El poder de aprender de los mejores

Cuenta la Odisea que cuando Ulises partió hacia Troya confió a su amigo Méntor el cuidado de su reino y la formación de su hijo, Telémaco. Méntor, sabio y leal, se convirtió en guía y figura clave en el crecimiento del joven. Con el tiempo, su nombre trascendió el mito y pasó a representar al consejero que orienta, apoya y forma a las siguientes generaciones.

Siguiendo esa tradición, hoy muchas escuelas de negocios integran la mentoría como un pilar clave de su propuesta formativa. A través del acompañamiento de expertos, los estudiantes no solo adquieren conocimientos, sino también orientación práctica y apoyo para tomar decisiones clave. El mentoring, en este sentido, no es solo un recurso educativo; también es una herramienta que impulsa el desarrollo personal y organizacional. Como explica Marieta del Rivero, consejera independiente de Cellnex y Gestamp, presidenta de Globalvia y de Onivia, y figura clave en iniciativas que promueven el desarrollo profesional, “el mentoring ha demostrado ser eficaz en campos como los planes de sucesión, el desarrollo del liderazgo o la retención de talento”. Además, subraya que “es fundamental en la gestión del conocimiento, la alineación cultural y la mejora del clima organizacional”, con impacto directo en la productividad empresarial. Del Rivero también destaca que, en un contexto más amplio, “el mentoring es clave para la implantación de proyectos ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) y el impulso a la diversidad”.

Impulso al talento femenino

Un ejemplo claro es que, según un estudio de Forbes, “el 44% de los CEO consideran que el mentoring es la estrategia más efectiva para promover a las mujeres a puestos de alta dirección”. Así lo entiende Cristina Santos, directora de Programas de IE Business School en IE University, quien afirma que la mentoría está en el ADN de su organización. “No es una iniciativa aislada, sino una filosofía transversal, continuada y diversa, desde que en 2006 lanzáramos el primer programa de mentoring para mujeres”. Estas iniciativas abarcan desde la integración de nuevos estudiantes hasta el desarrollo profesional en áreas clave.

Entre ellas destacan la Sociedad de Mentores, que da la bienvenida a los alumnos de primer curso; programas como el BBA Corporate Mentoring o el Master in Finance Mentoring Program, que conectan a estudiantes con profesionales del sector; y la plataforma Talent & Careers, que refuerza el networking y la empleabilidad a través de su red de antiguos alumnos.

Dentro de este ecosistema, Santos pone énfasis en los programas que impulsan el talento femenino, sobre todo en sectores con menor presencia de mujeres, como el tecnológico. Destacan iniciativas como Women in Tech, Women4Women, Women4Women in the MBA o LeadHers, gracias al cual las alumnas acceden a una mentora de reconocido prestigio. “Los mentores en IE son guía, espejo y puente. Bien estructurados, los procesos de mentoría tienen un profundo impacto en mentor y mentee [mentorado]”, concluye.

El compromiso con el mentoring no solo se refleja en programas internos: también se fortalece a través de colaboraciones estratégicas. Marieta del Rivero destaca el programa WoMen Cross Mentoring, impulsado por la Asociación Española de Directivos (AED) con el apoyo de CaixaBank. Iniciado en 2020, busca acelerar el desarrollo directivo de mujeres en grandes empresas españolas, ofreciendo un espacio para compartir experiencias y desarrollar habilidades de liderazgo. “Participan más de 50 compañías y los resultados están siendo excelentes”, afirma.

Algo similar ocurre con el Programa Promociona, en el que Esade colabora desde hace más de una década con la CEOE para impulsar el liderazgo femenino. Este programa forma parte de un itinerario más amplio que incluye otros tres niveles: Progresa, para mandos intermedios; Proactiva, enfocado a jóvenes promesas, y otro reciente, específico para consejeras.

“En Promociona y Progresa, el mentoring se combina con sesiones de coaching profesional basadas en nuestra metodología LEAD, que no da respuestas, sino que acompaña en un proceso de cambio”, explica Aránzazu Narbona, directora académica del programa. “Tras esta fase de coaching, las participantes acceden a seis sesiones de mentoring en seis meses, bajo un enfoque cruzado. Cada directiva propone un mentor o mentora de rango superior, que se empareja con una profesional de otro sector, generando un valioso cruce de experiencias”, añade.

El potencial del mentoring también se extiende al ámbito emprendedor, donde su valor se multiplica. Emprender no es solo tener una idea, sino saber cómo llevarla a término. En este contexto, el acompañamiento puede marcar la diferencia entre quedarse en el intento o construir una empresa sólida. ESIC lo tiene presente a través de su programa E’Ship Mentoring, liderado por ESIC Emprendedores. Esta iniciativa acompaña a estudiantes y alumnos de grado, posgrado y ciclos formativos en la puesta en marcha de sus proyectos.