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Hablar un inglés fluido ya no es diferencial

El dominio de una tercera lengua como el francés o incluso el chino supone una ventaja en áreas profesionales globales

Óscar Granados
EXTRA FORMACIÓN 11/05/2025

Hablar una lengua que no es la materna es adentrarse en un terreno pantanoso, lleno de trampas y sorpresas. Comunicarse en un idioma diferente al habitual significa lidiar con la gramática, hacer frente a una dicción que traiciona el acento e improvisar cuando las palabras se escapan. No es nada sencillo. Pero aun así nos lanzamos, cada vez más por necesidad que por gusto, a explorar nuevas fronteras. Porque hablar un solo idioma ya no es suficiente. Y dominar el inglés es ya una commodity en un mercado laboral que actualmente exige habilidades multilingües como una condición básica para sobresalir.

“A día de hoy, los idiomas siguen siendo una ventaja competitiva importante en el mercado laboral español”, afirma Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs. En muchos sectores y posiciones, hablar inglés ya no es un valor diferencial, sino un requisito básico. “La globalización, el trabajo en remoto y la creciente conexión entre equipos internacionales han hecho que el inglés sea simplemente el punto de partida”, comenta Miguel Mercado, director nacional de Randstad Professional. Hablar la lengua de Shakespeare es comparable al manejo de la ofimática. Aunque, evidentemente, dependerá del rol a desempeñar y de la vocación internacional de la firma, el inglés se ha convertido en indispensable en posiciones directivas, señala José Muñoz-Seca, director de LHH Recruitment Solutions (Grupo Adecco) en Madrid. “No obstante, dominarlo sigue siendo suficiente para optar a una carrera profesional exitosa”, agrega Muñoz-Seca.

Estándar mínimo

“Alcanzar un nivel medio, equivalente a un B2, se ha consolidado como estándar mínimo para mantener una conversación profesional”, destaca César Martínez, profesor de Recursos Humanos en la Universidad Pontificia Comillas. Lo que marca la diferencia ahora es la combinación de ese idioma con competencias técnicas específicas y habilidades intrapersonales, añade este último experto. “Además, hablar una tercera lengua puede ser una gran ventaja en ciertos mercados. En definitiva, el mercado laboral actual valora el multilingüismo como parte de un perfil más completo y adaptable”, agrega Mercado.

Además del inglés, los expertos de Randstad Professional están viendo un creciente interés por otras lenguas en función del sector y la geografía. El alemán, por ejemplo, sigue siendo muy valorado en perfiles técnicos y relacionados con la industria, dice Mercado. El francés tiene mucha demanda en servicios, lujo y comercio internacional, especialmente para posiciones con proyección en Europa y África. “En los últimos años, también ha crecido el interés por idiomas como el portugués —por la relevancia de Brasil en algunos sectores— y el italiano, en moda, diseño y alimentación”, abunda. Y, por supuesto, idiomas como el chino mandarín, el árabe o el japonés se perciben como activos estratégicos para empresas con presencia en Asia o mercados emergentes. “No se trata solo del idioma, sino de entender la cultura y cómo hacer negocios en esos contextos”, añade Miguel Mercado.

Valor añadido personal

El español, hablado por casi 600 millones de personas en el mundo, ha desempeñado de igual manera un papel fundamental en el ámbito internacional, subraya Martínez, de Comillas. “México, por ejemplo, ya es el país con más hispanohablantes del mundo, y se espera que sea superado en los próximos años por Estados Unidos, debido al crecimiento de la población latina”, agrega el académico. Conversar en distintas lenguas no solo es un valor añadido en el currículo. También aporta un valor añadido a nivel personal. “Hablar más de un idioma facilita la comunicación con personas de distintas culturas, mejora la flexibilidad y adaptabilidad, y favorece la integración en equipos multiculturales”, observa Pérez, de InfoJobs. Además, aumenta las opciones de obtener posiciones y salarios más altos. El alemán es uno de los idiomas que mayor salario medio genera en las ofertas publicadas en la plataforma de InfoJobs, lo que evidencia su alta demanda y la escasez de profesionales que lo dominan en el país.

“En InfoJobs, en 2024, se registraron un total de 20.800 vacantes que requerían alemán como idioma, que alcanzaron un salario promedio de 37.101 euros, superando en más de 10.000 euros el sueldo medio del conjunto de las vacantes”, afirma Pérez. Algo similar ocurre con el chino, que además se está posicionando como un idioma estratégico por el peso económico de Asia (24.700 puestos de trabajo ofertados). Las vacantes que demandan ese conocimiento alcanzaron en 2024 un promedio de 31.968 euros brutos anuales en InfoJobs, y lo sitúan como el segundo idioma que proporciona mayor subida salarial, indica la experta. Andreas Janousch, director del Instituto Confucio de Madrid, observa un incremento paulatino del interés por el chino. “No se trata de un aumento repentino. Las cifras de matrícula reflejan una tendencia constante al alza”, señala. Este interés, afirma Janousch, va desde las generaciones más jóvenes, pasando por estudiantes universitarios y profesionales. Esta tendencia podría dispararse conforme las firmas provenientes del gigante asiático extienden sus tentáculos por el mundo. El chino ya no solo es una curiosidad cultural.

La tecnología, un buen refuerzo al estudio

En un mundo cada vez más globalizado y con tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, las barreras lingüísticas parecen un obstáculo fácil de superar: enviar un email o un mensaje en otra lengua es más sencillo, pero no así hablarla. “Las nuevas tecnologías, al fin y al cabo, no eliminan la utilidad de saber idiomas, sino que la refuerzan”, comentan expertos de Funcas. Un informe de este organismo sitúa a España en el cuarto puesto UE en cuanto a proporción de ciudadanos (30%) que nunca ha aprendido un segundo idioma, superando la media comunitaria (21%) y solo por detrás de Rumania, Irlanda y Portugal. Este problema afecta a todas las edades. El porcentaje de aquellos que han aprendido otro idioma (inglés en este caso) es bajo, pero suficiente como para poder participar en una conversación. En 1987, solo el 17% de los encuestados afirmaban poder mantener una conversación en inglés; esta cifra aumentó al 27% en 2005 y alcanzó el 39% en 2023. “Es un aumento significativo, aunque modesto si se tiene en cuenta el periodo de tiempo transcurrido y la creciente importancia del inglés en un mundo tan globalizado”, aseguran desde Funcas. España, sin embargo, se posiciona en este idioma mejor que Italia y algo peor que Portugal y Francia, mientras que la mayor parte de los países nórdicos le sacan ventaja. 

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Sobre la firma

Óscar Granados
Es periodista. Estudió Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (México) y cursó el Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Colaborador habitual del suplemento Negocios.
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