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Tamar Novas: “A mí me llaman mañana Alejandro o Pedro para trabajar y les digo que sí sin leer el guion”

Ganador del Goya a los 18 años por ‘Mar adentro’, el actor gallego explora ahora su vis cómica en ‘Rondallas’, lo nuevo de Daniel Sánchez Arévalo

Ser actor, a veces, consiste en saber responder a lo inesperado. De esas tablas tiró Tamar Novas (Santiago de Compostela, 39 años) en los pasados Goya, cuando, junto a Belén Rueda, le tocó entregar el primer ex aequo a la mejor película en la historia de la ceremonia, para El 47 y La infiltrada. “Belén tenía el sobre y vi un papel que pasó donde ponía muy pequeñito ex aequo. Pensaba todo el rato: no lo ha visto. Fue muy rápido. Le dije que mirase si había otra tarjeta, y efectivamente”, cuenta, como un ninja reconstruyendo las llaves que empleó para combatir a unos matones. “En los Oscar se equivocaron y lo llevaron peor, subieron los que no eran y hubo que interrumpir”, apostilla, ufano. Tiene sentido que Tamar Novas se mueva como pez en el agua en los Goya. Cuenta sus años por número de ediciones —los premios de la Academia y él celebran su 40 aniversario en 2026— y alcanzó la mayoría de edad con la estatuilla al mejor actor revelación por Mar adentro (2004), de Alejandro Amenábar, donde encarnaba al sobrino de Ramón Sampedro. ¿Cómo se gestiona una carrera cuando, al empezar, ya tiene uno el premio gordo? “No tenía mucha cabeza ni nada cercano a una carrera. David Trueba me dijo: ‘No pienses que siempre es así, es muy difícil caer en una película de estas características’. Pero la ilusión era lo que me nutría. Estoy en el camino mientras la siga sintiendo”.

El intérprete ahora puede jactarse de una trayectoria larga. Solo este año ha llevado al Festival de San Sebastián un programa triple: 8, Parecido a un asesinato y Rondallas. Las dos primeras llegaron a cines hace meses y la tercera, el regreso al largometraje del director Daniel Sánchez Arévalo, se estrena el 1 de enero, para empezar bien el nuevo año. “Lo primero para mí era la oportunidad de trabajar con Dani. Y, luego, la historia, que transmite una sensación de unión, de comunidad, muy oportuna para el momento que estamos viviendo. Por eso es una película para ver en pantalla grande con gente, como un ritual”.

En Rondallas, Novas da rienda suelta a su vis cómica con el patoso personaje de Xoel, sobre el que recae el rol de abanderado en una competición de música regional. “Me enamoré cuando leí el guion y es de las veces en que más cerril he sido con hacer una prueba para un papel”, afirma. Con Javier Gutiérrez al frente del reparto, cuenta cómo un pueblo gallego se sobrepone a la pérdida de sus seres queridos por el naufragio de un barco pesquero. El protagonista, para cerrar el duelo y levantar la moral, propone retomar la rondalla del municipio, una agrupación de música popular con la que participaban anualmente en un concurso contra pueblos vecinos. “No tengo familiares que hayan estado embarcados mucho tiempo, pero sí amigos que han vivido esa tragedia. En el fondo, somos un pueblo que tiene mucho que ver con esas raíces quebradas, con familiares que tuvieron que emigrar…”, reflexiona el actor, que lleva media vida en Madrid, pero vuelve a Galicia para rodar siempre que puede.

Antes de Mar adentro, Tamar debutó con La lengua de las mariposas (1999), de José Luis Cuerda. Allí compartió escenas con una autoridad de la cultura española, Fernando Fernán Gómez. “Tenía fama de gruñón por su interés en mantener lejos a unos cuantos mandándoles a la mierda, como decía. Con nosotros era un niño más, generaba un terreno de juego maravilloso”, cuenta. No era uno de esos chavales que fantaseaban con ser actores, pero hicieron un casting en su colegio y le mandaron en calidad de “payasete de la clase”. “No era consciente de que fuese una profesión. La prueba fue leer un poema de Antonio Machado del que siempre me acordaré, Recuerdo infantil [1906]”.

Este año cerró un círculo con 8, de Julio Medem, donde otro poema de Machado, Españolito (1912), atraviesa el romance entre dos personas nacidas el día de la proclamación de la II República en familias de ideologías opuestas. “El cainismo está muy presente en nuestra historia como sociedad, es un hecho que ha partido a muchas familias. He podido aprender gracias también a proyectos como Los pacientes del doctor García [2023], la serie que hicimos del libro de Almudena Grandes”. En nuestra industria, Amenábar y Almodóvar son dos Españas en sí mismas. Novas saltó de uno a otro con Los abrazos rotos (2009), del manchego. “No es que no me moje, es que no creo que se puedan establecer grados. A mí me llaman otra vez mañana Alejandro o Pedro para trabajar y les digo que sí sin leer el guion, igual que a Isabel Coixet [que le dirigió en Elisa y Marcela, de 2019]”. Alguien cuya hoja de servicios es casi una lista de vacas sagradas podría parecer inmunizado para todo. “Ahora esos nombres me imponen desde la exigencia profesional. Hay una parte quizá más vanidosa de querer satisfacerles, pero también otra de aprovechar al máximo el tiempo con ellos. Antes lo vivía desde lo mitómano”.

El actor gallego, vestido 
de Giorgio Armani, luce pulseras y anillos Love y reloj Tank Louis Cartier de oro rosa, de Cartier.

Vuelta al mar. Las ficciones con ADN gallego llevan tiempo de moda y, entre ellas, todo lo que tiene que ver con el narcotráfico. Novas ha estado en Clanes (2024), de la que acaba de rodar segunda temporada, o Fariña (2018). “Es la realidad social que vivimos. Entiendo que a alguien le pueda apetecer que se cuenten otras cosas y que Galicia no sea conocida por estas historias. Pero quizás si hay tanta película sobre narcotráfico es porque hay mucho consumo de droga. Igual se tienen que hacer las que hagan falta para que ese tema aflore”. En el horizonte tiene la intriga rural Caminando con el diablo y otro largo con Sánchez Arévalo, aún sin título, del que se sabe que será la primera incursión del madrileño en el suspense y que produce Netflix. Seguidor del Deportivo de La Coruña, actualmente en Segunda, Novas está entrenado para asumir lo que venga. “El Dépor merece recompensa y la tendrá. Volverá a estar arriba. Luego volverá a estar abajo y subirá otra vez. Esa es su épica”. Igual que en su oficio, la clave es enlazar rachas. Al cierre de esta edición, el Dépor se situaba en puestos de ascenso.

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Sobre la firma

Jaime Lorite Chinchón
Colaborador de ICON desde 2019. Periodista cultural, también ha escrito para la sección de Cultura, El País Semanal, la revista Fotogramas o Ctxt. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, también cursó Crítica Cinematográfica en la Escuela de Escritores y el Máster de Periodismo UAM-El País.
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