente, el último disparo registrado se había producido el 11 del mismo mes y tuvo como objetivo la escuela elemental Hamilton, en Orbetz, a tres kilómetros de la carretera.

Ante este panorama el sheriff del condado de Franklin, Jim Karnes, ha emitido un comunicado en el que pide a la persona o personas responsables de los tiroteo que se comuniquen con la policía. Las autoridades han reforzado la vigilancia en el estado y han solicitado la colaboración de los ciudadanos, quienes hasta ahora han ofrecido más de 500 pistas.

En la memoria de los estadounidenses está todavía muy fresco el recuerdo de la serie de ataques al azar cerca de Washigton que en octubre de 2002 dejaron un total de 10 víctimas mortales y sembraron el terror en la región. Uno de los dos sospechosos francotiradore, John Allen Muhammad, fue condenado a muerte la semana pasada por los asesinatos, mientras que el segundo acusado, Lee Boyd Malvo, está siendo juzgado en otro proceso judicial.