Fideos a la cazuela, un plato de pasta glorioso que no viene de Italia
El clásico de la cocina catalana no es tan famoso como la fideuà o el arròs a la cassola, pero la versión del restaurante Sisé en Lleida está a la altura de los mejores platos de pasta

Los grandes platos de pasta no se encuentran solo en Roma, en Nápoles o en una buena trattoria de cualquier lugar del mundo. El mejor que he comido este año se sirve en Lleida, y forma parte del recetario tradicional catalán. Son los fideus a la cassola (fideos a la cazuela) de Sisé, un restaurante que lleva abierto poco más de un año y está comandado por el cocinero de 28 años Àngel Esteve.
Sus fideos llevan longaniza fresca, costilla, el imprescindible sofrito de tomate y cebolla y una picada final de ajo y perejil. En manos de Esteve, este plato de aprovechamiento –se puede usar cualquier sobra de carne para prepararlo– se convierte en un festival, y la mejor noticia es que es bastante fácil de hacer. Sólo necesitas unos pocos ingredientes y algo de paciencia para que todo esté en su punto. Si quieres ver cómo se hacen, mira el vídeo de arriba.
Ingredientes
Para 4 personas
- 250 g de fideos del nº 3
- 200 g de longaniza fresca (en su defecto, butifarra o salchichas)
- 200 g de costilla de cerdo
- 3 tomates no muy grandes
- 3 dientes de ajo
- 2 cebollas
- Un puñado de hojas de perejil
- Entre 800 ml y 1 litro de caldo de gallina (en su defecto, de pollo)
- Aceite de oliva
- Pimienta negra
- Sal
Instrucciones
Calentar un chorro generoso de aceite de oliva en una cazuela grande a fuego medio-alto. Añadir la longaniza cortada en rodajas y los trozos de costilla de cerdo y dorarlo todo bien por todos los lados.
Mientras la carne se dora, picar finos la cebolla y un diente de ajo. Cuando las carnes estén doradas, bajar el fuego, retirar parte del aceite y reservarlo.
Añadir el ajo a la cazuela y remover para que no se queme.
En cuanto el ajo se dore un poco, sumar la cebolla. Pochar a fuego suave hasta que esté muy blanda. Mientras se va haciendo, rallar el tomate desechando la piel.
Añadir el tomate y cocinar hasta que pierda casi toda su agua y el sofrito espese, unos 15-20 minutos. Mientras tanto, calentar el caldo.
Mojar con unos 800 mililitros del caldo (lo justo para cubrir las carnes) y dejar cocer unos 20-30 minutos a fuego muy suave y tapado.
Mientras, tostar los fideos en otra sartén o cazuela con el aceite reservado a fuego medio-alto, hasta que estén dorados y ligeramente crujientes.
Incorporar los fideos dorados a la cazuela y mezclar bien. Verter un poco más de caldo de gallina caliente poco a poco sobre los fideos, asegurándose de que el líquido cubra bien (puede que no haga falta usarlo todo). Cocinar a fuego medio-bajo durante entre nueve y 15 minutos, o hasta que los fideos estén cocidos y el caldo se haya absorbido casi por completo.
Mientras se cocinan los fideos, majar en un mortero los otros dos dientes de ajo pelados con una pizca de sal. Añadir el perejil y un poco de aceite y seguir majando hasta obtener una pasta.
Una vez los fideos estén listos, añadir la picada de ajo y perejil a la cazuela y mezclar bien.
Dejar reposar unos minutos tapado para que los sabores se integren y servir.
Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a elcomidista@gmail.com. También puedes seguir a El Comidista en Youtube.
Sobre la firma
