Ha llegado la ‘monjamanía’: Rosalía resucita la controvertida fiebre por el convento
El acercamiento de Rosalía a la imaginería religiosa y su reivindicación del convento la unen a una serie de artistas, películas, escritoras y ‘podcasters’ que llevan mucho tiempo prestando atención a lo que hacen las monjas
¿Ha llegado Nunvember, el mes de pensar en hacerse monja? ¿Hay una nuncraze? ¿Una monja-manía? El anuncio del nuevo álbum de Rosalía, titulado Lux, parece que va a poner de moda todo lo que tiene que ver con las monjas, incluyendo la contemplación, la iluminación y la toca. Pero, en este final de 2025, la cantante no es la primera ni la única que coincide en buscar respuestas al mundo moderno entre los muros del convento.
Rosalía presentó su nuevo disco en una demostración de poderío promocional y colapsó el centro de Madrid y las redes sociales. Conectando Callao y Times Square, la cantante catalana ha mostrado en Instagram y Tik Tok su recorrido por la capital española para dar a conocer las primeras pistas de un álbum del que todavía no hemos escuchado nada, aunque ya todo el mundo habla de él.
A lo largo de las ultimas semanas había ido soltando algunos indicios: primero una partitura misteriosa, luego un post en su cuenta de Instagram con un rosario al cuello y musica sinfónica de fondo y, por fin, título, portada y listado de temas.

El nuevo disco se llama Lux, que significa luz en latín, y será publicado el 7 de noviembre. En su portada vemos a Rosalía vestida de blanco, con una toca cubriéndole la cabeza y actitud de ensimismamiento. Desde su derecha le llega un rayo de luz dorada como en las pinturas clásicas de la Anunciación.
Conocemos a sus colaboradores (desde Björk hasta la Escolanía de Montserrat) y tenemos algunos indicios sobre el contenido, como una cita de una mística musulmana o la utilización en el material de prensa de palabras como “mística”, “trascendencia” o “un mundo radiante”. Nada mal para la mujer que cantaba “te quiero ride/como a mi bike” en su disco anterior.
En su corta carrera Rosalía ha demostrado su extraordinaria capacidad para entender la industria musical y anticiparse a las tendencias. Recuerda, en su manejo de la anticipación fan y la rueda promocional de la industria, a Madonna quien, por cierto, se hizo mayor musicalmente y produjo su primera obra maestra cuando abandonó el materialismo y abrazó la espiritualidad con Like a Prayer. De hecho, hay mas indicios que indican la monja vuelve.
Meterse a monja
El anuncio de Lux llega en la misma semana en que se estrena Los domingos, la nueva película de Alauda Ruiz de Azúa que ganó la Concha de Oro en el ultimo festival de San Sebastián. Ruiz de Azúa continúa su trabajo de investigación de los espacios en los que se ha desarrollado lo femenino (tras Cinco lobitos y la serie Querer) para internarse en el tradicionalmente considerado mas limitador: el convento. Los domingos es la historia de una adolescente que lleva una vida normal y un día anuncia a su no especialmente católica familia que quiere entrar en un convento.

En una entrevista en San Sebastián, la directora vinculó la decisión de entrar en el convento con la edad y el enfrentamiento a la familia. “Siempre he pensado que la adolescencia es una época muy delicada: una necesidad de afecto, una necesidad de sentirte especial que te puede llevar a sitios muy exóticos o muy inesperados como es el caso de la película”, explicó. “A veces los adultos estamos muy seguros de cómo son las cosas y de repente el adolescente nos hace tambalearnos”.
En un momento de la película Ainara, la joven protagonista, explica: “Yo en el convento no me siento mal. Yo en el convento estoy muy feliz. Por eso quiero volver”. Frente a las turbaciones del mundo contemporáneo y los vaivenes hormonales de la adolescencia, la vida conventual, ordenada, simplificada y con sentido se convierte en una opción deseada.
Monjas históricas
Pero si alguien sabe de monjas, conventos y arrebatos religiosos esas son Ana Garriga y Carmen Urbita, que llevan años explorando el tema en su podcast Las Hijas de Felipe.
Bajo el epígrafe “todo lo que te pasa a ti ya le pasó a una monja en los siglos XVI y XVII”, estas dos historiadoras que se conocieron durante su doctorado en Estados Unidos han creado un espacio conversacional en el que comparten su fascinación por las monjas, sus personalidades y la vida conventual.
En cada episodio cuentan las veces que nombran a Santa Teresa de Jesús y han reivindicado figuras imprescindibles como Sor Juana Inés de la Cruz o hablado de Santa Rosa de Lima, la primera santa de las Américas, o descubierto para el publico general a Sor María Jesús de Ágreda y su mística relación epistolar con el rey Felipe IV. Con un lenguaje cuidado y un tono al limite del ASMR, Las hijas de Felipe han popularizado el conocimiento de la vida en las comunidades de monjas y sus particularidades: las capacidades de bilocación, la facilidad para las visiones celestiales o su fascinación por las tallas del niño Jesús. Pero sobre todo es una celebración de la sororidad, un canal de información sobre la vida en las comunidades exclusivamente femeninas y una reivindicación de las mujeres en la historia.

En los cinco años que llevan con su podcast han pasado por diversas plataformas, con una proyección cada vez mayor, han creado un grupo de seguidores afecto y muy fidelizado y están a punto de publicar su primer libro. En noviembre, un poco después del estreno de la película de Ruiz de Azua y coincidiendo con la salida del disco de Rosalía, se publicará la versión española de su ensayo Convent Wisdom. How Sixteenth Century Nuns Could Save Your Twenty-First Centrury Life bajo un nuevo título, Instrucción para novicias, que es mas una reescritura que una traducción, después del éxito que tuvo en la pasada feria de Frankfurt.
Descrito en el dossier de prensa como “Un libro de autoayuda contagiosamente edificante y no tan santo que se adentra en las vidas salvajes, sabias y poco convencionales de las monjas de los siglos XVI y XVII, ofreciendo consejos para nuestra era moderna y demostrando una cosa: sin importar el siglo, las monjas lo hacen mejor”, el libro parece defender la validez de la experiencia conventual para enfrentarse a los dilemas actuales.
Pellizcos de monja
Si bien en los últimos años la figura de la monja y del convento se había quedado reducida a la sádica profesora de colegio o al espíritu malvado atrapado en el lugar del crimen de una película de terror, Instagram se ha llenado de cuentas de jóvenes (y no tan jóvenes) religiosas de las mas variadas órdenes que utilizan las redes sociales para reivindicar el papel de las monjas en la vida actual. La tecnología ha llegado al convento para quedarse y reivindicarlo.
En el cine, las monjas han fascinado a la audiencia desde hace décadas. Las campanas de Santa Maria (1945) cuenta la historia de una monja y un cura que se unen para salvar un colegio de niños pobres solo podía contarse desde Hollywood. Y además, cantan. Fue un éxito enorme en su tiempo y es de esas películas que se programan en la televisión todas las navidades junto a ¡Qué bello es vivir!. Coppola demostró el impacto que tuvo en su época en una escena de El Padrino: es la película que van a ver al cine Michael Corleone y Kay Addams (Al Pacino y Diane Keaton) antes de descubrir en un quiosco el intento asesinato de Don. Narciso negro (1947) es una de las obras maestras del cine que nos dieron Michael Powell y Emeric Pressburguer y relata los conflictos que el deseo sexual genera entre las monjas de un convento perdido en el Himalaya. La película cuenta con decorados y colores alucinantes, marca de la casa, y Deborah Kerr demostrando que es una de las mejores actrices de su tiempo. Y luego está Historia de una monja (1959). ¿A quién no le va a gustar Audrey Hepburn haciendo de monja? La toca, blanquísima, nunca lució tan elegante, como si la hubiera hecho Givenchy. Cuenta la historia de una joven belga desde su noviciado hasta su salida del convento por falta de vocación pasando por las misiones en el Congo.
En los sesenta, las películas de monjas comenzaron a molestar a las autoridades. La religiosa (1966) adaptó la novela de Denis Diderot, ya un escándalo en la Francia de la Ilustración por denunciar los abusos de la vida conventual. La adaptación que hizo Jacques Rivette hizo que el general de Gaulle se movilizase personalmente para censurarla provocando un enfrentamiento publico entre Jean-Luc Godard (a la sazón novio de la protagonista, Anna Karina) y el entonces ministro e intelectual, André Malraux. Los diablos (1971), de Ken Russell, recrea el caso de las poseídas de Loudon y fue una de las películas mas prohibidas de la historia del cine. Con una estética alucinante, Vanessa Redgrave hace de monja deforme que se consume de deseo por un Oliver Reed mas empotrador que nunca. No hace falta añadir mucho más. El subgénero de escándalo en el convento continuó con el clásico del cine erótico Interior de un convento (1979), del polaco Walerian Borowczyk. Y en 1983 llegó Entre tinieblas, tal vez la primera gran película de Almodóvar, que cambió erotismo por drogas. Cuenta la historia de una cantante de boleros yonki que se refugia en un convento tras la muerte por sobredosis de su novio. La película lo tiene todo: abadesas lesbianas, monjas con nombres imposibles, millonarias excéntricas. Incluso un tigre. Las visiones son producto del LSD y Chus Lampreave, Sor Rata de Callejón, escribe novelas a lo Corín Tellado bajo pseudónimo. Una historia que solo podía contarse en la España que salía de la Transición y que ahora, probablemente, sería denunciada por Abogados Cristianos.
Tras semejantes escándalos, Hollywood acudió al rescate para devolver la virtud a las monjas. Agnes de Dios (1985) es un clásico de los ochenta que plantea dilemas que en realidad no son tan interesantes pero lo parecen. Jane Fonda, Meg Tilly y Anne Bancroft son respectivamente una psiquiatra, una novicia y una monja que deben averiguar quien mató a un bebé encontrado en el convento y quién es el padre o cómo ocurrió la concepción. Y Sister Act (1992), la historia de una cantante de Las Vegas que presencia un asesinato y debe esconderse de la mafia en un convento a la espera del juicio, fue un éxito, atrajo a toda una nueva generación de mujeres al convento y confirmó el estatus de estrella de su protagonista Whoppi Goldberg.
Quizá, con un mundo cada vez mas polarizado y ruidoso, ha llegado el momento de buscar respuestas y sosiego, como decía Santa Teresa en Camino de perfección: “Amemos las virtudes y lo bueno interior, y siempre con estudio traigamos cuidado de apartarnos de hacer caso de esto exterior”. Rosalía, por ahora, hace lo que puede.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.