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Cómo elegir la residencia de verano adecuada para nuestras mascotas

Los animales no siempre pueden formar parte del plan vacacional. Un buen albergue puede ser la solución, pero se debe garantizar su bienestar y tener en cuenta aspectos como la atención sanitaria o la vigilancia

A la hora de elegir el lugar donde se alojará el perro o el gato durante los días de verano, conviene tener en cuenta que el centro tenga unas rutinas diarias adecuadas para cada animal.
Carolina Pinedo

Las mascotas no siempre se pueden llevar de viaje durante las vacaciones estivales. Una de las opciones para garantizar sus cuidados durante esos días de ausencia son las residencias de animales. Pero para que así sea, hay que elegirlas bien y con criterios como que haya personal sanitario o tengan instalaciones adaptadas para que puedan jugar y socializar sin riesgo. “Lo ideal sería buscar un centro con espacios adecuados, donde puedan correr, salir y relacionarse, si lo permite el carácter del animal”, recomienda Sandra Borràs, veterinaria gerente de Masvet Clínica Veterinaria, en Masquefa (Barcelona).

Existen residencias y centros veterinarios especializados donde se admiten y cuidan animales con necesidades específicas. “Los primeros ofrecen asistencia médica a los que están en tratamiento médico y los segundos atienden a los que tienen dificultades de convivencia”, explica Helena Bat, psicóloga, especialista en etología animal y bienestar animal. “También es importante que las residencias tengan acuerdos con veterinarios o trabajen con ellos en el propio centro, por si el animal necesita ser atendido”, añade Borràs.

A la hora de elegir el lugar donde se alojará el perro o el gato durante los días de verano, conviene tener en cuenta que el centro tenga unas rutinas diarias adecuadas para cada animal. “Es importante para su bienestar que salgan al exterior de las instalaciones, jueguen y hagan ejercicio. Además que se tengan en cuenta y atiendan las particularidades, como en el caso de los animales que necesitan medicación por una enfermedad crónica o que precisan un pienso específico”, sostiene la veterinaria.

Es importante que las residencias tengan acuerdos con veterinarios o trabajen con ellos en el propio centro, por si el animal necesita ser atendido.

El caso de los gatos es especial porque son territoriales y poco amigos de las novedades o los cambios de rutina. “Lo mejor es que no tengan que salir de casa y buscar a alguien de confianza, a ser posible que el animal conozca, que pueda ir a comprobar cómo está, limpiar el arenero y hacerle compañía un rato”, destaca la experta. “En el caso de que no sea posible, se les puede llevar a residencias con espacios separados para ellos, con el fin de que no estén en contacto con otros animales, porque su estrés aumenta”, continúa. “Cuando se trata de familias numerosas de animales, hay centros que permiten tener al grupo junto para que compartan el mismo reciento”, añade.

También es importante visitar el centro donde permanecerá la mascota, para comprobar de primera mano cómo son las instalaciones y conocer a los trabajadores que lo atienden. “Conviene confirmar si hay personal las 24 horas, qué tipo de supervisión realizan o si hay cámaras de vigilancia”, destaca Bat. “Además, hay que tener en cuenta aspectos como que tengan instalaciones interiores y exteriores protegidas de las temperaturas extremas, que se garantice la tranquilidad de los animales, así como que haya zonas separadas para los residentes que necesiten mayor supervisión”, explica la especialista. Para comenzar a buscar información sobre estos centros, recomienda el consejo de personas allegadas y tener en cuenta las reseñas de internet.

Es importante visitar el centro donde permanecerá la mascota, para comprobar de primera mano cómo son las instalaciones y conocer a los trabajadores que lo atienden.

Otro aspecto clave para acertar con la elección del centro es tener claro qué aspectos son importantes para el bienestar del animal. “Conviene hacer un listado de lo que es imprescindible que se cubra y lo que no se va a tolerar. Por ejemplo, si nos dejan acceder como visitantes a espacios de animales que son nerviosos, puesto que no deberían dejarnos entrar. En el caso de los gatos, observar los areneros, los platos de comida y el agua, para ver si están limpios”, aconseja Bat.

La llegada del animal a la residencia conviene que sea de determinada manera para que se aclimate lo mejor posible. “En caso de tratarse de un perro, lo ideal es que los dueños le acompañen para hacer una breve visita, con el fin de que sienta acompañado y seguro a su llegada, además de que pueda aclimatarse a los olores del lugar”, aconseja Borràs, a la vez que explica la importancia de llevar los accesorios y comida del animal para que se sienta como en casa: “Llevar la cama, los comederos o el pienso habitual para que tenga algo conocido donde va a estar”.

En el momento de la recogida tras la estancia en el centro, conviene permanecer un rato en el recinto antes de volver a casa, para que al animal le quede la sensación de que se trata de un lugar seguro. “Se puede hablar con la persona que le ha atendido durante su estancia. De esta forma se transmite el mensaje de que se está relajado y hay un buen ambiente. Así el animal saldrá como si se tratara de su casa”, añade.

Hay perros que disfrutan de los espacios amplios de las residencias y aprovechan para jugar, correr y tener compañía.

En general, los gatos no lo pasan bien en las residencias, pero ¿y los perros? “No para todos se trata de una mala experiencia. Depende mucho de su carácter. Los hay que son atrevidos, valientes, muy sociables y se adaptan bien a los cambios. Todo les parece emocionante, porque son intrépidos y entusiastas. Disfrutan de los espacios amplios para jugar y correr y de tener a alguien que les hace compañía todo el día”, afirma Borràs.

Pero la situación para los perros no es siempre idílica y algunos sufren con esta experiencia. La razón es que suelen tener algún problema de comportamiento. “Por ejemplo, si tienen ansiedad por separación o si son muy retraídos, porque sufren con la presencia de personas y animales desconocidos. En estos casos, conviene optar por otras alternativas, como dejarlo con familiares o amigos de confianza que conozcan al animal”, advierte Borràs.

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Sobre la firma

Carolina Pinedo
Periodista desde hace 30 años, gran parte de los cuales los ha ejercido en varias secciones de EL PAÍS, en la actualidad colaboradora en Mamás&Papás y Estilo de Vida. Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en radio y televisión, además de publicar varios cuentos infantiles y dos poemarios.
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