Una marcha zombi para revivir la cultura que “se muere” en Alcalá de Henares por las políticas del PP y Vox
Asociaciones culturales y vecinos protestarán este viernes en contra de la cancelación de varios eventos culturales este año


La cultura en Alcalá de Henares está muriendo, o al menos así lo sienten varios vecinos del municipio. “Cada vez tenemos más toros y procesiones, y menos eventos culturales”, dice Ana María Alonso, vestida con una bata de pintor deshecha y manchada de pintura. Y por si no se le cree, Ana María aclara con un gesto de la mano que ella es una mujer que nació “hace muchos años”, más de 70, así que sabe de lo que habla. “En esta ciudad se ha acabado la alegría”, concluye. Por eso se ha apuntado junto a otras amigas jubiladas a una marcha de zombis, a un funeral que varias asociaciones alcalaínas han preparado para protestar por la gestión cultural de la alcaldesa, Judith Piquet (PP), y del concejal de Cultura, Santiago Alonso. “Vamos a dejar ataúdes en la puerta del Ayuntamiento con los nombres de todos los eventos que se han cancelado desde que comenzó esta legislatura”, explica César Gallego al resto de miembros que ensayaban el miércoles en la noche, en una nave de un polígono industrial de las afueras, la performance que harán durante esta protesta-funeral.
Sobre los ataúdes se leerán los nombres de algunos de los fallecidos: Concurso de Pintura Rápida 2000-2025; Alcalá Cuenta 2003-2024; Alcalá Suena 2015-2025. Todos son proyectos ideados y organizados por asociaciones municipales y financiados por el consistorio que, si bien no han muerto definitivamente, entraron en estado de coma en algún momento desde que Piquet asumió el poder en junio de 2023, en coalición con Vox.
César Gallego pertenece a la asociación Alcalá es Música, que desde el principio ha organizado Alcalá Suena, un festival que cada junio entre 2015 y 2024 daba escenario a bandas emergentes que normalmente no tienen cabida en grandes escenarios. “Ha ido evolucionando hasta ser uno de los concursos de bandas más importantes de este país”, aclara César.
Todo funcionó bien hasta que el ayuntamiento decidió retirarle la financiación al proyecto porque de ahora en adelante requeriría pasar por una licitación. Según explica un portavoz del consistorio a este diario, los contratos no se pueden dar “a dedo” ni “prorrogarse” de la manera como se estaba haciendo desde que surgió el festival. Resultado: en 2025 no hubo noticias de Alcalá Suena.

Las asociaciones y los vecinos ven normal que el ayuntamiento quiera dar más transparencia a su financiación, como manda la ley 19/2013, pero el caso es que los eventos que la recibían se han ido suspendiendo uno detrás del otro. El temor es que nunca regresen.
Algo similar pasó con el festival Alcalá Cuenta, que en abril de 2024 celebró su edición número 20, la última. Narradores orales de toda España, e incluso de otros países, llegaban durante un fin de semana al municipio para contar historias. Justo por aquellas fechas, a Manuel Castaño y a Carmen Fernández, sus organizadores, el ayuntamiento les dijo que para la siguiente edición, la de 2025, había que sacar a licitación el festival. “Sabemos que estos son procesos burocráticos que tardan, pero hasta el momento no sabemos si realmente están trabajando en ello. Queremos creer que detrás no hay una intención política”, comentan a través del teléfono.
“Lo que pasa es que la Intervención [un órgano de control del sector público] dice que un certamen de cuenta cuentos lo puede organizar cualquiera, se llame Alcalá Cuenta o Cuenta Alcalá, pero se puede hacer de cualquier manera”, explica el portavoz del ayuntamiento. Y añade: “Cualquier entidad puede hacer un festival de música y no es condición sin equa non el nombre para que se le dé a dedo con un negociado sin publicidad a una entidad en concreto. Por tanto, tiene que salir a concurso”.

Pero la licitación no ha sido la única traba para que estos eventos salgan adelante. En el caso del Concurso de Pintura Rápida al Aire Libre que organizaba la sección cultural de Comisiones Obreras en Alcalá desde el año 2000, el ayuntamiento retiró la financiación del primer y segundo premio si no se cumplía una nueva condición: el cuadro ganador tenía que quedárselo el consistorio. “Decían que tenían que recibir algo a cambio del patrocinio y que nosotros no teníamos ni donde colgar el cuadro, cosa que no es cierta”, explica Rosa Prádanos, organizadora del concurso y miembro de la sección de Cultura de CC OO.
Como no aceptaron, el concurso no se celebró. Respecto a lo que ocurrió, el ayuntamiento es conciso en su respuesta: “Si la obra la paga el ayuntamiento, es para el ayuntamiento, no para Comisiones Obreras. Lo contrario sería malversar el patrimonio y el dinero de los alcalaínos”.

La mayoría de manifestantes que este miércoles en la tarde ensayaban cómo caminar como un muerto viviente, con las manos extendidas y la cabeza torcida, coincide en que desde que la nueva alcaldesa popular llegó al poder, en coalición con Vox, el panorama cultural ha cambiado para darle paso a otro tipo de eventos. “No podemos dejar que la cultura la dirija el PP y Vox. Se está muriendo”, dice Val Núñez, otra de las “zombis”.
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares trató de desautorizar la marcha del viernes a través de un comunicado, en el que aseguraba que la marcha tiene carácter “fraudulento”. La manifestación tomó su nombre de la Marcha Zombie, un evento que antes se celebraba las noches de Halloween en las calles de la ciudad, en las que se hacía una performance multitudinaria de carácter más artístico. Este año, con el permiso de los responsables de aquel proyecto ―que, por otra parte, no se iba a celebrar―, César Gallego y otras organizaciones culturales afectadas idearon su propia marcha.
En el comunicado, el consistorio se queja de que estaban tratando de “disfrazar una manifestación de evento festivo”, poniendo en peligro “la seguridad de los alcalaínos”. “Alcalá celebra cada año Halloween con múltiples actividades seguras y organizadas, pero esta convocatoria no cuenta con autorización municipal ni con garantías mínimas”, se lee.
Sin embargo, la marcha zombie, el funeral de la cultura, el entierro de los proyectos, cuenta con el permiso de la Delegación de Gobierno y con ella en mano no necesita la del ayuntamiento, como luego han reconocido desde el gobierno local.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.






























































