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Buscadores e inteligencia artificial: ¿vamos hacia un mundo de respuestas únicas?

Google transforma la forma de acceder a la información al darle prioridad a la respuesta de su chatbot, lo que contribuye a homogeneizar el conocimiento

Gemini, IA de Google en Nueva York

Buscar en Google consistió, durante más de dos décadas, en recorrer una lista de diversas fuentes de información, ordenada según criterios de SEO y publicidad. En marzo, el buscador más utilizado de internet ha incorporado en España la “vista creada con IA”: un resumen generado por Gemini, la inteligencia artificial desarrollada por la misma empresa, que responde directamente a la consulta y precede al listado de todos los demás enlaces.

Este cambio ha planteado una nueva relación con el conocimiento. Si Google era un mediador que presentaba respuestas posibles a través de fuentes de información, esta novedad del buscador prioriza un solo resultado, muchas veces parcial pero formulado en forma de respuesta definitiva. Para Jorge Carrión, autor de Membrana (Galaxia Gutenberg, 2021) y Los campos electromagnéticos (Caja Negra, 2023), la novedad simplifica el ecosistema digital: “Hemos pasado de la multiplicidad de respuestas posibles al simulacro de una respuesta única, de lo politeísta a una suerte de monoteísmo. Eso evidentemente puede ser peligroso”.

Carrión (Tarragona, 49 años) recuerda que hace 25 años Google ya transformó el modo en que nos relacionábamos con la información. La empresa comenzó a ordenar los enlaces según criterios propios y se diferenció de los criterios de la biblioteconomía: “Google ofrece enlaces según criterios que pueden ser más o menos nobles, pero al menos había una multiplicidad de respuestas”.

Algunos, más alarmistas, creen que utilizar inteligencia artificial deteriora el pensamiento crítico. Uno de ellos es el filósofo italiano Franco Bifo Berardi. Aunque con el resumen se “gane tiempo”, estandariza las ideas: “La explotación de la red por la IA está destrozando internet. Es un nuevo salto hacia la homologación total de las búsquedas, pero también del conocimiento y, en última instancia, del cerebro humano”, responde por correo electrónico. El argumento, tomado de un artículo escrito por el programador Paul Graham, afirma que si las generaciones más jóvenes siguen aprendiendo y escribiendo a través de chatbots, dejarán de pensar, porque no existe pensamiento lógico, crítico e individual sin la escritura. “Lo que está desapareciendo no son solo las búsquedas en línea; está desapareciendo el pensamiento humano”, sostiene.

Similar es la postura de Éric Sadin, filósofo francés que analiza los problemas de la tecnología y la IA generativa. En La vida espectral (Caja Negra, 2024), desconfía del poder de decisión que los chatbots simulan otorgar a los individuos: “En verdad, estos procesadores tienen como único objetivo ser ellos los que gravitan sobre nuestros comportamientos”, escribe. Con sus respuestas, para él, la IA influye en los actos de los humanos imponiendo los puntos de vista de quienes los controlan.

No se conoce con claridad en qué instancias muestra Google la respuesta de Gemini. Según un estudio del Pew Research Center, lo hace cuando las búsquedas son más largas o formuladas en formato de pregunta. El mismo estudio también ha medido el impacto de esta herramienta en el universo digital. Cuando el buscador muestra el resumen de Gemini, en el 92% de los casos los usuarios abandonan Google sin visitar ninguna página. El fenómeno se conoce como “búsquedas cero clic”. En cambio, en las búsquedas que no ofrecen resumen, los clics en enlaces se duplican. Similarweb, una empresa de desarrollo de software, ha dado diagnósticos similares y ha alertado del riesgo para el tráfico de los medios de comunicación.

La versión de Google no concuerda. Ha asegurado que desde que existe la vista con IA el tráfico en las páginas web se ha mantenido estable e incluso han aumentado las búsquedas “de calidad”. No da cifras concretas ni aclara en qué búsquedas se muestra o no el resumen. Pero Gemini contradice a la propia empresa que lo creó: al preguntarle sobre el tráfico desde que existe la vista creada con IA, dice que los clics en los enlaces sí han disminuido. Para la abogada Anabel Arias, la preocupación de empresas y medios de comunicación es razonable: “Si la vista con IA resume los resultados que están en la red, se evita que la gente haga clic en otros sitios”.

La legislación europea exige a los buscadores que sean transparentes sobre cómo ordenan los resultados. Pero no está claro, en el caso de Google, si Gemini se considera parte del buscador. Si lo fuera, debería exponer los criterios con los cuales elige y descarta las fuentes con las que construye sus respuestas, que hasta ahora son desconocidos.

A pesar de la falta de transparencia, la herramienta es eficiente, y los resultados tienen aparente veracidad. Nayef al Rodhan, filósofo y neurocientífico saudí, comparte esta idea, y afirma por correo electrónico que “ahorra tiempo y esfuerzo mental en las consultas puntuales”. Para él, la incorporación de Gemini es un cambio relevante y se gana mucho en las respuestas rápidas y comprensibles. También se muestra positiva sobre los resúmenes Cristina Aranda (Madrid, 49 años). Lingüista, filóloga y autora de Vidas futuras (Aguilar, 2024), cree que es útil si se busca obtener una idea general sobre algo. Como los hablantes, explica, la IA usa el principio de cooperación de Paul Grice, que establece que la premisa de toda comunicación es hacerse entender.

Tanto se apoya la IA sobre este principio que se vuelve complaciente y, en el extremo, puede llegar al punto de inventarse una respuesta: “Por eso es fundamental el espíritu crítico y acceder a las fuentes reputadas cuando hace falta profundidad. Pero si en principio me lo pones fácil, mi esfuerzo cognitivo va a ser menor. El ser humano es vago”, resume Aranda. También Al Rodhan, que aboga por la adopción de esta tecnología, destaca la importancia de la corroboración, y de la posible pereza mental que surja de utilizarla en trabajos críticos. Y es que los resúmenes de Gemini que incorpora Google se apoyan en el mismo principio de simplicidad que se convirtió en la máxima del diseño web: no me hagas pensar.

Pero son las condiciones ideológicas y culturales las que han permitido depositar confianza en la vista creada con IA. La velocidad, uno de sus éxitos, se considera un valor en la lógica del capital. “El valor principal de la sociedad capitalista es la acumulación de valor”, dice Berardi (Bolonia, 76 años). “La producción de valor crece con la aceleración, y el uso de chatbots acelera una búsqueda. En cambio, el pensamiento, la conciencia y la sensibilidad deben desaparecer para que el ciclo de valorización del capital se acelere”.

Carrión aventura razones casi religiosas. Tras cinco siglos de humanismo, ve posible una época con mayor vinculación a la fe y a un mundo monoteísta. Y encuentra un paralelismo en la construcción de las ideologías políticas contemporáneas: “Es más fácil pensar que todos los problemas provienen de la migración que analizar que las causas de los problemas son múltiples”.

Pero la gloria de Gemini no será eterna. Un proyecto de la Comisión Europea busca reducir el desbalance de poder entre motores de búsqueda y usuarios, y limitar los diseños complejos y accesos enrevesados. Anabel Arias pone un ejemplo: “Si un usuario quiere desactivar que Gemini utilice sus búsquedas y sus opiniones para entrenarse, debe hacer una cantidad de clics y gestiones innumerables. Está diseñado para que el usuario se dé por vencido”. Carrión se inclina a pensar que, como en la música, se mantendrán los dos modelos. Como coinciden el vinilo con Spotify, convivirán la respuesta única y la multiplicidad.

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