El presidente electo del Colegio de Médicos de Madrid denuncia que las cuentas pueden estar “cercanas a cero”

El drama en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) sigue. No solo por las elecciones, sino que ahora se ha convertido en una batalla general entre Tomás Merina, a quien la Comisión de Recursos del propio colegio le anuló la candidatura una vez ya había ganado las elecciones y que está a la espera de que un juzgado resuelva su situación, y al hasta ahora presidente, el doctor Manuel Martínez-Sellés, que decidido quedarse al mando a pesar de quedar en tercer lugar en los comicios. El más reciente conflicto se ha debido a una denuncia hecha por Merina y su equipo electoral, quienes han asegurado que la Junta Directiva actual no publica en tiempo y forma las cuentas de 2024, y temen que el dinero “esté en cero”.

Se han sustentado en que durante el mandato de Martínez-Sellés, de 2020 hasta la fecha, ha habido “un despilfarro” de dinero, lo que han sostenido con la aportación de las cuentas de los años anteriores, las desviaciones de dinero que muestran y la subida de la cuota sin previo aviso para los colegios. El colegio, por su parte, se ha defendido diciendo que las cuentas no se presentarán todavía debido a que la empresa auditora no ha finalizado un trabajo adicional solicitado por el propio Merina.

La Asamblea General debe reunirse dos veces al año: en el último trimestre para presentar el presupuesto del año siguiente, y durante el primer semestre para aprobarlos, según los estatutos del colegio. Pero el primer semestre está a punto de acabar y esa reunión no ha ocurrido ni va a ocurrir. “Esto implica que, tras años de despilfarro, a los médicos de Madrid no se les permitirá saber cuánto dinero queda en la caja del Icomem”, ha dicho el equipo de Merina.

Esa decisión la trasladó este lunes el colegio, que en un comunicado indicó que el retraso se ha debido a que Merina había solicitado un informe adicional a la empresa auditora de las cuentas del colegio, asegurando y aportando pruebas de que, a su criterio, existía un “despilfarro” importante. “Se informa a la colegiación que la convocatoria de Asamblea que estaba prevista para ser celebrada en el primer semestre de este año 2025, se ha tenido que retrasar por imperativos ajenos a la voluntad de esta Junta Directiva dado que, por tener que realizar procedimientos de auditoría adicionales a instancias del candidato que tiene judicializado el proceso electoral, la firma auditora Ernst&Young S.L. no ha hecho entrega aún del informe de auditoría a presentar a dicho órgano colegial”. Y ha añadido que apenas el informe les sea entregado, la Junta Directiva convocará dicha Asamblea.

El equipo de Merina —como era de esperar— ha dicho que no es cierto que haya solicitado una auditoría adicional. Sin embargo, sí han reconocido que enviaron a la empresa un documento, que han puesto en conocimiento de EL PAÍS, con hechos que podrían apuntar al posible desperdicio de dinero sin autorización. “Es falso que ICOMEM PARA TODOS solicitara una auditoría adicional. Tomás Merina se puso en contacto con la empresa auditora para trasladarle algunos aspectos preocupantes de la tesorería del Colegio. Esta información fue recogida en un documento meramente informativo que se remitió a la empresa Ernst&Young para servir de apoyo en su labor de proteger el patrimonio común de los médicos de Madrid”, han dicho. Y rematan: “En ningún caso, la remisión de esta información puede servir de excusa para paralizar el procedimiento estatutario de aprobación de presupuestos”.

Este diario se ha intentado poner en contacto con la empresa auditora, pero no ha sido posible contactar con el responsable de las cuentas de Icomem.

“La dura realidad para Manuel Martínez Sellés y los otros cinco miembros de la Junta Directiva es que no se atreven a ponerse delante de sus compromisarios, no saben cómo explicar que los saldos en bancos hayan casi desaparecido”, ha manifestado declaró Merina.

“Creemos que hay cero euros en la caja”

El equipo de Merina, ganador de las elecciones de diciembre, asegura que en 2020 la tesorería del Icomem era de 8,2 millones de euros, según información pública, pero que “en la actualidad la tesorería es un secreto”. “Tras años de despilfarro existen motivos para pensar que es cercana a cero”, han dicho.

Creen esto por varias razones: entre otras cosas, la información enviada a la empresa auditora detalla que en los años 2022 y 2023 el colegio emprendió reformas en su sede. En un inicio, las obras ejecutadas supusieron un gasto de 1.370.000 euros, cuando su autorización presupuestaria era solo de 678.000 euros. Es decir, hubo una desviación del 195%.

En esos mismos años se hicieron otras obras sin autorización previa por 3,7 millones de euros. En total, en ese período se gastaron 4,4 millones de forma discrecional (3,7 millones en obras no presupuestadas, más casi 700.000 en desviaciones de obras autorizadas).

Otra de las pruebas que ha alimentado sus sospechas ha sido la subida en abril de las cuotas a los colegiados sin previo aviso, que, según dicen, la misma Junta Directiva bajó en periodo electoral. “No hacen más que elevar las sospechas sobre que no queda dinero en la caja”.