Hojas caídas, manchas en los bordes... ¿Qué hago si mi planta está enferma?
Los vegetales también se estresan, tienen subidas de ánimo y bajones repentinos, y además conviven con bacterias e insectos que pueden producirles desequilibrios. Consultar a un experto ayuda a identificar el origen del problema y subsanarlo, porque el primer paso es conocer las características de la especie que se cultiva


En la mañana, una hoja del ficus ‘Amstel King’ (Ficus maclellandii ‘Amstel King’) acaba de caer. La dueña la recoge del suelo mientras se toma el café en el salón, donde crece la enorme planta. Esa hoja tiene un color verde y lozano, lo que le extraña a esta jardinera aficionada. En las siguientes semanas se repite el proceso, con más y más escisiones de hojas que deciden no seguir vegetando sobre el ficus.
El ánimo de la mujer ha pasado de la pequeña sorpresa inicial a la suspicacia, hasta llegar ahora a la alarma absoluta. Parece que la planta entera se quiere morir, pero no. Después de consultar con una persona experta, viene la calma de nuevo, al ver que todas esas caídas de hojas tienen relación con un proceso natural de reequilibrio de la planta, al ser una recién llegada a la casa.
En la consulta sobre este ficus se asiste a un interrogatorio propio de una consulta médica:
—¿Tienes esta planta desde hace mucho tiempo?
—No, solo desde hace un mes y medio.
—¿Tiene buena iluminación?
—Sí, está a tan solo dos metros de un enorme ventanal, e incluso al amanecer le da un poco del sol de la mañana, durante una hora. No sé si eso será malo para ella.
—Bien, no es un sol fuerte, le puede venir muy bien a la planta. ¿Estás dejando que se seque el sustrato entre riego y riego?
—Sí, aunque llevo un par de semanas en las que le he echado un poco más de agua y ha conservado más humedad.
—Es importante que el sustrato no esté continuamente húmedo, así que vuelve a regar solo cuando el sustrato haya perdido esa humedad que has observado. ¿Has abonado el ficus?
—No, todavía no, me dijeron en el vivero que esperara un poco hasta que la planta se adaptara a la casa.
—Sí, mejor, primero que se haga con el entorno, después ya abonarás con un abono orgánico, de liberación lenta. ¿Hay hojas con manchas marrones en los bordes?
—No, las hojas caen como ves en esta foto, de color verde. A veces amarillean un poco, pero en general caen así, verdes.

Como se puede comprobar, la visita no difiere mucho a la que se haría a un profesional sanitario. Cada pregunta es una criba de posibles situaciones de estrés que podrían llevar a una planta al desequilibrio y a esa caída de hojas. El veredicto no se hace esperar después del interrogatorio: “Por lo que me cuentas, la situación es normal. Para que te hagas una idea, la planta viene de un invernadero de Almería o de Málaga, donde se cultivan muchas de estas plantas de interior. Allí contaba con toda la luz que quisiera, además de con la humedad ambiental apropiada. Ahora, en el interior de tu casa, ya no tiene tanta energía, por lo que el ficus se autoequilibra tirando hojas, soltando un poco de lastre para remontar el vuelo, y así ganar energía al no tener tantas hojas que mantener y adaptarse al nuevo sitio en el que ahora crece”, certifica, dejando el problema resuelto.

Para cualquier aficionado a la jardinería, hay pasos que se han de tener claros cuando se aprecian daños en las plantas. El primero es, sin duda, conocer la especie que se cultiva. Esto es una premisa indispensable, puesto que cada planta tiene unos posibles puntos débiles que pueden aflorar: los rosales padecen con hongos como la roya o la mancha negra; el granado (Punica granatum) cogerá pulgón en la explosión de la primavera; las begonias (Begonia spp.) sufrirán con el oídio, otro grupo extenso de hongos; los ficus (Ficus spp.) arriba mencionados no disfrutan cuando tienen las raíces continuamente húmedas en el interior de las casas, al crecer en macetas; a las mentas (Mentha spp.) les atacará la cigarrilla o cicadela, o quizás la mosca blanca; a los cítricos (Citrus spp. y otros géneros), diferentes cochinillas les extraerán la savia, al ser unos insectos chupadores muy frecuentes… Se podría continuar con este listado hasta el infinito, porque cada planta es un mundo complejo en el que la luz, el agua… ha de estar en su punto perfecto. A su vez, las plantas son un universo en el que conviven distintos organismos, desde bacterias hasta insectos.
Cuando se tenga algún problema con alguna de las plantas que se cultivan, hay que tener un protocolo claro para ir descartando acciones incorrectas: ¿mi planta tiene la luz que ella necesita? ¿La riego apropiadamente, sin exceso, sin defecto? ¿Está bien nutrida? ¿He cambiado alguno de los parámetros de cultivo que venía haciendo con ella? Puede que se le haya abonado con alguna marca diferente, o que se le haya aumentado la cantidad o la frecuencia de riego. Quizás se haya trasplantado, y el cambio de maceta o de lugar la haya estresado. Sí, porque las plantas también se estresan, tienen subidas de ánimo y bajones repentinos, y cuando llegan esos desequilibrios hay que ponerse introspectivo, saber cuál puede ser el origen del problema y subsanarlo. Contar con un profesional de confianza para preguntar, en viveros y floristerías, ayudará a tener plantas más sanas y contentas.

Cuando se recurra a estas personas, es importante llevar resuelta mentalmente todas estas preguntas que se acaban de ver. Y, cuando haya daños evidentes, las fotografías de apoyo ayudarán sobremanera a llegar a la posible causa. No es lo mismo una mancha marrón con bordes amarillentos que una totalmente amarilla. De igual forma, no es lo mismo que esas manchas aparezcan en las hojas nuevas o en las hojas viejas de la planta. Cualquier pequeño matiz será entonces importante.
La jardinería y el cultivo de las plantas potencian la observación y la paciencia, además de la autocrítica, si se piensa en lo que se puede mejorar para que aquella trepadora o esa herbácea estén más sanas. Un camino fascinante que merece la pena recorrer para ganar el premio de su belleza.
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