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Bad Bunny por 20 euros en una sala de Valencia o Lady Gaga en un sótano: los primeros conciertos de estrellas globales en España

El récord obtenido por Bad Bunny al vender 600.000 entradas en sus 12 conciertos en España nos lleva a echar la vista atrás y recordar cómo fueron los primeros conciertos modestos, pequeños (y baratos) de figuras que hoy llenan estadios de todo el mundo

El póster de un concierto de Bad Bunny a 15 euros en Zaragoza en 2017, que se ha vuelto viral en las redes sociales tras el éxito histórico de su gira en España.

El récord histórico obtenido la semana pasada por Bad Bunny, que agotó las entradas para sus 12 conciertos en grandes estadios de Madrid y Barcelona con un año de antelación, hizo que algunos recordasen sus anteriores visitas a España en las redes sociales.

El primer concierto de Benito Martínez Ocasio en España fue el 5 de abril de 2017 en la sala Moon de Valencia (cuya capacidad es de 950 espectadores), la entrada costaba 20 euros y supuso el inicio de una gira que también pasó por Torremolinos, Madrid (sala Shôko, 900 personas), Palma de Mallorca, A Coruña, Girona, Barcelona, Murcia, Alicante, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Bilbao, Pamplona y Zaragoza.

Aquella primera noche de Bad Bunny, aunque se produjese en un recinto pequeño, ya despertó bastante locura a tenor de lo que se puede apreciar en este vídeo. Un año después, regresó a 13 ciudades españolas, esta vez con apariciones en pabellones, festivales y estadios pequeños. El primer concierto de aquella gira europea, por cierto, se celebró en el campo de fútbol de Puebla de la Calzada (Badajoz), de 6000 habitantes, con entradas a 30 euros. Otro dato significativo es que en aquella época el puertorriqueño hizo, en varias ocasiones, más de un concierto el mismo día, incluso en ciudades diferentes. Tras finalizar el bolo de Puebla, actuó en Sevilla.

No es el único caso significativo de una megaestrella que, antes de serlo, actuó en lugares (y por precios) que ahora resultarían inconcebibles. A continuación, recordamos algunos de esos primeros conciertos míticos en los que, como se suele decir, hay mucha más gente que presume de haber estado allí de la que realmente estuvo.

NOTA: algunas de las imágenes no corresponden a los conciertos citados. En esos casos hemos intentado buscar imágenes en recintos parecidos.

Charli XCX durante un concierto en un festival de Sheffield en 2012.

Charli XCX, desapercibida en la carpa pequeña de un festival

La próxima cabeza de cartel del Primavera Sound, y que encabezó todas las listas de lo mejor de 2024 gracias a su álbum Brat, se presentó en la carpa más pequeña del festival DCode el 9 de septiembre de 2017 a las cinco de la tarde. La británica ya tenía entonces dos discos publicados, pero era más conocida como la compositora de I Love It, el único éxito de Icona Pop (y que fue el segundo que ella cantó aquella tarde). El recital pasó tan desapercibido que ni apareció en la mayoría de las crónicas. Quien sí estuvo fue el periodista musical Diego Rubio, que lo recuerda así: “Todos mis amigos estaban viendo el concierto del escenario grande, que creo que era de La Femme. Charli llevaba un show bastante hecho para lo pequeña que era entonces, con la banda visible y con unos muñecos de estos inflables de concesionario estadounidense en el escenario, que era bastante gracioso. El ambiente era como el de una fiesta Bresh. Eso sí, cada concierto que he visto de Charli después ha sido mejor que el anterior”.

Lady Gaga actúa en un pequeño local de West Hollywood en 2008.

Lady Gaga, dos pases gratuitos en un sótano de la Gran Vía madrileña

En febrero de 2009 Lady Gaga era una estrella en ciernes. Acababa de publicar su primer álbum y, como acción promocional en España, su discográfica decidió organizarle un concierto gratuito en una sala pequeña: el Ochoymedio de Madrid (en su antigua localización junto a la Gran Vía), cuya capacidad no llegaba al medio millar de personas. Se formó la marimorena, con gente haciendo cola desde las 8 de la mañana, y la entusiasta Gaga (que, en su siguiente gira, ya estaba llenando el Palacio de los Deportes), decidió hacer dos pases, de media hora cada uno, con voz en directo, sonido en playback, y un par de bailarines acompañándola sobre un pequeño escenario desnudo. En esta crónica lo recordaba EL PAÍS.

Rosalía y Raül Refree durante el pequeño concierto en el Teatro del Arte en 2016.

Rosalía en un teatro para 150 personas

Otro hito del Ochoymedio, ya en su nuevo emplazamiento en el Teatro Barceló, fue el doble concierto de C Tangana en 2016. Este sacó a cantar al escenario a una desconocida Rosalía, con quien acababa de grabar el single Antes de morirme. Ese mismo año, la cantante se presentó junto al productor y guitarrista Raül Refree en un pequeñísimo recinto de Madrid: el Teatro del Arte. Lo llenó dos noches consecutivas, el 19 y 20 de octubre de 2016, con un aforo de 150 personas, meses antes de publicar su primer álbum Los ángeles. David Bizarro, que trabajaba en la producción de los conciertos, recuerda haber visto a mucha gente de la industria, ya expectante por todo lo que se decía sobre la artista. “Había bastante runrún, como que iba a ser el nacimiento de una estrella. La primera noche, Rosalía estaba bastante nerviosa, pero después se soltó y el público terminó ovacionándola”. Su siguiente concierto en la capital fue en otro teatro, el Lara, para 450 personas. De ahí al estrellato mundial.

The Killers en un concierto en Madrid en 2004.

The Killers, en las distancias cortas y sin zona VIP

La sala Copérnico (antigua Revolver, que volverá a aparecer en este reportaje) tiene una capacidad de 700 personas, aforo que se llenó el 29 de septiembre de 2004 para recibir a The Killers. El grupo de Las Vegas ya había empezado a despuntar en EE UU. Su álbum de debut, Hot Fuss, llevaba vendidos 500.000 discos por entonces, pero su primera gira europea la programaron con prudencia, aunque ya flotaba sobre el ambiente la idea de que estábamos ante algo grande. Artísticamente, sin embargo, fue recibido con disparidad de opiniones. El que esto escribe solo recuerda a un público flotando entre el postureo y la expectación curiosa, y vibrando únicamente con su primer éxito, Somebody Told Me. Vale la pena volver a leer la crítica de Diego A. Manrique para EL PAÍS. Poco después, ya era el grupo favorito de la alta sociedad.

Coldplay en la sala La Riviera de Madrid en 2002.

Coldplay, media entrada y dos bises en el Teatro Apolo

Mucho antes de abarrotar el Estadi Olímpic de Barcelona durante cuatro noches, Coldplay visitó la misma ciudad, por partida doble, ante audiencias sensiblemente menores. La primera vez fue el 27 de julio del año 2000, pero en un evento privado. Ocurrió en la sala Zeleste 2 (1000 espectadores), en una convención de la discográfica EMI para presentar sus nuevos lanzamientos, y donde también tocó Dover. El 17 de noviembre regresaron a la Sala Apolo, en un concierto ya con entrada, para el público general. Su primer disco, Parachutes, había sido número UNO en el Reino Unido y se veía a la banda como la próxima gran esperanza del indie británico, pero poco más de 700 espectadores (algo más de la mitad del aforo) acudieron a aquel concierto. En la crónica que escribió José Manuel Freire para la revista Rockdelux se advertía ya el éxito potencial del grupo y el carisma de un exultante Chris Martin ante un público que, aunque escaso, se mostró eufórico y entregado desde el minuto uno, e inició el interminable romance del grupo con la Ciudad Condal. La banda concedió allí, por primera vez en su carrera, un segundo bis, e hizo algo tan inusual en ellos como interpretar una versión: You Only Live Twice, de Nancy Sinatra. “La sensación final fue de satisfacción. Desdeñar hoy el potencial de Coldplay podría contraer sonrojos en el porvenir”, escribía Freire como colofón de su crítica.

Uno de los primeros conciertos de Muse en el año 2000.

La pista de despegue de Muse, en un aeródromo de Asturias

El 21 de julio del 2000, en la única edición asturiana del Doctor Music Festival (en el Aeródromo de La Morgal, en el municipio de Llanera), aterrizó en un escenario secundario un grupo británico llamado Muse. Ocupaban la letra pequeña del cartel y apenas un centenar de aficionados acudimos a verlos con más curiosidad que entrega. El que esto escribe recuerda perfectamente colocarse en primera fila con total holgura. “Otra visión del pop actual con ribetes depresivos y electricidad rabiosa fue la ofrecida por el trío británico Muse, avalado por gran prestigio y por las canciones de su álbum de debUT, Showbiz, cuyos sonidos recuerdan la intención de bandas históricas como Radiohead”, escribió Fernando Martín en su crónica para EL PAÍS. En abril del año siguiente el grupo comandado por Matt Bellamy se presentó en salas de mil personas (Arena en Madrid y Bikini en Barcelona), y grabó en Prado del Rey un concierto de Radio 3 para medio centenar de invitados. Hoy es uno de los más cotizados grupos de estadio.

Concierto de Radiohead en un festival en 1994.

Radiohead, de teloneros de James a convidados de piedra en una fiesta de Los 40

En noviembre de 1993, James, uno de los grupos con mayor impacto entonces en la escena indie, llegó a Barcelona para tocar en la sala Zeleste (capacidad para 3.000 personas, entradas al precio de 2.500 pesetas), pero como teloneros llevaban a unos tales Radiohead, que acababan de publicar su primer álbum, Pablo Honey. La banda de Thom Yorke no llegó a eclipsar entonces a los cabezas de cartel. “Su concierto estuvo muy bien, pero no pensábamos que iban a llegar a donde estaban, aunque cuando tocaron el tema Creep, ya vimos que ahí había algo especial”, recuerda el periodista radiofónico Julio Ruiz, que también fue uno de sus primeros valedores en España. “Su sello en estaba muy interesado en promocionarlos aquí”, añade, y de hecho, poco después, el 5 de mayo de 1994, a eso de las dos de la tarde, protagonizaron un concierto para invitados en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid. Acudieron unas 200 personas, que fueron testigos de algunas de las primeras versiones que se escucharon de muchos de los temas que acabarían formando parte de su segundo álbum, The Bends, un año después, “con sonido horroroso”, recuerda Ruiz. El 7 de mayo aparecieron en el Muelle de las Delicias, en Sevilla, en un festival gratuito organizado por Los 40 Principales y una popular marca de cerveza de la ciudad, con refrigerio gratis, como rememora el periodista musical José Miguel Carrasco. “Tocaron también Los Piratas, el grupo local Strange Fruit y uno de los componentes de UB40. El concierto no se publicitó demasiado y solamente nos enteramos unos días antes de que iban a estar Radiohead como fin de fiesta. De todos modos, la gente que había en su mayoría eran oyentes de radiofórmula, así que cuando salieron Radiohead, al final del todo, ya se había ido casi todo el mundo”. Lo recuerda como “un concierto bastante radical, donde evitaron algunos de los singles y terminaron con un tema frío y brutal como Blow Out, que nos dejó con el culo torcío y la impresión de que estábamos ante algo grande, aunque no tuviéramos claro por qué”. Recuerda también el periodista sevillano que el grupo estuvo ensayando en secreto varios días en una pequeña sala de la ciudad, La Fábrica de Colores, ya desaparecida.

Pearl Jam en una pequeña sala de Nueva York en 1991.

El pistoletazo de salida de Pearl Jam, en la sala Revolver

Fue el 15 de febrero de 1992. El álbum de debut de Pearl Jam, Ten, llevaba ya varios meses en el mercado norteamericano, pero hasta aquel mes no se publicó en nuestro continente. Su primera gira europea discurrió por salas pequeñas y tuvo una sola parada en España, en la madrileña sala Revolver, ante menos de 400 personas. Se recuerda como un concierto memorable, con el grupo mostrando esa energía en directo que siempre le ha caracterizado. (Existen estas imágenes de aquel evento). Hay un rumor que dice que los teloneros fueron Smashing Pumpkins, pero, en realidad, la confusión parte de que la banda de Billy Corgan abrió algunos de los conciertos de esa gira, pero no el de Madrid. Su siguiente visita no se produjo hasta 1996, y ahí ya llenaron pabellones en Barcelona y San Sebastián.

Green Day actúan en un garaje en 1994.

El largo periplo de Green Day por centros cívicos y casas okupadas

Green Day es uno de los grupos de rock más masivos y transversales del mundo desde hace 30 años. Tanto que es probable que entre sus fans incluso se encuentren policías y seguidores de Desokupa. Estos últimos puede que se muestren sorprendidos de saber que la primera gira del trío californiano en España discurrió, fundamentalmente, por casas okupadas y centros sociales, ya que, en aquel momento, era un grupo que se movía en el circuito más subterráneo del punk y el hardcore, viajaban en una furgoneta destartalada y dormían en el suelo de casas cedidas por los organizadores. El primer concierto que dieron por estos lares se celebró el 24 de noviembre de 1991 en el Café Panamá de Llodio (Álava). Según se comenta en este blog, la banda llegó hora y media tarde tras ser parada en la carretera por un control policial. Acudieron unas 200 personas, en una actuación que formaba parte de la Semana Ecologista, organizada por una radio libre y varias asociaciones locales, y se puede escuchar aquí. La gira siguió su recorrido por el gaztetxe de Andoain (Guipúzcoa), la sala Revolver de Madrid (como teloneros de The Meteors), la Heaven en Zaragoza, el centro cívico La Báscula de Barcelona (ante menos de 50 personas), y el Kasal Popular Flora, en Valencia (donde el dinero recaudado llegó para que los organizadores les pagaran la gasolina).

En abril de 1993, regresaron con otra gira mitificada a posteriori por sus fans. Esta vez pasó por el Garatge Club (Barcelona), Ateneo Libertario La Canya (Villareal, Castellón), la sala La Iguana (Vigo), Quattro Dance (Avilés), Gaztetxe (Andoain), Casa de Pinturas (Llodio) y Piramys (Zaragoza). En esos conciertos ya tocaron algunos temas de Dookie, su tercer álbum, que salió a la venta nueve meses después y terminó por vender 20 millones de unidades. La mayoría de los recintos donde tocaron en aquellas dos primeras giras españolas ya no existen.

U2 actúan en Nueva York en 1983.

Unos tales U2, en una aldea a 50 kilómetros de Vigo

Se ha hablado muchísimo del primer concierto de U2 en España, en la cima de su popularidad, cuando abarrotaron el Estadio Santiago Bernabeu en 1987. Sin embargo, poca gente sabe que, cinco años antes, tocaron en una aldea del norte de Portugal, a 50 kilómetros de Vigo. Vilar de Mouros, con una población de 800 habitantes, alberga el festival musical más veterano de aquel país. En su edición de 1982, la noche del martes 3 de agosto, la banda irlandesa se presentó allí, con las entradas al precio de 400 escudos (el equivalente de entonces a 2 euros). Hay una leyenda urbana que dice que el grupo de post punk coruñés Radio Océano compartió escenario con ellos, pero la realidad es que sus componentes solo acudieron como espectadores, y de casualidad. “Después de un concierto que dimos en Vigo, cruzamos la frontera y vimos un cartel de Festival en Vilar de Mouros. No conocíamos a ninguna banda de las que figuraban, pero como tampoco teníamos otros planes, nos fuimos hasta allí”, recuerda Xosé Manuel Pereiro, líder del grupo y periodista de EL PAÍS. “Aquello era un hervidero de gente. Escuchamos a algún grupo, la Johnny Copeland Blues Band, y de pronto salieron unos que anunciaron como U2. Fue alucinante. Mientras The Edge tocaba en el teclado el comienzo de un tema, apagaron las luces del escenario y Bono se puso una linterna en la boca y empezó a trepar por las torres de sonido. Cuando llegó arriba, empezó a enfocarla hacia el público, como si fuese un faro. Aquello, y el resto del concierto, nos dejó traspuestos. Fue una auténtica catarsis musical de la que algunos de nosotros todavía no nos hemos recuperado”. El grupo irlandés tenía entonces publicados dos álbumes (Boy y October), que, como señala Pereiro, no habían salido en España todavía. En esta web se pueden ver algunas fotos de aquel concierto.

Concierto de Depeche Mode en Londres en 1981.

Depeche Mode no quisieron contraprogramar a Miguel Ríos

La legendaria sala Rock-Ola de Madrid, con capacidad para 700 personas, albergó entre 1981 y 1985 las primeras actuaciones de muchos artistas históricos (Spandau Ballet, Simple Minds, Siouxsie & The Banshees, New Order o Nick Cave), pero ninguno de ellos se volvió tan mastodóntico como Depeche Mode. Aquellos imberbes Basildon tenían apenas 20 años cuando llegaron por primera vez a España, unos meses antes de publicar su segundo álbum, A Broken Frame. Actuaron durante dos noches, el 5 y 6 de marzo de 1982, aunque en algunas de las biografías del grupo aparece la fecha del día 4. Aquella era la inicialmente prevista, pero, al coincidir con el concierto de grabación del Rock & Ríos, de Miguel Ríos, los organizadores temían que no hubiera público, así que movieron la fecha y, aprovechando que el grupo ya estaba en Madrid les grabaron un par de temas en playback en la sala Joy Eslava para emitir en el programa televisivo Aplauso. Fue su primera gira mundial y la banda se presentó trajeada y con un magnetofón de bobinas abiertas en el escenario, como se puede ver en las fotografías que acompañan a esta grabación.

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