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Los vecinos de Lavapiés denuncian el desarrollo de Tapapiés 2025: “Ha sido un desmadre bestial, se les ha ido de las manos”

La Asociación de Vecinos La Corrala envió una carta al Concejal Presidente del Distrito Centro para manifestar su malestar y preocupación

“Octubre es el mes de Tapapiés, nadie se lo puede perder”, dice en un vídeo promocional Mercedes Saracho, gerente de la Asociación de Comerciantes de Lavapiés que es la organizadora de este conocido Festival Multicultural de Tapas y Música del barrio. “Un eventazo”, como hace alusión Saracho, en el que participaron 92 locales con un cebo muy suculento: tapas con botellín de cerveza (patrocinadora del festival) por 3,50 euros. Y, a juzgar por la masiva afluencia registrada, parece que pocos quisieron perdérselo, lo que trajo secuelas.

La resaca que vivió el barrio del 16 al 26 de octubre con la celebración de este evento ha dejado un claro balance. Quien se adentraba en esta conocida zona de la capital se topaba con una invasión de personas que parecían apoderarse del barrio y de su habitual transcurrir. Especialmente durante el fin de semana, la gente se agolpaba en las aceras, resultaba difícil moverse entre el tumulto de asistentes concentrado en zonas como la plaza de Lavapiés y la calle Argumosa, y los coches apenas podían circular porque el asfalto lo ocupaban también viandantes, ante la falta de espacio público capaz de acoger ese nivel desmedido de aforo.

Toda una fiesta del alcohol en plena calle, en lo que parecía un macrobotellón, según insisten los vecinos. En ese contexto, el elevado ruido lo inundaba todo, se quejan, costaba conversar sin dejarse la voz en el intento y en los establecimientos, repletos de clientes, no cabía nadie más; mientras, afuera, se amontonaban latas, botellas de alcohol y los residuos que dejaba tras de sí el festejo callejero.

Así transcurrieron 10 días en los que tuvo lugar la celebración de la 15ª edición de este festival gastronómico. Pero, como dice Saracho en el citado video, “Tapapiés es barrio, hay muchos vecinos en Lavapiés”. Y, aunque en él también lanzaba un mensaje de tranquilidad para los mismos y llamaba a la moderación y al respeto del descanso de los vecinos, no es precisamente lo que ellos afirman haber vivido.

“Este año ha sido realmente un escándalo Tapapiés”, indica Manuel Osuna, presidente de la Asociación Vecinal La Corrala, en Lavapiés. Tras 60 años viviendo allí y 15 desde que se comenzó a organizar el evento, dice no haber visto una edición igual. “Esta celebración de 10 días en el barrio es insoportable, porque cambia totalmente la vida que llevan los vecinos todos los días”, asegura Osuna. “Hubo personas que no han podido bajar con sus perros, bajar la basura, pasear como paseamos normalmente por nuestro barrio, descansar...”, explica.

Cuando empezó, la asociación apoyaba e incluso participaba de esta iniciativa. Para entonces, el resultado del evento sí coincidía con lo previsto. “Se hacía un fin de semana y veías a los vecinos, pero ahora es inviable poder salir a la calle”, puntualiza Osuna. Aquel escenario en sus inicios contrasta frontalmente con el panorama de Tapapiés 2025. “Sinceramente, ha sido un desmadre bestial”, sentencia Osuna. “Hace 15 años, era un forma de dinamizar el barrio. Ahora, en vez de eso, lo que están haciendo es echar a los vecinos que quedamos aquí”. Según Osuna, Tapapiés es actualmente “un acto que se hace para invitar a la gente de todo Madrid a que vengan [a Lavapiés] a tomar cervezas a la calle”.

Aun así, aclara que los vecinos no están en contra de ningún tipo de actividad, “pero controlada, que no sea un desmadre”, recalca. Sí están en contra de las consecuencias sufridas en esta edición. Suciedad, orines, vómitos, exceso de ruido y gente hasta altas horas de la madrugada bebiendo en las calles, son algunos de los hechos que más han incomodado a los vecinos. “A la mañana siguiente, vecinos con garajes en la calle Sombrerería se encontraban, al abrir la puerta, la entrada llena de orín”. Osuna apunta a que la falta de baños químicos, que sí se instalan cuando son las fiestas del barrio, y el hecho de no poder entrar a los establecimientos de la zona por el exceso de aforo, podrían haber fomentado este tipo de actuaciones incívicas.

Pese a la inmensa cantidad de personas que se congregaron en esta zona, no se produjeron conflictos entre los asistentes. Aun así, Osuna apunta a la inseguridad que podría haber ocasionado el devenir de los hechos en otros aspectos. “Me estoy imaginando si hubiera tenido que entrar una ambulancia el fin de semana, a ver cómo llegaba a casa del vecino que lo necesitara”.

Por todo ello, la Asociación de Vecinos La Corrala envió una carta al Concejal Presidente del Distrito Centro, el pasado 26 de octubre, para manifestar su malestar y preocupación por lo sucedido, denunciando el impedimento que ha supuesto para el desarrollo de la vida cotidiana de los vecinos. No es la primera vez que lo denuncian, el año anterior también lo hicieron. En respuesta, la Junta Municipal de Centro se comprometió a acortar la duración de las actividades del festival a cuatro días. Promesa que se cumplió en esta edición, si bien la totalidad del festival se ha celebrado en 10 días.

A la pregunta de qué ha fallado en la organización de 2025, Osuna sintetiza en una frase: “Creo que la organización ha muerto de éxito”. Opina que, posiblemente, los organizadores no se esperaban tantísima afluencia, pero, según señala, “al final ha sido un desmadre, se les ha ido de las manos”. Así, consideran que el festival se ha visto desbordado este año, algo que se ha reflejado en el aumento de las quejas y el descontento.

Además, los vecinos no consideran que este festival, tal y como está planteado ahora, genere algo positivo para Lavapiés. “Realmente no deja nada para el barrio, únicamente mucha suciedad”, explica Osuna. Aunque no tienen quejas sobre el servicio de limpieza, recuerdan que esos trabajos también cuestan dinero al erario público. Y al final, por la forma en la que se desarrolló todo, se sintieron relegados del evento. “Viene mucha gente que no es del barrio a pasárselo bien, pero los vecinos que vivimos aquí todo el año no lo disfrutamos”. Ellos insisten en que les parece bien realizar el festival, pero no de esa forma en las calles. Piden reducirlo a un fin de semana o cuatro días.

Este periódico se ha puesto en contacto con la organizadora del festival, pero no han querido realizar declaraciones. Se han remitido al comunicado que emitieron después del primer fin de semana de Tapapiés 2025, el 21 de octubre, y al video citado previamente.

“Tapapiés es un motor del barrio [...] económico esencial”, afirman en el comunicado, “el evento genera vida y actividad estable”. Una lectura que difiere de la de los vecinos. Aun así, los comerciantes reconocen que se sobrepasaron las previsiones en cuanto al público recibido y en este sentido añaden: “Somos plenamente conscientes de las graves consecuencias que este desbordamiento tuvo para la vida de nuestros vecinos: los ruidos, las molestias, la suciedad y los episodios de incivismo son inaceptables”.

Igualmente, aseguran estar trabajando en “un nuevo formato de Tapapiés que sea más respetuoso con la vida en el barrio” e invitan tanto a las asociaciones de vecinos como al Ayuntamiento a colaborar juntos en el diseño de ese nuevo modelo para futuras ediciones.

No se sabe si la próxima edición traerá consigo el estreno del renovado Tapapiés que anuncian los comerciantes. Tampoco si los vecinos cumplirán su deseo de regresar a la propuesta inicial que dio vida a este festival gastronómico ―limitando su duración actual y creando un escenario que no contravenga su día a día―. En cualquier caso, si se quiere garantizar la buena convivencia de Lavapiés, tanto vecinos como comerciantes parecen condenados a entenderse. Para que así octubre vuelva a ser un buen mes para todos aquellos que lo pasen allí.

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