Vox intenta que la ola antiinmigración coja fuerza en Madrid con dos actos en tres días ante centros de migrantes en la región
Tras acudir el martes a las puertas de la instalación de Hortaleza (Madrid) para condenar la violación de una niña, los ultras se citan este jueves en Alcalá

Dos días después de convocar una concentración ante el centro de acogida de menores de Hortaleza, en Madrid, Vox ha programado este jueves una declaración frente al centro de atención, emergencia y derivación de migrantes (CAID) de Alcalá de Henares, otro municipio madrileño. Nada es casual. El partido de extrema derecha intenta que la ola antiinmigración coja fuerza con el impulso de dos violaciones: la de una mujer en junio a manos, presuntamente, de un residente en el centro alcalaíno, maliense y mayor de edad; y la de una niña de 14 años, presuntamente cometida por un menor extranjero que vivía en la instalación capitalina. Una jugada llena de peligros, pero con objetivos claros: examinar a la portavoz en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino, como posible candidata para 2027, y buscar una grieta por la que erosionar la mayoría absoluta de la que goza el PP de Isabel Díaz Ayuso.
“Nos fuimos [de vacaciones] con la noticia de la violación de una española a manos de un ilegal de Mali en Alcalá de Henares, y hemos vuelto con la violación en Hortaleza de una joven española a manos también de un ilegal, esta vez un marroquí, supuestamente de 17 años”, dijo el miércoles Pérez Moñino durante la rueda de prensa que sigue cada semana a la junta de portavoces de la Asamblea. “Y digo supuestamente porque ya se está barajando que no sea menor de edad, hay que recordar que el PP de Ayuso se negó a hacer la prueba de edad a los menas [acrónimo de menores extranjeros no acompañados] como propuso Vox”, añadió. Y remató: “Empieza a llegar la hora de que los españoles pidan responsabilidades políticas a quienes nos gobiernan”.
Esas 16 palabras reflejan cómo la extrema derecha está intentando dirigir la indignación que provocan las violaciones contra sus rivales políticos. Desprovisto de responsabilidades de gestión, Vox ha encontrado en la crisis migratoria la veta perfecta para desgastar tanto al gobierno central (formado por PSOE y Sumar) como al regional (PP). Y en esa tarea, la formación ultra parece dispuesta a todo.
El martes, por ejemplo, sus dirigentes se presentaron ante el centro de Hortaleza pese a que la concentración había sido prohibida por la delegación del Gobierno ante la posibilidad de que incitara un delito de odio, lo que derivó, según una fuente conocedora de lo ocurrido, en ocho identificaciones por parte de la policía que equivaldrán a otras tantas propuestas de sanción.
A esa cita acudió Rocío de Meer, que en julio se mostró abierta a deportar a siete u ocho millones de personas de origen extranjero.
Finalmente, este miércoles, Pérez Moñino aseguró en la Asamblea de Madrid que Vox llevaba denunciando “desde hace décadas” las consecuencias de la inmigración ilegal que llega a España, pese a que el partido, fundado en 2013, apenas tiene 12 años de vida.

El CAID de Alcalá de Henares lleva en el centro de la polémica prácticamente desde que empezó a funcionar. Allí, en 2024, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, dijo: “En el centro de acogida ya se han producido varias reyertas graves, incluidas algunas protagonizadas por personas que ya han estado detenidas por la Policía Nacional; se están investigando agresiones sexuales a mujeres del municipio, según han denunciado; se producen peleas dentro y fuera del centro; ha habido un brote de sarna [que ha afectado a ocho migrantes]...”.
La polémica consecuente, que incluyó un desmentido del Gobierno de España, fue solo el principio. Desde entonces, un juzgado investiga quién filtró un documento policial interno que sirvió para que el PP defendiera la tesis de su líder y vinculara la presencia de migrantes recién llegados al municipio desde Canarias con una agresión sexual denunciada en el municipio.
La violación de junio solo ha caldeado el ambiente, con protestas ciudadanas que ya fueron alimentadas por Vox, que incluso trasladó al municipio a su líder nacional, Santiago Abascal.
Este, en principio, no acompañará este jueves a Pérez Moñino, que sí contará con el apoyo de Samuel Vázquez, portavoz nacional de Seguridad e Inmigración del partido. Será, por lo tanto, la segunda visita de los ultras al municipio en menos de dos meses. El resumen de cómo Vox intenta aprovechar la ola antiinmigración.
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