¿Tener novio da vergüenza? El nuevo discurso viral que redefine el amor y la soltería
Las redes sociales se han llenado de vídeos con millones de visualizaciones donde mujeres, en su mayoría jóvenes, posan sonrientes bajo la premisa de que estar en pareja ahora no es algo de lo que presumir, sino todo lo contrario


Si hace poco más de un año las tradwives o esposas tradicionales arrasaban en redes con su contenido de cocina y cuidados del hogar o hacia sus maridos, parece que “ahora tener novio da vergüenza”. Esta es la frase que no para de leerse en cientos de vídeos que se han viralizado, sobre todo en TikTok. En este trend las usuarias, en su mayoría chicas de entre 20 y 35 años, se graban felices presumiendo de que es el mejor momento para no tener pareja y estar soltera.
Todo ha sucedido después de que la periodista Chanté Joseph publicase a finales de octubre en la edición británica de la revista Vogue el artículo titulado Is Having a Boyfriend Embarrassing Now? Este texto plantea la idea de que ahora “estar en pareja ya no afirma tu feminidad” y que “pronunciarse soltera se ha convertido en un gesto de orgullo”. El impacto social que ha generado es tal que algunas de las publicaciones comentando este escenario en internet tienen millones de visualizaciones y se acompañan de miles de comentarios de apoyo. Pero, ¿de verdad tener novio se ha convertido en algo “vergonzoso”? ¿Estamos ante un cambio real en la manera en que entendemos el amor y las relaciones, o solo frente a otra moda pasajera virtual? ¿Qué hay detrás de esta reivindicación de la soltería? ¿Empoderamiento, hartazgo o simple postureo digital?
@larolitadiaz AMOOOO mucho gracias Vogue
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Según afirma Joseph en su artículo, las mujeres heterosexuales dan cada vez señales más sutiles de que están en pareja: como mostrar una fotografía de una mano en un volante o de unas copas que chocan durante una cena, incluso hay quienes solo dejan ver rostros difuminados y otras que directamente le cortan la cabeza a su enamorado, como hace la influencer española, afincada en Andorra, Abril Cols, quien llega al millón de seguidores en Instagram. “Ocultan las caras de sus novios como si quisieran borrar el hecho de que existen, pero sin dejar de publicarlas”, sugiere la escritora británica.
Un movimiento de revancha simbólica
Para algunos, este nuevo orgullo de la soltería funciona casi como una revancha simbólica. Así lo interpreta Coral Herrera, autora de Mujeres que ya no sufren por amor (Libros de la catarata, 2018) y profesora en la Universidad de Vigo, que revela a través de una videollamada con EL PAÍS que ve en esta tendencia una forma de decir: “Si antes ser soltera era motivo de vergüenza, ahora es una declaración de independencia”. Estamos en un momento en el que hay un bum del relato del amor romántico, las pedidas de matrimonio o las bodas perfectas en Instagram, y este movimiento surge como una respuesta a ese ideal. Natalia Mayor, de 25 años, lo ve de forma similar, aunque desde su experiencia cotidiana insiste en que todavía hay cierta presión social, “como si ser elegida diera estatus”. Aun así, reivindica que cada persona tiene sus propios tiempos y que es igual de admirable que una mujer quiera estar soltera para centrarse en su desarrollo personal y profesional.
Para Emma González, también de 25 años, las vidas de las influencers ya son demasiado escenificadas como para también añadir el término romántico. “Creo que es muy difícil crear contenido de algo tan orgánico como es un momento a solas con tu pareja y que es, a veces, una vez en la vida, como una pedida de matrimonio, que ahora se lleva tanto colgar en Insta. Ya ni siquiera te da envidia, te da rechazo”, reconoce. Sofía García, de 26 años, coincide con ella. “No me gusta cuando una influencer deja de publicar su rutina de trabajo o fotos con sus amigas para volcarse en su pareja. No me siento identificada, si sigo a una persona es porque me gusta ver lo que hace en su día a día”, dice esta joven, que además considera que cuando una creadora de contenido da pistas de que tiene pareja, pero nunca la llega a mostrar, tiene el pensamiento de que lo hace por “puro marketing y engagement”.

“Si estas influencers de repente se enamoran, es como traicionar a su propia audiencia”, justifica Herrera. Esta experta considera que, aparte de querer proteger la privacidad de una pareja, las creadoras de contenido pueden sentir miedo a mostrar que se han enamorado en redes porque “hay un sector del feminismo que piensa que es una traición el estar con hombres”. Sin embargo, en su opinión, no deberíamos sentirnos avergonzadas de nuestras parejas si nos quieren, nos cuidan y nos tratan bien. “Lo que da vergüenza de verdad es tener una relación en la que tú ejerces de criada, asistenta, cocinera, niñera, limpiadora, secretaria y psicóloga”, añade Herrera, que aclara que el problema hoy es que no es fácil encontrar un hombre capaz de relacionarse en igualdad: “El mercado del amor está fatal y si te juntas con un hombre muy machista es normal que te avergüences de él”.
“Mi cerebro es feminista, pero mi corazón patriarcal”
¿Qué ocurre cuando una presume de ser soltera y se enamora? Las mujeres feministas siempre han sentido una lucha interna que se ha batido entre unos valores igualitarios y de empoderamiento de una misma sin depender de nadie; de ser trabajadoras; valientes y autónomas, pero, al mismo tiempo, la historia patriarcal sigue marcando las decisiones que tienen que ver con las relaciones de pareja. “Yo siempre digo que mi cerebro es feminista y mi corazón es patriarcal. No puedo evitar toda mi cultura alrededor con todos los cuentos de hadas, de princesas o todas las novelas románticas que me las he comido enteras. Son muchos siglos de patriarcado”, explica Herrera.
Esta cultura patriarcal y tradicional es fácil de idealizar en redes, aunque cada vez más las seguidoras llegan al hartazgo con sus ídolos. “Yo era muy seguidora de Chiara Ferragni y Fedez, creía que como lo mostraban absolutamente todo de su vida en familia con sus hijos, era muy difícil que hubiera algo de mentira ahí. Me decía: ‘Ojalá algún día tener algo así’. Pero al final lo que ellos tenían también era mentira y me decepcioné mucho”, recuerda González. Herrera señala que en Instagram se finge una felicidad que no es real y que causa mucha frustración: “Por ejemplo, en las chicas solteras que no consiguen pareja”.

En este sentido, las mujeres entrevistadas para este reportaje creen lógico que el artículo de Joseph haya cogido tanta fuerza al exponer que si hay un momento para estar orgullosa de estar soltera es ahora. “Que se hable así de ello en un medio de comunicación reconocido te da tranquilidad”, comenta García. “Agradezco que trends virales como este ayuden a que se olvide el estigma de la mujer soltera. Siempre se ha tenido el miedo a ser la solterona de la familia o del grupo de amigas y esto ha derivado a que las mujeres acabasen eligiendo fatal a su compañero”, remata González.
De ‘tradwife’ a soltera por elección
Si algo está claro en el ecosistema de las redes es que las modas cambian con una rapidez vertiginosa y lo que hoy es símbolo de empoderamiento mañana puede convertirse en motivo de burla. Recordemos que el año pasado Roro dominaba los algoritmos y sus recetas de comidas para su novio, Pablo, acumulaban millones de visualizaciones. En este contexto, Herrera advierte: “Lo importante es que las chicas tengan muy claro que una tiene que ser coherente consigo misma y hacer lo que a una le apetece de verdad. No lo que hacen las lideresas y las influencers. Cuando alcanzas un grado real de autonomía y de empoderamiento, lo que haces es vivir conforme a tus principios y a tus ideas, estando soltera o en pareja”.
@alomabye da vergüenza tener novio? 🫠 qué pensáis vosotras? #vogue #girltalk #datinglife #singlelife
♬ sonido original - aloma 🌜
Mientras el trend sigue viralizándose en TikTok y cada vez más creadores de contenido se suman al debate desde sus cuentas, parece evidente que el discurso sobre el amor y la soltería está viviendo una auténtica revancha frente al amor romántico. Como apunta Herrera, quizá el verdadero empoderamiento no esté en rechazar el amor, sino en liberarlo de las expectativas que durante años lo convirtieron en una meta obligatoria. Más que presumir de pareja o de independencia, muchas mujeres simplemente reivindican el derecho a decidir, sin vergüenza, qué tipo de historia quieren vivir.
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