Dónde come el artista Jaume Plensa

El artista Jaume Plensa (Barcelona, 69 años) se encuentra feliz en la inauguración de su última exposición. Al otro lado del teléfono dice: “Estoy con una copa de vino Imperial en la mano. Yo he llegado al vino muy tarde. De joven era abstemio y ahora me parece algo extraordinario”. Se halla en apertura de su instalación A lo largo del día, en La Nave II de la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE), en el Barrio de la Estación de Haro (La Rioja), donde se podrá visitar su obra hasta enero de 2026.

No es la primera vez que Plensa trabaja para una bodega. Ya lo hizo para la Maison Ruinart en Reims (Francia). “Fue una experiencia muy agradable, aunque esta vez ha sido un regalo, pues es una pieza que hice en Chicago y años después la compré en una subasta. Pero bueno... Yo es que compraría toda mi obra. Y cuando CVNE me invitó, me di cuenta de que encajaba a la perfección en este espacio. Es mi exposición de gongs más grande y junto a la arquitectura del lugar da la sensación de estar en un monasterio”, dice con entusiasmo.

El artista barcelonés, en cuanto a gastronomía, explica que es de gustos sencillos, de materias primas de calidad y cocinas honestas. “Me gusta mucho trapichear en la cocina, pero la respeto mucho. Tengo un hijo cocinero y me encanta. Vivió mucho en Londres y París y ahora tiene un local en Barcelona, el Marmot (Carrer del Rosselló, 407, Barcelona). Es una cocina fusión, muy casual y para gente de treinta, de su generación, pero me hace mucha ilusión que se dedique a esto”.

Dónde desayunar

1. Disfruta haciéndolo cerca de la nave donde trabaja, en la periferia de Barcelona. “Hay un pequeño bar en una gasolinera (Benzinera Serpesa, Ctra. Sansón, 78, Sant Feliu de Llobregat) que me gusta porque me recuerda a Jamón, jamón, la estupenda película de Bigas Luna. En ese lugar antes había una cantera y ahora está ese bar con unos cables de alta tensión que lo cruzan por encima. Estos cables me dan energía para todo día”.

Un sitio para tomar el aperitivo

2. “Me pasaría la vida en la terraza del Círculo de Bellas Artes de Madrid (Alcalá, 42, Madrid). Cuando se me hace tarde para comer, siempre me gusta ir allí a tomar algo y sentarme a mirar la calle”, cuenta. También le gusta disfrutarlo en Italia. “Si pienso en aperitivo, pienso en Venecia, en tomar un spritz allí“.

Dónde comer

3. Confiesa que si pudiera, iría cada día a comer a Tokio. “Me encanta la comida japonesa, ojalá poder estar allí a diario”, cuenta. Pero ahora que se encuentra en tierras riojanas, destaca el restaurante Terete (Lucrecia Arana, 17, Haro, La Rioja). “Ya he ido dos veces. Admiro la honradez de su cocina y la calidad del producto, del cordero a la merluza”.

Dónde cenar

4. Al preguntarle por esta comida del día, lo primero que cruza por su cabeza es la ciudad austriaca de Salzburgo. “Una cena en Salzburgo, el lugar del recogimiento, entre las montañas que parece que te abriguen antes de dormir”. Aunque uno de sus lugares favoritos del mundo, lo tiene más a mano, en La Barceloneta. “Al Merendero de La Mari (Plaça de Pau Vila, 1 Barcelona) voy desde hace muchísimos años. Allí me tratan como un amigo de toda la vida, me siento como si estuviera en casa. Es el mundo del pescado, que prefiero más que la carne, y disfruto con su rape a la plancha”.

Una tienda o puesto de un mercado

5. “Me encantan los puestos del Mercat Municipal Sant Just Desvern (Carrer del Raval de la Creu, 40, Barcelona), que está cerca de mi casa. Lo gourmet es lo que a ti te gusta. Y yo soy muy simple de gustos: un buen tomate, los puerros...”