Planes en Madrid para junio: belleza, ejercicio y vino al aire libre

Junio ha llegado con fuerza. En Madrid, el calor ya da avisos serios, las sandalias salen del armario y los planes empiezan a organizarse con un ojo en la sombra y otro en la agenda. Este fin de semana, el recorrido es claro: hay que ponerse a punto por dentro y por fuera.

Madrid te enreda recomienda esta ruta para prepararse, con estilo, para la temporada que empieza. Primero, los pies: en Mymo los dejan listos para asomar talón sin complejos. Luego, el cuerpo: una clase de barré en Casa Barré para sudar con elegancia y temblar sin romperse. Y para cerrar, unos vinitos en El Patio de Claudio, ese jardín escondido donde el tardeo se estira hasta que baja la luz. Ritual completo para empezar el mes como Madrid manda: bien arreglada, un poco cansada y con una copa en mano.

El buen tiempo empieza por los pies

En Madrid hay dos tipos de personas: las que se quitan los calcetines en marzo y las que esperan al primer aviso de ola de calor. Para ambas existe Mymo (en la calle de Andrés Mellado, 71), un pequeño templo del talón bien cuidado, en pleno Chamberí, donde el verano empieza en serio.

“La idea nació como un homenaje a nuestra madre”, cuenta Laura Pérez-Dosío, una de las fundadoras. De ahí el nombre: my mother. O lo que es lo mismo: cuidar como ella, con tiempo, con mimo y sin prisas. Aquí lo llaman “la experiencia Mymo”, aunque bien podría llamarse “deja que te arreglemos la vida por los pies”.

El protocolo es claro: masaje, hidratación, exfoliación y cabeza fuera de servicio durante un buen rato. “Lo que realmente nos distingue en un mercado que está claramente saturado es nuestra hiperpersonalización en el diseño de las hojas de ruta para cada cliente”, explica Pérez-Dosío. “Nuestra unidad de facial y corporal se centra en una valoración y diagnóstico exhaustivos, que consideramos fundamentales para un tratamiento adecuado”.

El precio medio ronda los 60 euros. A partir de ahí, cada cual decide cuánto quiere recomponerse. Hay que reservar, pues los fines de semana no cabe ni un dedo más. Ya que se va por la zona, conviene recordar que un par de parques invitan a pasear estrenando pies. Limpios, suaves y listos para el calor.

El ejercicio más viral de la capital

En Madrid hay dos tipos de cuerpos: los que creen que bailar en la cocina cuenta como cardio y los que han probado el barré. Para ambos existe Casa Barré (en la calle de Ayala, 71), un estudio donde se viene a sudar con gracia. Abrieron hace casi cuatro años y ya cuentan con tres locales en Madrid y uno en Barcelona. “Empezamos en la calle Ayala, pero pronto se nos quedó pequeño. Había listas de espera kilométricas”, cuenta Paola Lamán, cofundadora.

El método es propio. No es pilates, no es yoga, no es ballet. “Barré es una metodología funcional que trabaja fuerza sin impacto, inspirada en varias disciplinas, pero con colocación y movimiento diferentes”, explica. La barra está, pero solo para apoyarse. El peso lo pone tu cuerpo. Y la música, claro. Al principio, costó explicarlo. “Nos decían ‘no hice pilates, no hice yoga, no hice ballet…’, y les contestábamos que no hacía falta. Barré es otra cosa”.

Tienen dos tipos de clase: resistance (fuerza sin impacto) para quienes están empezando, e interval (cardio con ritmo) para quienes disfrutan sufriendo un poco. La clase de prueba cuesta 15 euros. Luego hay bonos de tres, cinco, ocho o doce clases, así como un pase ilimitado por 140 euros para quienes deciden tirarse de cabeza. Vas a sufrir. Vas a temblar. Pero al día siguiente, se agradece.

Unos vinitos en El Patio de Claudio

Hay sitios que no sabes si son un restaurante o una excusa para hacer tiempo entre planes. Y luego está El Patio de Claudio (en la calle de Claudio Coello, 67), que es ambas cosas. Un jardín algo escondido en pleno barrio de Salamanca donde se puede desayunar, comer, pedir un cóctel, hacerse una foto para Instagram con una lámpara antigua de fondo y, con suerte, no salir corriendo del calor.

La terraza tiene esa mezcla de bistró elegante con casa de tía bien: sillas de mimbre, rayas, flores, libros colocados como si alguien los leyera. Lo ha diseñado María Santos, y se nota. “Queríamos que pareciera un hogar”, comenta. Y lo parece, aunque aquí el agua con gas cuesta más.

La carta es larga y tiene de todo: arroz meloso con pulpito, croqueta fina, solomillo, tortillas abiertas y hasta steak tartar. Algunos piden ostras con naturalidad, otros buscan algo menos escénico. El vino, eso sí, corre por doquier.

El ambiente cambia según la hora: a mediodía se respira; por la tarde, tardeo con copa en mano; y por la noche se nota quién ha venido solo a mirar. El precio medio ronda los 60 euros. El silencio del jardín no tiene precio, aunque lo cobran igual. No soluciona el calor, pero lo disimula. Y eso, en junio, ya es bastante.

Además, este sábado 14 de junio en el Patio de Claudio habrá un pop up ―tienda que se abre al público de manera temporal― de creadores y artesanos de 12.30 a 19.00. Entre las firmas que estarán ese día se encuentra la nueva marca de moda The (Real) Garcia, Galerías BAC (tienda vintage con piezas muy seleccionadas), las joyas y cerámica de Julieta Álvarez, auténticos y artesanos sombreros Panamá de Lilam Heras y las flores de una de las mejores floristerías de Madrid, Blooms.