Póntelo fácil en mayo con recetas para freidora de aire: 16 aperitivos y primeros fáciles
Una sección mensual para solucionar las comidas y cenas del día a día, con consejos para sacar el máximo partido a cada preparación, ingredientes que facilitan la vida y platos de temporada

Con la llegada del buen tiempo se multiplican los picoteos improvisados, la invasión de terrazas propias y ajenas y otros eventos sociales relacionados con la comida de bocado; las ensaladas se vuelven más apetecibles a medida que las hortalizas y frutas de temporada coinciden con el inicio del calor. Las cremas frías piden paso -menos esas noches de biruji eventual- y las ganas de encender el horno van en clarísimo descenso. Ya sabéis por dónde vamos, ¿verdad, fanses, acólitos, admiradores, siervos y adoradores de la freidora de aire?
Efectivamente, después de las recetas que saben a pasta -pero no lo son-, ideas para cocinar con las conservas que tengamos en la despensa de abril, recetas primaverales con cuatro ingredientes y ensaladas veraniegas, 11 platos únicos para los que no es necesario encender los fogones, las recetas para táper, clásicos actualizados, platos de cuchara rápidos, cremas de verduras, recetas con arroz, platos únicos exprés para todos los gustos, y recetas de primavera, nos encomendamos a la satisfryer para preparar aperitivos, ensaladas, sopas y otros primeros platos (dejaremos los segundos, carnes, acompañamientos y postres para otra entrega). Como siempre, con ingredientes de temporada como espárragos, fresas, calabacín, judías verdes o los tomates y pimientos que empiezan a asomar; además de alguna crucífera que todavía aguanta.
¿Por qué proponemos cocinar con este pequeño horno de sobremesa? Porque se calienta muy deprisa, consume poco, mantiene la temperatura con precisión, no hay que hacerle mucho más que remover de vez en cuando y normalmente en cada casa la compramos contando el número de personas que van a comer de ella. Esto la convierte en el electrodoméstico perfecto para cenar o comer algo rico y rápido, sin pensar en cómo llenar toda la bandeja de un horno convencional para amortizar el proceso. Si prefieres cocinarlas en el-horno-de-toda-la-vida, puedes hacerlo aumentando un poco los tiempos de calentamiento, cocción y en algunos casos también la temperatura. Las rejillas metálicas y la circulación de aire que tienen algunos modelos pueden ayudar a conseguir un resultado similar al crujiente característico de la versión “mini”.
Aperitivos
Palitos de calabacín o judías verdes con queso rallado
Para dos personas, prepara 250 gramos de judías verdes bobby -o dos calabacines pequeños-, una cucharada de aceite de oliva, dos de queso curado rallado, una de pan rallado grueso y pimienta al gusto. Calienta la airfryer a 200 grados; mientras, pon en un bol grande las judías lavadas y escurridas o los calabacines cortados en bastones bien secos, el aceite de oliva, el queso, el pan rallado y la pimienta, remueve hasta que quede bien mezclado y pasa a la bandeja -sin rejilla o con un papel de horno encima- durante 10 o 15 minutos, dándoles la vuelta a la mitad. Prueba y, si lo necesitan, añade más sal. Cómetelas rápido para que se mantengan crujientes; si quieres preparar más cantidad y tu cubeta no es muy grande, mejor repite el proceso para que no se amontonen.
Brochetas de pimiento, cebollita encurtida, tomate cherry y salchicha
Un bocadito agridulce tan fácil de hacer que nadie podrá escaquearse de ayudar con la excusa de no saber cocinar. Para ocho brochetas corta en cuatro trozos cuatro salchichas de la mejor calidad que puedas permitirte y prepara ocho cebollitas encurtidas. Coge 16 tomates cherry, ocho trozos de pimiento rojo crudo y ponles un poquito de aceite, sal y hierbas. Pincha los ingredientes en este orden: tomate, salchicha, pimiento, tomate, salchicha, cebollita. Lleva a la airfryer, con rejilla, unos ocho minutos o hasta que la salchicha esté lista, dando la vuelta a la mitad, y sirve en cuanto estén listas (sin que abrasen).
Champiñones con mantequilla tostada de ajo
Pon tantos champiñones como quepan en tu cestillo -bien limpios y con el pie un poco cortado para que no bailen- calentada a 180 grados, con el pie hacia arriba; pasados unos cinco minutos; dales la vuelta y tres minutos más boca abajo. Mientras, pica muy finos dos o tres dientes de ajo y un poco de perejil. Lleva a un cazo 100 gramos de mantequilla a fuego medio, y caliéntala hasta que empiece a tostarse y huela a fruto seco. En ese momento, sepárala del fuego, añade el ajo y remueve para que se cocine ligeramente con el calor residual. Añade sal y pimienta al gusto, y cuando ya no queme, el perejil. Ve preparando todos los champiñones que quieras por tandas, y cuando estén listos sírvelos con el pie hacia arriba, regados con un poco de la mantequilla.
Zanahorias ‘bravas’
Prepara tu salsa picante favorita: aquí te dimos una receta para patatas bravas bastante canónica, pero puedes optar por tunear una buena mayonesa casera o comprada, usar all i oli con pimentón picante o ponerles directamente un chorro de la que tengas por casa. Para cuatro personas, lava bien, seca, quita las puntas de unos 500 gramos de zanahorias -mejor si son de manojo- y córtalas en trozos de unos dos centímetros (como si fuera una patata). Úntalas con un poco de aceite y sal y lleva a la freidora a 180 grados unos 15 minutos, removiendo cada cinco. Cuando estén cocinadas, sube la temperatura a 200 grados durante unos minutos, removiendo cada dos o tres tres, para darles un buen dorado. Sirve con la salsa por encima o aparte.
‘Alitas’ de coliflor al estilo Búfalo
Hace un tiempo te enseñamos cómo preparar una versión vegetariana de las alitas estilo Búfalo, cambiando el ingrediente principal: donde había pollo, usamos coliflor, una verdura que queda sorprendentemente bien en esta preparación. Un rebozado ligero a base de harina, maicena, pimienta negra, ajo en polvo, pimentón ahumado y comino les da un chute de sabor y crujiente. Posteriormente, las embadurnamos en una salsa agridulce y picante; y entre ambas cosas te olvidas completamente de la ausencia de pollo. Puedes acompañarlas de salsa ranchera o de queso azul y palitos de apio o zanahoria para una experiencia Búfalo completa.
Ensaladas
Ensalada de pimientos asados (con cebolla, bonito, queso aceitunas o lo que prefieras)
Asa pimientos rojos en la freidora de aire a 200 °C durante unos 25 minutos -o hasta que estén blandos y con la piel bien tostada-, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo. Cuando los saques, pásalos a un plato o un bol y cubre con una tapa de silicona o film de cocina: se pelarán más fácilmente. Puedes hacer tantas tandas como necesites: se toman tibios o fríos y no necesitan mucha vigilancia. Cuando ya no quemen, pélalos, córtalos en tiras y mézclalos con cebolleta en tiras, aceitunas, alcaparras, bonito en aceite, queso en lascas o lo que prefieras. Un aliño sencillo a base de buen aceite de oliva virgen y vinagre quedará perfecto, pero puedes añadirle alguna hierba aromática fresca como perejil, albahaca o tomillo.

Una vinagreta de ajo asado para alegrar cualquier ensalada
La próxima vez que vayas a cocinar lo que sea en tu airfryer a 180 grados, añade una cabeza de ajo asado cortada por la mitad en horizontal, con la parte de dentro aliñada con un poco de aceite. En unos 15 minutos el ajo se habrá tostado un poco por la parte expuesta al aire, y en el resto estará tierno y cremoso. Mézclalo con un poco de tu mostaza favorita, zumo de limón o vinagre, aceite, sal, pimienta, alguna hierba, un chorrito de miel, y conseguirás una vinagreta ideal para cualquier tipo de ensalada. Puedes aplastarlo con un tenedor, pasarlo por el mortero o darle un golpe de batidora si prefieres una mezcla bien fina. Cogollos con salmón ahumado, espinacas con frutos secos, fresas, cerezas y rúcula: todo esto -y mucho más- se vendrá arriba si tienes a mano un botecito de este aliño.

Espárragos verdes asados y en carpaccio con vinagreta de huevo duro
Los espárragos crudos tienen un sabor herbal y fresco que se complementa a la perfección con el mismo ingrediente asado o a la plancha, y con este combo jugaremos en este plato. Primero, haz los huevos duros en la misma freidora: ponlos nueve minutos a 170 grados -precalentada- y después pásalos por agua bien fría para cortar la cocción. Para cuatro personas, necesitaremos 400 gramos de espárragos verdes, no muy finos pero bien tiernos. Quita la parte más dura de los espárragos partiéndolos con las manos y reserva seis para el carpaccio. Una el resto con un poco de aceite y lleva a la airfryer a 180 grados unos 12 minutos, dando la vuelta a la mitad (puedes alargarlo si te gustan más hechos). Mientras se cocinan, prepara una vinagreta con los huevos duros, una cebolleta y un puñado de pepinilos picados, un buen chorro de aceite, un poco de pimiento rojo -si quieres-, sal, pimienta y vinagre al gusto. Con un pelador de patatas, saca tiras finas de los espárragos reservados. Si quieres, prepara un lecho con un par de puñados de hojas de espinaca. Sirve los espárragos asados tibios encima, la mitad de la vinagreta, el carpaccio y el resto del aliño.
Fresas pochadas, cogollos, anchoas y queso fresco
Aquí las usaremos para una ensalada, pero este método sirve para muchas otras preparaciones; especialmente para dar salida a esas fresas que tenían buena pinta, pero han resultado ser porexpan. Así eliminamos parte de su agua, con lo que el azúcar y el sabor se concentran, además de perder dureza. Enciende la freidora de aire a 170 grados y lava y seca 300 gramos de fresas. Córtalas por la mitad a lo largo, o en cuatro si son muy grandes. Ponlas sobre un papel de horno o una bandeja con un chorrito de agua -muy poca- y cocina en la airfryer durante unos 15 minutos, hasta que hayan soltado algo de jugo y estén un poco blandas (pero no como una pasa). Mientras se atemperan, haz una vinagreta con su propio jugo, aceite, pimienta y el ácido que prefieras. Sírvelas con unos cogollos, queso fresco o requesón y unos filetes de anchoa; y si te sobran, prepara un postre o desayuno.

Sopas y cremas
Picatostes fáciles para cualquier sopa o crema
Corta dados de cualquier pan que te haya sobrado -aunque lo habitual es usar pan de trigo blanco, también pueden prepararse con pan de maíz, integral, de centeno o con semillas- aproximadamente de 1,5 centímetros si quieres que queden bastante crujientes por dentro y por fuera. Si quieres que queden tiernos por dentro puedes usar trozos más grandes, y si buscas un tueste irregular, puedes romperlos con las manos. Programa la freidora a 180 grados. Para unos 200 gramos de pan, prepara en un bol una mezcla de dos o tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra o mantequilla fundida, un pellizco de sal y lo que quieras añadirles. Hierbas secas, ajo en polvo -si quieres añadir ajo fresco, mejor úntalo en las rebanadas-, pimienta, pimentón: puedes tunearlos a tu gusto. Mezcla bien los dados con el aceite aderezado, moviéndolos rápidamente para que quede bien repartido. Pasa a la bandeja y cocina unos 10 minutos, abriendo cada tres para removerlos y ver cómo van: el tiempo total depende de lo duro que esté el pan, lo denso que sea, la cantidad de grasa añadida y el tamaño del cestillo.

Crema de calabacín y maíz para tomar fría o caliente
Aunque marzo no ha mayeado mucho, el mes que entra siempre nos regala alguna noche fresquita, así que las cremas que puedes tomar calientes o frías son buenas aliadas. Para esta solo necesitas -para cuatro personas- tres calabacines medianos, una cebolla y 200 gramos de maíz cocido desgranado (descongelado o de lata). Corta en trozos grandes los calabacines y la cebolla pelada, unta con un poco de aceite y lleva a la freidora sobre un papel de horno a 170 grados unos 15 minutos. Pasado este tiempo, abre, vierte el maíz seco en el papel, añade un chorrito de aceite y pon 10 minutos más a 190 grados. Cuando esté un poco tostado, pasa a una olla con un entre 800 mililitros y un litro de caldo de verdura -dependiendo de lo densa que te guste o cómo la vayas a tomar- y 200 mililitros de leche evaporada. Condimenta al gusto (el curry le va muy bien) y tritura hasta conseguir la textura que busques. Puedes rematarla con más leche evaporada, yogur o un poco de maíz tostado para darle un toque crujiente.
Sopa de tomate asado con pan, albahaca y jamón
Como un salmorejo, pero con menos aceite y el sabor profundo del tomate asado: coge unos tomates bien maduros -unos 750 gramos, cinco o seis medianos, puedes aprovechar esos que ya no están para ensalada- y cuatro dientes de ajo con piel. Pon los tomates y los dientes de ajo en el cestillo y ásalos a 180 grados durante 20-25 minutos, hasta que el tomate esté arrugado, tostado y oliendo a gloria (mira los ajos pasados 10 minutos; tardarán menos en hacerse). Cuando todo esté tibio, pela tomates y ajos y ponlos en una batidora o robot de cocina con media cebolleta cruda, unos 100 gramos de pan de víspera -mejor sin corteza-, sal, unas hojas de albahaca, 600 mililitros de agua fría y si quieres un poco de vinagre. Tritura bien hasta conseguir una textura fina, y añade al final un chorrito de buen aceite de oliva en forma de hilo, para que emulsione. Sirve tibia o fría con unos daditos de jamón y un chorrito del mismo aceite.

Otros primeros
Rosbif con rúcula y parmesano
En el menú de La Balmesina a veces sirven rosbif con el acompañamiento y formato tradicional del carpaccio, y me parece un acierto digno de copiarles en casa; entre otras cosas porque puedes congelar lo que te sobre para hacer bocadillos deliciosos. Prepara una pieza de un kilo de pez o rabillo de cadera -o la que prefieras para hacer rosbif-, deja que se atempere, úntala con aceite y salpimenta. Calienta la freidora de aire a 200 grados, para que el golpe de calor ayude a que el exterior se tueste rápidamente; pasados siete u ocho minutos, bájala a 180 grados y déjala entre 15 y 25 minutos, dependiendo de lo hecha que te guste. Saca la pieza y deja reposar al menos 15 minutos antes de filetearla; córtalo todo lo fino que puedas y sirve con rúcula, un poco de sal, pimienta, lascas de parmesano y un chorro de aceite de oliva virgen extra.
Tomates rellenos de quesos
Prepara dos tomates por persona, quítales la parte de arriba con un corte perpendicular y estrújalos un poco sobre un plato para eliminar su agua y parte de las semillas (no la tires, te la puedes tomar tal cual o un poco aliñada). Pasa a la bandeja de la freidora con papel de horno o una bandeja, y cocina 10 o 15 minutos a 180 grados, hasta que empiecen a ponerse blandos. Mientras se van cocinando, prepara una cucharada generosa de mezcla de quesos por cada tomate: puedes usar uno, dos o tres; siempre que sus sabores se lleven bien y haya alguno fundente. Reparte encima de los tomates y sube a 200 grados hasta que estén bien dorados por encima; remata si quieres con alguna hierbecilla o fruto seco picado y sirve sobre un arroz, cuscús, patata o con un buen trozo de pan (no te dejes el juguito y los crujientes que se hayan quedado pegados al fondo).
“Filetes” de brócoli con salsa de tahini picante
Hazte con un brócoli mediano, quítale la parte más baja del tallo y córtala en “filetes” de unos 2,5 o tres centímetros de grosor. Ponlos directamente en la rejilla de la airfyer: si no tienes mucho espacio puedes cortar algunos en trozos para que entren bien. Cocínalo entre 10 y 15 minutos a 170 grados -depende de si te gusta muy al dente o no- y después súbelo a 200 hasta que se tueste bien por las puntas. Mientras, prepara una salsa con dos cucharadas de tahini, una de aceite suave, un diente de ajo bien picado, de dos a cuatro cucharadas de zumo de limón -si son dos, añadir agua hasta completar las cuatro-, un poco de sal y salsa picante al gusto. Remover bien hasta que se integre y, tal y como lo pasemos al plato, salsear todo el brócoli (al estar bien caliente y tener muchos recovecos, cogerá muy bien el sabor). Dejar reposar al menos cinco minutos y servir; también está bueno tibio o a temperatura ambiente.
Las verduras asadas que tengas por la nevera
Podemos cocinar juntas todas las verduras que queramos, siempre respetemos sus tiempos de cocción añadiendo unas antes y otras después. Si vas a preparar patatas con cebolla y espárragos, pon las dos primeras antes y cuando empiecen a coger color, añade los espárragos para que terminen de cocinarse juntos. Si vas a hacer calabaza, coles de Bruselas y champiñones, ponlos en este orden y también dejando un tiempo entre las primeras y los segundos. Aprovecha cada vez que añades un ingrediente para darle un meneo a la cubeta: no solo conseguirás repartir mejor el aliño sino también aumentar la exposición al aire caliente. Puedes utilizar especias o hierbas deshidratadas, aceite o mantequilla para que se pegue, o ponerles después alguna salsa. 180 grados es una temperatura a la que se cocinan bien todas las verduras y no se queman las aromáticas secas, así que ante la duda quédate ahí y si al final ves que aún necesita un golpe fuerte de calor, súbelo a 200 los últimos minutos. Si te suena esta sugerencia, es porque estaba incluída en este artículo con nueve recetas y una técnica para cocinar verduras en freidora de aire.
Más fácil todavía
- Muchas de estas propuestas son intercambiables: los garbanzos crujientes o los picatostes pueden perfectamente convertirse en el toque crujiente de una ensalada, las verduras asadas en una crema y las zanahorias ‘bravas’ o los ‘filetes’ de brócoli en un primero si las acompañas de unas patatas y un par de huevos a la plancha.
- La airfryer es un cacharro ideal para las recetas de aprovechamiento: echar un vistazo a la nevera para ver a qué tenemos que ir dando salida puede ser el inicio de una comida deliciosa. Unos restos de pasta pueden convertirse en un crujiente añadiendo un poco de queso rallado, igual que el arroz cocido con un poco de aceite y algún aderezo. Las puntas de embutido picadas, alegrar unas patatas en rodajas, y la verdura de ayer se vuelve más divertida cuando la tuestas con aceite y pimentón.
- Aunque por su capacidad no es el mejor electrodoméstico para cocinar en tandas y guardar; tienes la opción de preparar otra ración mientras te comes la que acabas de cocinar y darle después otro uso. Tomates, pimientos o cebollas enteros pueden terminar en salsas y untables, si pones otra tanda de zanahorias un poco especiadas después de las ‘bravas’ puedes servirlas al día siguiente con un cuscús y las fresas pochadas alegrarán una tabla de quesos o el yogur del siguiente desayuno.
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