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Falange Española sale a las calles de Madrid en una manifestación llena de adolescentes

El grupo de ultraderecha, compuesto en su mayoría por jóvenes, pide la repatriación de todos los inmigrantes y lo llama “remigración”

Cientos de personas marchan hacia la Puerta del Sol (Madrid) en una manifestación convocada por Falange Española.Foto: Diego Radamés (Europa Press) | Vídeo: Álvaro Sánchez-Martín
Álvaro Sánchez-Martín

Falange Española convocó este viernes por la tarde una manifestación en la que la media de edad rondaba los 18 años. “Joven español, defiende tu nación” gritaban cerca de 300 personas vestidas de negro. La defensa de la patria pasa por echar del país a todo aquel que no sea ni blanco ni cristiano. Según ellos, el único motivo de que haya emigrado gente a Europa es porque hay un plan orquestado por las élites económicas y políticas para acabar con la cultura de Occidente. El interés de las élites para acabar con la cultura de Occidente sigue siendo un misterio. Pero es necesario que todo el mundo se entere y pidieron autorización a la delegación de Gobierno para marchar por la Puerta del Sol y acabar en Tirso de Molina. Su intención era llegar a las puertas de Lavapiés, uno de los barrios céntricos de Madrid con mayor cantidad de inmigrantes al que la ultraderecha se refiere como “estercolero multicultural”. La Delegación de Gobierno acortó el trayecto hasta la Plaza de Jacinto Benavente, a solo 250 metros de su destino original. Allí, a la misma hora, varios colectivos antifascistas convocaron una concentración para impedirles el acceso. “Fuera, fascistas, de nuestros barrios”, se escuchaba. No llegaron a encontrarse.

“Que se vayan en avión, en patera o nadando, pero que se vayan”, dijo un hombre que en ningún momento se identificó a través de un megáfono en Callao. “Quieren acabar con nuestras costumbres, nuestras tradiciones y, sobretodo, con nuestras historia. Los políticos están muy a gusto en sus casoplones, en buenos barrios, con policías alrededor. Ellos lo tienen fácil y por eso hablan desde el buenismo", continuó.

A los pocos minutos, empezaron a caminar en dirección a la Puerta del Sol por la calle Preciados. La gente que se cruzaba con ellos se sorprendía y ellos respondían a sus caras desencajadas con un saludo nazi. Los dueños de algunos negocios bajaban las rejas del cierre. Algunas personas asustadas se metían en tiendas que veían abiertas. A otras les causaba curiosidad y se quedaban mirando o grabando con el móvil. Los había también que les devolvían el saludo.

Carmen (de Uruguay, 44 años) no da su verdadero nombre porque no quiere que se la vincule con “gente violenta”. Le ha llamado la atención la edad de los manifestantes, algunos de ellos menores de edad. “Se le viene una a ustedes dentro de 30 años... No sé si actuar es la palabra, pero sí que deben tener cuidado”, opina.

Varias personas hacen el saludo fascista durante una manifestación con el lema “Remigración. Por unos barrios seguros”, a 23 de mayo de 2025, en Madrid (España).

Durante el recorrido, los falangistas se cebaron especialmente con la presidenta de la Comunidad de Madrid. “Ayuso, payasa. Los menas a tu casa”, decían. La desprecian por no estar siendo tan contundente como a ellos les gustaría en las negociaciones con el Gobierno de España sobre el reparto de menores migrantes no acompañados. También la acusan de “haber convertido Madrid en América Latina”. La región llegó al millón de latinos a finales del año pasado.

Luego le llegó el turno al ministro del Interior. “Marlaska maricón”, repetían en bucle. No era necesario que rimara porque consideraban que el mensaje era lo suficientemente contundente. Ser homosexual, igual que no ser blanco ni cristiano, es un delito imperdonable.

“Gracias a todos por vuestro ejemplar comportamiento hoy”, dijo un joven que no se identificó, pero que tomó la palabra para dar por finalizado el acto. “Hemos demostrado que son los antifascistas y no nosotros los delincuentes”. Un cuarto de hora después, a las puertas del metro de Callao, un grupo de más de 20 hombres increparon a otro de cuatro mujeres con una una niña porque consideraron que no eran dignas de estar en su país. “España, cristiana, y no musulmana”, les cantaban.

Los manifestantes durante el discurso de cierre del acto.

Varios policías con equipamiento a prueba de golpes se colocaron entre los falangistas y las mujeres para evitar que la cosa fuera a más. A ellos no debió gustarles que les quitaran a su presa porque empezaron a insultar a los agentes. “Tienes un hijo subnormal, no lo trates mal, hazlo Policía Nacional”, cantaban.

El desprecio a la Policía fue el único punto en común entre las dos manifestaciones paralelas. En la de Tirso de Molina les acusaban precisamente de simpatizar con los de Callao. “De día fascista, de noche policía”, les gritaban. A parte de eso, las diferencias entre la de los falangistas y la de los antifascistas iba más allá de las ideas políticas. Los que marcharon a favor de José Antonio Primo de Rivera eran muy jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Todos tenían una bandera de España al hombro sin el escudo constitucional. Iban formados en hileras, al estilo de las manifestaciones de ultraderecha que ha habido en Italia en los últimos años. Tenían además una unidad de voluntarios vestidos con chalecos reflectantes naranjas en los que ponía “servicio de orden Falange”. Su labor consistía en hacer de barrera entre los manifestante y la Policía. También en acercarse a los periodistas y escuchar qué se estaba comentando.

Por su parte, la edad de los antifascistas rondaba los 25 años y estaban más desorganizados. Se concentraban en corrillos a lo largo de toda la plaza, rodeada por varios dispositivos de antidisturbios de la Policía Nacional. En un momento, pocos minutos después de las diez de la noche, avanzaron en bloque contra uno de los cordones policiales con intención de cargar contra ellos y los agentes respondieron con dos disparos al aire. También golpearon con la porra a los que estaba en primera línea y a una joven le rociaron con gas-pimienta en los ojos. Todos retrocedieron en estampida y no hubo ningún incidente más. La situación se fue calmando hasta que la reunión terminó por disolverse en cuestión de minutos.

Dos horas antes, en la calle Carretas, sonaba I’ll Fly With You a través del altavoz que había llevado Falange Española a su concentración y los allí presentes seguían el ritmo de esa canción de música electrónica estirando y flexionando el brazo con la palma extendida. Intentaron seguirlo con el clásico “lo-lololó, lo-lololó, lo-lololó-lololololololó”, pero tardaron pocos segundos en perder la coordinación y se dieron por vencidos. La siguiente pieza fue el Cara al Sol, que conocían mejor y pudieron terminar sin ningún tropiezo. “¡Hemos pasado!”, gritaron después.

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