Pasta con tomate: la receta para adultos con cuatro ingredientes
¿Comida de menú infantil? Puede, pero unos macarrones con una salsa casera bien hecha son placer de dioses. Esta es nuestra propuesta para viajar a la infancia con un extra de sabor
La pasta con tomate no es el plato con mejor reputación del mundo. No suele faltar ni en los (horrendos) menús infantiles ni en los pisos de estudiantes, donde por desgracia el plato se suele resolver sin muchos miramientos: salsa de bote sobre unos macarrones recocidos, y pa’dentro. ¿Merece tan triste destino? En El Comidista pensamos que no, porque una pasta digna cocida al dente, bañada en una buena salsorra casera de tomate y rematada con queso recién rallado, nos parece un placer de lo más adulto.
En nuestra incesante búsqueda de recetas satisfactorias de salsa de tomate, hemos dado con una bastante erótica: la que incluye Mina Holland en su libro El atlas comestible, tomada a su vez de la cocinera italoamericana Marcella Hazan. Solo lleva tres ingredientes -tomate, cebolla y mantequilla-, y Holland la califica de “definitiva”. Después de probarla, no te quedan muchas ganas de llevarle la contraria: si te escandaliza la cantidad de mantequilla que lleva, puedes rebajarla cambiando parte por aceite de oliva, pero no la elimines del todo porque perderá gracia. Hagas lo que hagas, mira el vídeo de arriba.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 g de tomates enteros escurridos de lata
- 2 cebollas
- 50 g de mantequilla
- 400 g de macarrones, espaguetis o cualquier otra pasta
- Pimienta negra
- Sal
- Queso parmesano rallado (opcional)
Instrucciones
Pelar las cebollas y cortarlas por la mitad.
Ponerlas boca abajo en una olla, preferiblemente de fondo grueso.
Añadir los tomates en conserva y la mantequilla y cocinar destapado a fuego lento entre 45 minutos y una hora, aplastando los tomates y removiendo de vez en cuando.
Cuando a la salsa le falte poco para estar lista, cocer la pasta en agua hirviendo con sal el tiempo que indique el fabricante.
Salar la salsa al gusto y sacar la cebolla. Esta se puede desechar o cortar en trozos gruesos para devolverla a la salsa (se recomienda esto último).
Poner la pasta escurrida en la cazuela de la salsa y mezclar bien. Si es necesario, añadir un poco de agua de cocción.
Añadir pimienta negra y servir con queso parmesano rallado si se quiere.
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